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jueves, 29 de diciembre de 2011


Summary: "No me importaba en lo más mínimo el hecho que él fuera el Tío de mi novio, que él fuera diez años mayor que yo. ¡Ni siquiera el hecho de que él estuviera casado! Yo sabía que nada ni nadie me lo quitarían. Porque él era mío. Eternamente mío..."
ADVERTENCIA (1): Contiene escenas sexuales explícitas -por eso el rating M, daa...-, lees bajo tu propia voluntad. Persona que no les gusten los LEMMONS de cualquier tipo, RETROCEDAN. No me hago responsable bajo advertencia.
ADVERTENCIA (2): Mis chicas, mil lo sientos si alguna se siente ofendida, pero en este OS, no se habla demasiado bien de Edward. Lo siento, pero yo soy Team Suiza. Jacob también forma parte de mi corazón. xD Si alguna cree que se enojará y bla, bla, bla, pegue media vuelta. (: ¡Pero tuve consideración! Tampoco es que lo insulto así porque sí. NO. ¡Eso sería un crimen para mí! Pero si lo... usual. Que él reprime sus... amm... deseos.(? Ustedes me entienden. C;
Cancion (?): No. Por esta vez, no hay nada. Les doy permiso para que escuchen lo que se les plasca. XD HAY LLEMON, tengan eso en consideración al comenzar a leer. (; Por lo que yo unicamente sugiero algo sexy. :$
N/A: Ok, hace bastante quería escribir algo con mi amado Jake. ¡Y aquí está! ^^ Y bueno, tengo que agradecer enormemente a dos personitas que inspiraron el OS. :3 Por lo cual, va dedicado a ustedes: Sofía Valladares y Malulaa Rodriguez! 3 Chuchaas, son lo mejor...! C:
Ahora sí... Con ustedes, ¡nuestro cachondo profesor! :3 Enjoy!

1. Capitulo único.
Eternamente Mío
By Ally Cullen Black
Bella POV
"Mierda. Mierda. ¡Mierda!" Insulté por mi mente mientras me bajaba de mi vieja Chevy. No era la gran cosa, pero un transporte en fin. Ya estaba llegando tarde a la clase de Literatura, y a pesar de que no me gustara ir al Instituto, esa era de las materias que podía rescatar.
Corrí lo más que pude por el pasillo, pero de la nada, sentí una mano tomar mi brazo desde atrás y jalarme con fuerza. Me sorprendí al encontrarme entre sus grandes, fuertes y musculosos brazos que me pegaban a su fornido pecho y me sostenían desde la cintura.
—¿Q-qué haces? —Tartamudeé sin poder evitarlo, mirándolo confundida al percatarme de quien era.
—Lo siento. Ya no lo resisto más…—Dijo antes de que su boca chocara contra la mía.
Al principio, me costó entender lo que ocurría. Pero luego de dos segundos, me dejé llevar. ¿A qué chica no le gustaría que el hermoso profesor de matemáticas la besara? O mejor, ¿te hiciera suya?
Llevé mis manos a su pecho y le correspondí, perdiéndome en esos suaves labios con los que tanto había fantaseado. El profesor Jacob Black entreabrió su boca y delineó con su lengua mi labio inferior, provocando que me estremeciera ante el contacto y que sin pensarlo le diera el total acceso a la mía.
—Jacob… —Dije intentando alejarlo al darme cuenta de que estábamos en medio del pasillo, pero solo provocó que él ejerciera un poco más de fuerza, apretándome más de las caderas y a su cuerpo. Una extraña sensación de dolor y placer me invadieron mientras comenzaba a caminar conmigo en sus brazos, hasta que sentí el fuerte golpe de los casilleros contra mi espalda.
El beso comenzó a hacerse más profundo, provocándome sensaciones inexplicables no solo en mi interior, sino que también podía sentir su excitación contra mí bajo abdomen. Esto ya se estaba tornando más salvaje. Nuestras lenguas luchaban por conseguir la victoria de aquella batalla que cada vez nos dejaba más extasiados.
