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miércoles, 16 de mayo de 2012

Summary: Jasper tuvo que sufrir las consecuencias que sus actos le dejaron al intentar morder a Bella en su cumpleaños, el abandono por parte de la familia Cullen. ¿Qué ocurrirá cuando logre disculparse? J/B. R: M.
Advertencia: Este fic tiene rating M por futuros Lemmons y por el vocabulario. Ya saben, si no les gusta, vuélvanse por donde llegaron. No quiero ser mala, pero luego no quiero reclamos si ya hice advertencia.


3.-Capitulo Tres
Last Moon
By Ally Cullen-Black
&.
Bella POV
“TIK, TOK, TIK, TOK…”
“¡Estúpidos sonidos de mi despertador!” Pensé bufando mientras me giraba en mi cama. Hacía ya varias horas que estaba recostada boca arriba, mirando al techo sin poder conciliar el sueño, gracias a la rutina diaria de mis noches. Me acostaba con esperanzas de dormir un poco; a las horas, que se sentían como minutos, despertaba gritando por mis pesadillas; y por último, me despabilaba pensando en ÉL, en cómo me había usado, para luego tirarme como un trapo usado y sucio. Pero a pesar de odiarlo con lo más profundo de mí ser, aún lo amaba, y eso era lo que más dolía.
En el resto de la noche, pretendía dormir, pretendía haberlo superado, aunque no fuera cierto.
Escuché unos cuantos golpes contra mi puerta, supe que era Charlie, por lo que susurré un delicado “Adelante”, antes de que entrara con su típica sonrisa de compasión y sus ojos llenos de lastima.
—Bells, esta noche volveré tarde. No me esperes despierta, ¿sí? —Dijo con un tono raro en su voz. —Iré hasta Seattle a verificar cómo va todo en la estación.
—De acuerdo. —Dije sentándome en mi cama refregando mis ojos. Aparentando que había dormido algo. —Cuídate, ¿sí, papá? —Le pedí casi con suplica.
—Siempre lo hago. —Contestó Charlie asintiendo. —¿Estarás bien?
—Sí, no te preocupes. Jacob me llevará hoy al Instituto. Al menos hasta que mi camioneta esté lista. —Aclaré, viendo el brillo de esperanza saliendo de los ojos de Charlie. El asintió conforme antes de darme un beso en la frente e irse.
Escuché cerrarse la puerta de entrada, y a los minutos, el auto patrulla de Charlie alejarse. Suspiré cansada y miré el reloj sobre mi mesa de noche. 06:15 a.m., Martes. Volví a suspirar antes de quitarme las sábanas de encima y levantarme.
Tomé una ducha rápida y me cambié con unos jeans azules, una camiseta de mangas largas color canela, mi chaqueta gris y mis típicas Converse negras. Luego bajé a la cocina con un extraño presentimiento, como si algo fuera a cambiar en ese día.
Era raro. ¿Cuándo había sido la última vez que había sentido algo parecido? Mi cumpleaños… Mejor ni recordarlo.
Tomé un rápido desayuno que solo consistió en un nutritivo jugo de naranja exprimido y dos tostadas con mermelada. Casi me faltó la mitad de mi jugo cuando Jake tocó la bocina del auto prestado por su hermana mayor. Dejé todo en la encimera de la cocina, tomé mi nueva mochila -regalo de Jake- y corrí hacia afuera.
—¡Hey, Bells! —Dijo Jacob con su gran sonrisa de siempre.
—Hey, Jake. —Le saludé cerrando la puerta del auto. Eso era extraño. Me había acostumbrado demasiado a la… su caballerosidad, que olvidé que los jóvenes del siglo XXI no hacían ese tipo de cosas, a no ser que quisieran algo de ti.
El camino al Instituto fue divertido. Jake siempre lograba levantarme el ánimo con sus estúpidos chistes y su casi irrompible sarcasmo. Él lograba que el agujero en mi pecho se sanara, al menos, hasta que me quedaba sola.
—Adios, Jake. Y gracias, otra vez, por traerme. —Le agradecí sinceramente cuando aparcó en el estacionamiento mientras me bajaba y cerraba la puerta.
Él se quedó mirando serio detrás de mí. Fruncí el ceño confundida por su repentino cambio de humor. Vi como sus manos tomadas al volante comenzaron a temblar, al igual que su cuerpo, y su respiración se hiso más acelerada.
—¿Jake? ¿Estás bien?
—Ehh… Sí, lo siento. Nos vemos luego, Bella. —Dijo saliendo a toda prisa. ¿Qué demonios le ocurría? ¿Por qué había sido ese drástico cambio de humor?
Me giré siguiendo la dirección en la que él se había quedado mirando.