Comencé a desacelerar nuestro beso con algo de desgana, mientras que con mis manos en su pecho intenté alejarlo, pero nada funcionaba. Hasta creo que ese forcejeo lo excitaba aún más, al igual que a mí.
—Jacob, ya…basta… —Logré decir cuando comenzó a bajar por mi cuello desesperado, produciendo fuertes corrientes eléctricas en mí.
—Se que te gusta, Bella. —Dijo descaradamente. —Déjate llevar…— Estaba volviéndome loca. No dejaba de esparcir besos húmedos y una que otra ligera mordida por toda la longitud de mi cuello.
—N-no… —Dije entrecortadamente, sin poder respirar normalmente. Era un mal nacido, y sabía que si yo me entregaba a él, terminaría siendo yo la que lo buscara en vez de él a mí, como ocurría con los demás chicos. Y lo peor de todo, es que me conocía a la perfección.
En ese momento, Jacob tomó una de mis manos y la llevó a su endurecida entrepierna. Esa acción me tomó por sorpresa, a lo que intenté quitarla, pero él no me dejó.
—Esto causas en mí, Bella. —Dijo mientras frotó mi mano contra su miembro. Comencé a respirar agitadamente, sin saber a dónde demonios mirar. ¿Por qué me torturaba de esa forma?
"Se está vengando…" Me dijo mi mente recordando todas las veces que yo lo había provocado con mi caminar, mi forma de vestir, mis miradas, mis 'inocentes' roses y acciones…
—Jacob… —Jadeé antes de volver a sentir sus labios contra los míos mientras aflojaba su agarre en mi mano.
Esta vez, mande todo al demonio y me olvidé de todo. Y de todos. Pasé mis manos por su cuello y le correspondí con salvajismo. No podía evitar ser quien era. En mi antiguo colegio, siempre fui la rebelde, a la que todos los chicos del Instituto los tenía comiendo de la palma de su mano. Ellos venían a mí tarde o temprano, y eso estaba más que comprobado gracias a lo que estaba ocurriendo con Jacob Black.
Nuestras lenguas luchaban la una contra la otra, tratando de dominar el territorio del otro, al menos hasta que Jacob se alejó de la nada. ¿Qué demonios le pasaba? Primero me rogaba, y luego, cuando por fin aceptaba, se iba.
—Aquí no. —Dijo antes de tomarme de la mano y echar a andar con apuro por el pasillo.
—¿A dónde vamos? —Le pregunté con la respiración agitada por nuestra sesión de besos. Y además porque su andar era rápido, casi hasta tenía que dar pequeños saltitos para poder estar a su mismo paso.
Antes de responder algo, me empujó hacia adentro de la sala de profesores con su brazo alrededor de mi cintura. Comenzamos a caminar, obviamente vigilando hacia todos lados y tratando de que nadie nos descubriera, hasta que llegamos a una puerta que decía 'Baños privados'.
Jacob me empujó hacia el interior de uno, y una vez que entramos comenzó a besarme con rudeza mientras escuchaba cómo cerraba la puerta con seguro.
Tomé su rostro entre mis manos mientras le correspondía de la misma forma. Él llevó sus brazos a mi cintura, abrazándome y pegándome lo más posible a su cuerpo mientras yo comenzaba a caminar hasta que su espalda pegó contra la pared. Bajé por su cuello mientras llevaba mis manos al final de su camiseta y la levantaba. Jake alzó sus brazos para que pudiera quitarla con más facilidad.
Luego, ambos comenzamos una sucia guerra por quedar en igualdad de condiciones mientras nuestra ropa iba esparciéndose sobre el piso del baño. Sus caricias en mi cuerpo eran exquisitas, ninguno de los idiotas con los que antes había estado se le podía comparar.
Ni siquiera… mi novio, Edward. Quiero decir, ¿qué no se daba cuenta que a veces ser chapado a la antigua tiene sus consecuencias? Yo soy una mujer, y también tengo necesidades. Y no las del tipo que una flor se conforma.