Sentí mi pecho contraerse y mis pies clavarse al suelo viendo como se acercaba hacia mí, casi con miedo. Mi vista comenzó a nublarse y mi respiración se aceleraba al punto de sentir los latidos de mi corazón en mis oídos.
—Hola, Bella. —Dijo a unos cuantos metros lejos de mí.
—Jasper… —Susurré con mi voz resquebrajada. Sentí una ola de calma invadirme. ¡Diablos! Había extrañado tanto ese don de Jasper. De poder calmarme hasta en los momentos más tensos. Lograba que me sintiera mejor, y eso era reconfortante.
Miré detrás de su espalada, pero no había nadie por allí, salvo una pareja apoyada contra los árboles que daban inicio al bosque. Ella tenía el pelo negro y largo, y él era rubio, alto y musculoso, como Jasper.
Cuando volví mi vista a él, me percaté de que él también miraba a mi espalda, como si buscara a alguien.
—Bella, yo… solo quería decirte que lo siento. Yo… —Dijo antes de suspirar y pellizcarse el puente de la nariz en un reflejo de nerviosismo. —No existe excusa para el error que cometí al intentar lastimarte, y de verdad, lo siento mucho. —No podía creer lo que mis oídos estaban escuchando, estaba en shock. Y al mismo tiempo, podía ver la clara culpa que Jasper se echaba sobre sí mismo por lo ocurrido en ese trágico día. No lo permitiría.
—Jasper, no necesitas disculparte. —Dije en un vano intento de que mi voz saliera normal, suave, pero podía sentir esa opresión en mi pecho que me impedía casi respirar tranquilamente y mis lágrimas peleando por salirse de mis ojos. —Por favor, no te disculpes por algo que fue por mi culpa. Yo debería ser la que tendría que pedir disculpas…
—Bella, tú no hiciste nada. —Me interrumpió acercándose un par de pasos. No me moví, no le temía. Al fin y al cabo, seguía siendo alguien especial para mí a pesar de que nunca hubiéramos entablado una conversación de más de un “Hola, ¿cómo estás?” y un “Adios”. —Eres humana, y un curioso imán ‘atrae problemas’. —Dijo en broma intentando aliviar la conversación. —No fue tu culpa.
—La tuya tampoco. —Contraataqué calmándome demasiado. Esa opresión de a poco, muy lento, comenzaba a desvanecerse, y podía sentir la ola de calma que Jasper me enviaba.
Él soltó una risa mirando sus pies y guardando sus manos en los bolsillos de su pantalón. Ahora que lo observaba mejor, estaba… distinto. Ya no usaba la típica camisa que de seguro Alice lo obligaba a usar de colores claros. No, él tenía puesta una camiseta negra que se veía bastante cómoda y unos gastados jeans negros. Me gustaba ese cambio. Pero, conociendo a Alice, de seguro habría protestado por esa forma de vestir de su esposo.
—Sigues siendo testaruda, Bella. —Dijo interrumpiendo mis pensamientos. Una ligera sonrisa se me escapó de los labios.
“Okey, Bella, es ahora o nunca.” Me dijo mi conciencia, ansiosa por saber algo de ella.
—¿Y… Alice? —Me animé a preguntar, aunque lo hice con un poco de timidez. Jasper frunció el ceño confundido.
—¿Qué? ¿Ella no está aquí? —Preguntó confundido. Repetí su acción con ese mismo sentimiento.
Negué con la cabeza en respuesta comenzando a sentir miedo. ¿Le habría pasado algo malo a Alice?
—Jasper, hace meses que no los veo, a ninguno. —Aclaré casi estúpidamente. —¿Acaso se encontrarían aquí? —Pregunté con esperanzas de poder volver a verla.
Sentí la confusión de Jasper chocar contra mí en una fuerte oleada. ¿Qué era lo que tanto lo confundía? No entendía nada.
—Bella, yo ya no soy un Cullen más.
¡¿QUÉ DEMONIOS…?! ¡¿Cómo que ya no era un Cullen más?! ¡¿Qué quería decir con eso?!
—¿Q-qué quieres decir con que ‘ya no eres un Cullen más’? ¿Ya no… estás más en la familia? —Pregunté sorprendida. Jasper asintió.
Justo en ese momento, el timbre sonó. Diablos. No, no ahora.
—Bella, sé que sonará raro, pero, ¿te importaría si a la salida vengo por ti y aclaramos todo esto?
“¡Gracias Dios!” Gritó mi conciencia al escuchar las palabras de Jasper. Bien, al menos, obtendría respuestas.
—Por supuesto que no, Jasper. Agradecería que lo hicieras. —Contesté con sinceridad. Él me sonrió antes de despedirse y caminar a velocidad humana hacia la pareja que estaba cerca del bosque.