Yo tenía necesidades carnales, y él lo sabía. Jacob lo sabía, y el mal nacido se aprovechaba de ello.
Perdí completamente la cordura cuando uno de sus dedos comenzó a delinear mis labios íntimos. Estaba demasiado excitada, demasiado mojada, demasiado caliente…
Pegué un grito de placer cuando dos de sus dedos penetraron mi sexo con fuerza, pero fue callado con sus labios sobre los míos.
—Demonios. —Gimió él contra mi boca. —Eres deliciosamente estrecha…
—Jake… —Supliqué frustrada cuando retiró sus dedos de mi sexo.
Sin embargo, él no dijo nada. No necesitó decirlo, ya que en ese momento sentí su miembro penetrándome con fuerza, sin previo aviso. Se sentía tan bien, tan deliciosamente adentro, tan lleno…
Sus embestidas eran alocadas, rudas, tal y como a mí me gustaba. Y como a él también. Jake me tomó del trasero y me pegó a la pared fría de cerámica para poder embestirme con más fuerza.
Fuera. Dentro. Fuera... Dentro... FUERA. ¡DENTRO!
Su miembro salía casi por completo de mi interior con lentitud, para luego volver adentro con fuerza. ¡Diablos! Estaba matándome.
—Jake… ¡Ugh! Ya… casi… —Gemí arañando su espalda al sentir esa hermosa sensación arremolinándose en mi bajo vientre a punto de estallar.
—Dios, Bella… —Gimió en mi oído antes de que uno de sus dedos comenzara a acariciar mi clítoris con fuerza.
Fue lo que necesité para estallar y gritar sin importarme una mierda de nada, ni siquiera el hecho de que nos encontrábamos en el baño de profesores.
—¡Mierda, siiii…! —Gemí cuando por fin llegué a mi ansiado orgasmo, sintiendo cómo él me seguía, llenándome por completo.
Nos quedamos en silencio por unos momentos, mientras sentía cómo me llenaba hasta los huesos, metafóricamente. Su cabeza estaba apoyada en mi hombro, intentando recuperar la respiración, sus manos me tenían de la cintura, aún pegada a la pared.
—Ni sueñes que te dejaré ir otra vez… —Dijo apartándose y apoyando su frente en la mía mientras sonreía.
—¿Mi opinión te interesa? —Pregunté fingiendo seriedad. Su sonrisa desapareció mientras se alejaba un poco. —No vuelvas a ser tan imbécil de dejarme ir… —Dije antes de guiñarle un ojo. Él sonrió y le devolví la sonrisa sin poder evitarlo. Era tan perfecta, tan blanca y tan sincera… Me derretía.
—Eso puedo jurarlo. —Dijo divertido, y podía ver picardía destilando de sus ojos azul cielo.
—¿Ah, sí? —Pregunté siguiéndole el juego. Sentí su miembro recobrando vida en mi interior.
—Sí. Y conozco una forma de jurarlo que te encantará… —Dijo deslizando su mano por mi vientre hasta nuestra unión, donde comenzó a acariciar delicadamente con uno de sus dedos en mi sensible botón.
Gemí mordiéndome el labio inferior.
—Muero por conocer… esa forma. —Dije con un jadeo a la mitad de la frase gracias a la presión de su dedo en mi clítoris.
Él volvió a besarme mientras me alejaba de la pared, para comenzar con aquel juramento que una vez también habíamos hecho en el escritorio de su clase. Como la primera vez que me hizo suya en ese mismo lugar…
*Flashback*
Sus manos recorrían insistentes mi cuerpo recostado sobre su escritorio. El salón estaba vacío y solo se escuchaban los ecos de los gemidos de ambos. Aún podía recordar lo que me había dicho para que me quedara luego de clases.
"Señorita Swan, ¿le importaría quedarse al final de la hora? Me gustaría tener una charla con usted…". Oh, sí claro. Una charla…
—Jacob… —Jadeé cuando su lengua comenzó a bajar por mi vientre hasta abajo.
Él sonrió contra mi piel, lamiendo toda porción de piel existente, mientras hacía presión con sus dedos sobre mi sexo por sobre la tela de las bragas. Arqueé la espalda tragándome el gemido que rasgaba en mi garganta por salir. Volvió a subir y me senté para poder besarlo. Sus manos comenzaron a acariciar mi espalda de arriba abajo, con delicadeza.
—Pídeme que me detenga. —Dijo jadeante y con la voz ronca contra mis labios.
Ambos éramos conscientes de nuestra posición -yo alumna y él profesor-, de la diferencia de edad, de su esposa y de mi novio, y sabíamos claramente lo que ocurría. Sin pensarlo, tomé su rostro entre mis manos y lo volví a besar con pasión.
—No quiero que te detengas. —Dije entre medio del beso. Él gimió y me tomó por la cintura, pegándome más a su cuerpo.
—Pídeme que te suelte. —Dijo abrazándome con fuerza. Yo sabía que sus palabras solo decían lo que debería hacer, pero ninguno de los dos quería que hiciera.
—Nunca me sueltes. —Dije enredando mis dedos en su cabello. Él jadeó haciendo que su aliento chocara contra mi rostro. ¡Por Dios! Nunca en mi vida me había sentido así, tan necesitada, tan amada, tan excitada…
—Pídeme que no te haga mía… —Casi suplicó mientras su punta rozaba mi sexo por sobre la tela. Jadeé pesadamente.
Me alejé apenas unos centímetros para poder mirarlo directamente a los ojos.
—Hazme tuya, Jacob. —Dije con la voz entrecortada.
Él gruñó cuando sentí su mano bajar al elástico de mis bragas y tirar de ellas casi con furia, rasgándola completamente. Sentí su miembro penetrarme con suavidad. ¡Demonios! Era un maldito bipolar. ¡¿Cómo podía ser tan gentil, tan tierno, si hace dos segundos estaba que parecía un animal?
—¡Diablos! —Gimió él una vez que estuvo completamente enterrado en mí.
—Jake…—Gemí arqueando mi espalda.
Él juntó su frente con la mía, ambos respirábamos agitadamente, y podía jurar que mandaría al demonio a todos con tal de estar con él así por siempre. Se sentía TAN BIEN…
—Por favor… —Suplicó cerrando sus ojos y frunciendo el ceño. —Pídeme que no siga. Insúltame. Mándame al demonio por haberte siquiera tocado. —Me pidió con desesperación. Sonreí sin poder evitarlo.
—Por favor, sigue… —Dije moviendo mis caderas. Ambos soltamos un jadeo pesado. —Te amo, Jacob. Y quiero que estés conmigo, y que me ames sin importarnos nada ni nadie… —Concluí antes de volver a sus labios. Él sonrió contra mis labios antes de corresponderme con la misma necesidad.
A partir de ese momento, siempre fuimos él y yo. Y no me importaba en lo más mínimo el hecho que él fuera el tío de mi novio, que él fuera diez años mayor que yo. ¡Ni siquiera el hecho de que él estuviera casado!
Yo sabía que él era mío, y nada ni nadie me lo quitarían. Si tenía que luchar con dientes y garras por él, lo haría hasta el final.
Porque él era mío…
Eternamente mío.

*_* Emmmm... *Ally se rasca la cabeza sin saber que decir*.
Ok, ¿alguien por allí detrás? ^^
Ya saben... XD
Si gustó: COMENT.
Si lo odiaron: COMENT.
Si quieren continuación -que no prometo, solo doy la opción-: COMENT.
Si quieren abrazarme -virtualmente- por el "magnífico" OS: COMENT. ;)
Si quieren insultarme por no haber continuación: COMENT.
¡Las amoo, mis chuchaas! :3
Peace. Out.
Ally C-B.

miércoles, 28 de diciembre de 2011


Capitulo Veintisiete
Oscuridad
Bella POV
-Tranquilo, Edward. Es normal que se haya desmayado, a pesar de ser un vampiro…-dijo una vos, que reconocí como la de Eleazar, muy a lo lejos.
-¿Estás seguro? –preguntó la aterciopelada voz de mi Edward, aunque la notaba algo resquebrajada.
-Sí, el don de Darren funciona, o mejor dicho funcionaba así. Él inmutaba tu don o dones, provocando así, que te sintieras débil, como un humano –le explicó mi padre adoptivo a mi novio- Eso quiere decir, que también sientas un dolor profundo cuando él te atacaba, ya que él si podía usar la fuerza vampírica –sentí como una mano acariciaba la mía delicadamente, con dulzura, mientras Eleazar hablaba. Ese tacto podía reconocerlo desde kilómetros, por lo tanto supe que la caricia provenía de Edward.
-Cálmate, ella es fuerte, pronto despertará –le animó Eleazar antes de que una puerta se escuchara abrirse y la oscuridad tirara de mi.
-Esto es demasiado raro –dijo la voz inconfundible de Carlisle a lo lejos.
-Hace más de dos semanas que no despierta, está comenzando a preocuparme –dijo la voz triste y preocupada de mi padre adoptivo- Al principio creí que sería cuestión de unos días, como se supone debía haber sido. Pero esto me supera…-en las últimas palabras, la voz de Eleazar se quebró completamente.
-Tranquilo, intentaremos hacer algo –le animó la voz de Carlisle, pero su voz entonaba tristeza- Considero a Bella una más de mi familia, una hija más, de la cual estoy completamente orgulloso. Por lo tanto, no permitiré que nada le ocurra…-dijo la voz firme de Carlisle.
Quería abrazarlo y decirle que yo también lo quería como mi padre, al igual que a Eleazar, pero esa oscuridad me pesaba, impidiéndome si quiera poder mover un mísero músculo de mi cuerpo.
Escuchaba pasos de alguien, que iba y venía, de un lado a otro en la habitación, escuchaba, también, cómo alguien daba pequeños golpes nerviosos en el suelo con un tacón, supuse que Sophia estaba allí, o alguna de las hermanas Cullen. Sentí como las inconfundibles caricias de Edward se prolongaban en mis mejillas.
-Josh, cariño, cálmate –la voz de Sophy se escuchó a lo lejos.
Había acertado, ella era la que hacía el ruido con el tacón sobre el suelo. Y gracias a ella, supe que Josh era el que iba y venía en la habitación.
-No soporto más esto…-dijo la voz tan masculina e inconfundible, pero a la vez quebrada, de Josh, antes de que sus pasos se escucharan rápidos y una puerta se abriera y cerrara. Supuse que Josh había salido de la habitación.
Sophy suspiró pesadamente antes de seguir a Josh por detrás, saliendo de la habitación y cerrando la puerta tras ella.
-¿Por qué no despiertas aún? –me preguntó la voz totalmente quebrada de Edward a lo lejos- ¿Por qué no abres tus ojos, mi amor?
Quería contestarle, quería decirle que estaba bien, que lo amaba con todo lo que era, pero aún no entendía porque esa oscuridad era tan profunda, impidiéndome hacer nada. Y lo peor de todo, era que tiraba de mí cuando yo quería hablarle a alguien o quería intentar moverme.
Cada vez me era más difícil intentar enfocarme en los sonidos a mí alrededor, para aunque sea poder volver a la realidad durante unos minutos, por eso, a veces me ayudaban bastantes los tactos de los demás.
Un pequeño peso sobre mi estómago se removió, provocando que me asustara ya que no podía ver qué era lo que yacía sobre mí.
-Arthur, quítate de ahí –escuché la amable y dulce voz de Carmen regañando al gato mientras sus pasos se adentraban en la habitación.
-Es extraño que tengas un gato de mascota –dijo la voz tan maternal de Esme siguiendo a mi madre adoptiva por detrás.
-Sí, lo es –contestó Carmen riendo- Pero fue un regalo de Bella para uno de mis cumpleaños –le explicó Carmen a Esme mientras sentía como el pequeño peso en mi estómago se desvanecía.
-¿En serio? –preguntó Esme confundida. Carmen rió.
-Sí, Bella notaba del gran cariño que yo tenía hacia los felinos, así que para el primer cumpleaños que pasé, en el cual Josh y Bella ya estaban en la familia, ella me regalo un gato –explicó Carmen mientras se escuchaba el ronroneo de Arthur, de seguro Carmen lo estaba acariciando.
-Bella siempre fue tan observadora y tan amable…-comentó Esme suspirando.
-Sí, estoy realmente orgullosa de tenerla como hija, quizás no lo sea biológica, pero yo siento que así lo es…-dijo Carmen en ese tono tan maternal de ella- ¿Qué sucede, Esme? –preguntó preocupada Carmen.
Me asusté. ¿Qué rayos sucedía? ¿Por qué aún no podía abrir mis ojos? Necesitaba ver lo que ocurría, ya no aguantaba sentirme como una estatua, sin poder moverme, ni observar.
-Nada, es solo que…yo entendí realmente el motivo por el cual Edward dejó a Bella hace años, y lo respeté. Pero yo siempre considere a Bella otra de mis hijas, y el que nos hubiéramos ido de esa forma, el haberla dejado tantos años, fue como volver a sentir que perdí a mi bebe cuando era humana…-dijo la voz corrompida de Esme tras un fuerte sollozo.
Volví a sentir el peso y el pelaje de Arthur sobre mí, supuse que Carmen lo había soltado para abrazar a Esme ya que escuché varios movimientos antes de volver a sumergirme en la oscuridad.
Sentí unas delicadas manos acariciar mis mejillas, que luego pasaron a mi cuello, mis brazos y por último, mis manos, las cuales tomó entre las suyas. No reconocía ese tacto, era totalmente extraño para mí.
-Esto es profundo –dijo una voz femenina que no reconocí en absoluto. ¿Sería ella la que tenía tomadas mis manos? No lo sabía.
-¿A qué te refieres, Joan? –preguntó la voz firme de Carlisle.
-¿Podrían contarme exactamente la historia? –pidió la tal Joan.
Se escucharon varios suspiros alrededor, antes de que la voz cantarina de Alice se escuchara, relatando todo lo ocurrido con Darren. Luego siguió la voz de Edward, que explicó lo que había ocurrido en el momento en que los hermanos Cullen nos dejaron a él y a mí solos en el bosque, antes de que él corriera hacia mi casa y la oscuridad me dominara. La mujer, innecesariamente, respiró profundo antes de hablar.
-Ahora entendiendo…-dijo mientras le daba un ligero apretón a mis manos.

Sí, mis niñas, ya lo sé. Soy mala. ^^
Ok, que me dicen? Va gustando? ;)
Recuerden que un simple COMENT que diga: "Todo ok", o "Sí, nos gusta", me conformo. x)
Las kiero!
Peace. Out.
Ally C-B.

jueves, 22 de diciembre de 2011


"When everything seems like the end, don't forget to look upstairs, send a wish upon a star, and wait the miracle happen…" 
Summary: ¿Qué ocurre cuando alguien pide un deseo a una estrella? ¿Crees que ese deseo se cumplirá? Isabella sí lo creía posible. "-Deseo que Edward vuelva a ser el que era antes…-susurró la castaña cerrando sus ojos y suspirando. Una ráfaga de viento sopló, y ella supo que su deseo se cumpliría." LEMMON. B/E.
Advertencia: Rating M, por futuros Lemmons.
Cancion portada: Send a wish upon a star de Sia. ^.^

3. Capitulo Tres
Send a wish upon a star
By Ally Cullen-Black
&.
"…and wait the miracle happen."
—Bella, cariño, ¿te importa si nos vamos? —Preguntó Alice entrando con Jasper en la cocina. La aludida sacudió su cabeza volviendo en sí y contestándole a su amiga al mismo tiempo. —¿Segura?
—Tranquila, estaré bien. —Aseguró Bella girándose a su amiga y abrazándola.
—Si se vuelve terco o insoportable, llámame. —Dijo Alice refiriéndose a Edward mientras correspondía al abrazo.
—Si necesitas que venga por ti, llamas. ¿Sí, Bells? No quiero que te vayas caminando, ¿oíste? —Dijo Jasper serio antes de ir y abrazar a su casi cuñada una vez que las dos amigas, casi hermanas, se soltaran.
—Okey, si la situación lo requiere, llamaré. —Contestó Bella antes de acompañarlos hasta la puerta de la tan conocida casa de los Cullen.
En la puerta, se despidieron de Bella con abrazos, otra vez, mientras que a Edward le dirigían un seco y resentido "Adiós". La pareja estaba enojada con Edward, ya que gracias a él y al estúpido de Jacob Black, Bella estaba mal, tanto emocionalmente como físicamente. Parecía muerta en vida -exagerando un poco-.
—¿Crees que estarán bien? —Le preguntó Alice a Jasper una vez que éste subió al auto, luego de ella.
—No lo sé. Solo espero que Edward abra los ojos de una vez por todas y ocurra un milagro. —Contestó sinceramente Jasper mientras emprendía en viaje hacia su departamento.
Alice suspiró pesadamente. —Eso espero…
Bella vio como el auto de su amiga se alejaba con rapidez. Ingresó en aquella casa llena de recuerdos y cerró la puerta con cerrojo. Se quedó aún dándole la espalda a Edward, que estaba sentado en el sofá, gimiendo de dolor, intentando curarse solo. Ella se cansó de escucharlo así, por lo que se giró y fue hacia él.
—Deja que te ayude. —Dijo quitándole el algodón de su manota y sentándose a su lado. Él la observó confundido y aliviado al mismo tiempo. ¿Quién más que ella para curarlo? Cada vez que él se peleaba con alguien de esa forma, ella siempre estuvo allí, regañándolo y curándolo.
Su mirada se perdió en el perfecto rostro de Bella. Delicado y suave, ahora con un tono rojo profundo al costado de su labio, donde aquel perro la había lastimado. Él cerró sus manos en puños intentando controlar la furia que sentía.
Bella llenó el algodón con el mismo líquido que Alice le había puesto y una pisca de alcohol, ya que sus heridas eran más profundas que las de ella. Luego se giró hacia él, que la miraba con completa adoración, que luego pasaba a culpa, y luego a neutral -o frío-. Ella pasó por alto todo ello, y tomó el rostro de Edward con la mano libre por el mentón mientras que con la otra, en la que poseía el algodón, lo acercaba a la herida en su rostro. Él intentó reprimir el ardor que sintió cerrando sus ojos y volviendo a cerrar sus manos en puños.
Cuando volvió a abrirlos, observó a Bella concentrada en curar sus heridas con su ceño ligeramente fruncido y su boca entreabierta. Estaba tetándolo.
—¿Cómo está tu labio? —Preguntó Edward sin poder resistirse a las ganas de protegerla que sentía.
Ella se encogió de hombros dejando que una media sonrisa se escapara. —Ha estado peor…—Contestó antes de que ambos soltaran una ligera risa, recordando aquellos tiempos. Gracias al movimiento de ambos, Bella hizo presión sin querer en la herida de Edward, haciendo que éste gimiera de dolor. —Lo siento, lo siento…—Repitió ella quitando el algodón y tomando el rostro de Edward entre sus manos.
Ambos se miraron profundamente a los ojos, como si con esa mirada pudieran conectarse y ver el interior del otro. Como si con esa mirada Edward pudiera ver todo el sufrimiento de Bella por lo ocurrido. Como si con esa mirada Bella pudiera ver el profundo amor con el que él aún la quería.
Edward levantó una de sus manos y acarició una de las mejillas de Bella, en la que justo un poco más abajo estaba aquella lastimadura que lo hacía sentir peor de que ya se sentía. Sus ojos viajaban de esos hermosos ojos chocolates a sus labios entreabiertos.
—¿E-estás…bien? —Preguntó ella sumergida en esos ojos verdes esmeraldas que la hacían volver loca.
—¿Por qué fui tan imbécil? —Preguntó Edward, más para sí mismo que para Bella. —¿Por qué no supe amarte como lo merecías? —Volvió a preguntar juntando sus frentes, quedando sus labios a tan solo centímetros de distancia.
Bella sentía su corazón palpitar tan fuerte que resonaba en sus oídos. Su respiración era agitada, al igual que la de él. ¿Hacía cuánto tiempo había soñado -y esperado- con que él dijera esas palabras, con que él volviera a declararle su amor?
—Edward…—Susurró la castaña sin poder separarse un milímetro del cobrizo.
—Lo siento, amor. Pero no puedo seguir sin ti. —Dijo Edward respirando profundamente, intentando reprimir esas lágrimas que amenazaban con salir. Bella, ante esas palabras, se derritió, metafóricamente; y no pudo evitar que lágrimas se deslizaran por sus mejillas. —No puedo si quiera pensar en verte con otro, no puedo… Siento que muero cuando otro te mira, o si quiera te roza…—Edward tomó el rostro de Bella entre sus manos y la miró a los ojos. Esos ojos chocolates llenos de lágrimas, las cuales limpiaba a medida que se deslizaban por sus mejillas completamente sonrojadas. —Bella…Te amo. —Y con eso, juntó sus labios.
Edward la besó con delicadeza, con dulzura, con… Amor. Un amor que era hermosamente correspondido.
Ella sentía derretirse cada vez que él rozaba su lengua con su labio inferior. ¿Por qué lo amaba demasiado?
Él sentía como si con ese beso volvía a la vida, volvía a respirar. Se daba cuenta de que ella lo era todo para él. ¿Por qué la amaba demasiado?
Ambos se hacían exactamente la misma pregunta, y solo existía una respuesta… Porque ambos estaban unidos, les gustara o no. Era como si hubieran sido creados para estar juntos. Encajaban a la perfección, como las perfectas piezas de un juego de Puzle.
Bella en ese momento, sintió que su Edward de antes había vuelto, y no pudo evitar sonreír contra los labios del cobrizo mientras le rodeaba el cuello con sus delgados brazos. Él también sonrió, alegre de que ella le correspondiera, mientras rodeaba la perfecta y diminuta cintura de la castaña con sus enormes y fuertes brazos.
El beso era lento, tierno. Cada uno exploraba la boca del otro como intentando memorizarse cada toque, cada caricia, cada sabor. No es como si no lo supieran ya a todo eso, pero es que hacía tanto -demasiado- tiempo que no se besaban así, que parecía que nunca lo habían hecho. Parecía que nunca hubieran estado juntos, que ninguno fuera del otro. Ambos se sentían como principiantes, que no saben cómo tocarse, o cómo olvidarse de todo y dejarse llevar.
Ellos se separaron cuando sintieron que necesitaban aire, juntando sus frentes sin querer separarse demasiado.
—Yo también te amo, Edward. —Soltó ella con la respiración agitada. Él no tardó ni dos segundos en volverla a besar mientras se ponía en pie sin soltarla de la cintura, haciéndola levantarse con él.
Mientras la besaba, le repetía una y otra vez cuánto la quería, cuánto la amaba, y sobretodo cuánto lo sentía. Y todo era verdad, no mentía en ni una sola palabra.
En ese momento, ella supo que su deseo se había cumplido. Su Edward había vuelto. Ese del que se había enamorado hacía mucho tiempo atrás. Ese con el que se habían amado una y otra vez, prometiéndose muchas cosas, prometiéndose amor eterno.
—No hables… Solo ámame. —Le cayó ella cuando ya no pudo resistir más.

Siento la tardanza y lo corto del cap!
Y el es corto debido a que el prox -que ya seguramente se imaginan de que va a tratar- es muuuy largo, y me da... PENA cortarlo. :(
Okey, les gusto el cap? Merezco review? ^^ Besos! Se me cuidan! x)
Peace. Out.
Ally C-B.
 
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