 *se asoma con timidez* ¿Holó? ¿Alguien detrás de la pantalla? :B
Okey, primero en principal, MIL DISCULPAS por ser taaaan irresponsable.. ._. Acepto bullying por haberme tardado tanto, y eso que el cap ya lo tenía escrito... X.X
Ok, ya... .-. Ahora a lo importante:
¿Les gustó el cap? ¿Opiniones? :D
Love all ya'.
Peace. Out.
Ally C-B.

lunes, 14 de mayo de 2012

Summary: Bella es la prometida de Edward Cullen. Pero, ¿por cuánto tiempo? ¿Cuál será la elección de Bella una vez que asuma los sentimientos hacia el hermano mayor de su prometido, su mejor amigo, Emmet Cullen? R: M. Bella/Emmet.
ADVERTENCIA: Contiene lenguaje fuerte y escenas sexuales explícitas. Personas que no les gusta ese tipo de temas, vuélvase por donde llegó. Bajo advertencia, NO HAY RECLAMO.


4.-Capitulo Cuatro: Primera Parte.
Relaciones Prohibidas
By Ally C-B.
&.
Bella POV
Son dieciséis dólares, señor. Dijo el chofer del taxi que nos había llevado hasta aquel lugar.
Emmet me sonrió mientras me indicaba que bajara del auto con un movimiento de su cabeza y sacaba su billetera para pagarle al taxista. Él había insistido en que esa noche, luego de que estuviera mejor por la resaca, saliéramos a bailar como lo hacíamos cuando éramos adolescentes.
Solíamos salir juntos a bailar, como dos amigos, y de vez en cuando alguno volvía, o mejor dicho no volvía a su casa ya que había encontrado con quién divertirse esa noche. Pero dejamos de realizar esas salidas cuando conocí a Edward, su hermano, y mi prometido.
En fin, luego de que Emmet me secara la cabeza insistiendo con que saliéramos, acepté. Por lo que en ese momento nos encontrábamos en la puerta del bar al que siempre íbamos.
Bajé del auto con un poco de dificultad, gracias a mis nuevos zapatos de tacones altos. Yo vestía un simple vestido floreado, de color blanco y negro, que se encontraba debajo de mi tapado, ya que afuera estaba algo ventoso. Los zapatos, también negros, eran regalo de Alice, enviados desde Londres.
Ella era mi hermana menor, y mi mejor amiga. Aunque hacía ya bastante tiempo, prácticamente desde que terminamos la Universidad, no la veía, gracias al trabajo que tenía en Londres.
Esa noche, había decidido que mi cabello fuera natural, ya que no tuve tiempo, ni ganas, para peinarlo gracias a Emmet, que estaba ansioso con la salida.
Él se bajó del auto una vez que el taxista le entregó el vuelto, y me sonrió mostrándome esos blancos dientes una vez que llegó a mí, provocando que me estremeciera.
Durante el día casi ni habíamos hablado. Para ambos, o más para mí, era incómodo verlo a los ojos, por lo que me la pasé encerrada en mi cuarto, pensando, o mejor dicho durmiendo.
Luego de que tomara mi ducha, que según Emmet necesitaba urgente gracias a mi olor a vómito y alcohol mezclados, me volví a la cama a dormir un rato más, ya que todo mi cuerpo dolía. Con respecto al sueño que había tenido en ese momento, me hacía mojarme con solo recordarlo.
Mi mente no había tenido mejor idea que mostrarme todo lo que había pasado con Emmet la noche anterior en ese sueño, haciendo que me despertara agitada y completamente mojada.
¿Por qué me había gustado tanto tener sexo con Emmet? Eso no era normal. Él era mi mejor amigo, y en cierta forma, dudaba que él sintiera lo mismo. Para Emmet seguramente, lo que había pasado, no había sido otra cosa que un simple revolcón, y nada más. ¡No entendía porque yo no podía verlo de esa forma!
¿Lista para divertirnos? Dijo sacándome de mis pensamientos mientras alzaba sus cejas varias veces y sonreía divertidamente. Le devolví la sonrisa mientras asentía.
Nos pusimos en marcha hacia el bar, y en mitad del camino, Emmet me tomó por la cintura, acercándome a su cuerpo. Él estaba vestido con una playera negra, un Jean gris medio verdoso y gastado por el uso, y unas zapatillas Converse grises. Muy típico de él vestirse tan informal hasta para ir al mejor restaurante de la ciudad. Sonreí ante ese pensamiento acerca de Emmet. Tan único, especial…
Sacudí mi cabeza. ¿En qué demonios estaba pensando? Tenía que controlarme.

*Unas horas más tarde…* 
Emmet POV
“Malditos y estúpidos pendejos…” Pensé para mis adentros mientras hacía otro fondo blanco a mi trago, maldiciendo a esos hombres que la tocaban. ¿Por qué mierda se me había ocurrido ir a aquel lugar?
Bella se encontraba bailando sensualmente en la pista entre medio de dos hombres, mientras yo me había quedado sentado en la barra, tomando algo. Podía notar cómo eso dos pendejos se le apoyaban a MI Bella, podía ver como la toqueteaban y le susurraban cosas al oído. Inspiré profundamente antes de volver a tomar de mi trago.
Me giré a devolverle el vaso al barman, que resultó ser mi primo, James. El sabía de todo con respecto a Bella, ya que le confiaba hasta los peores secretos de mi persona. James era como un segundo hermano para mí.
Creo que deberías ver eso… Dijo recibiendo el vaso y señalándome hacia atrás.
Me volví hacia la pista y vi a uno de los sucios pendejos lamiendo el cuello de Bella. Eso fue lo que rebalso el vaso. Casi a trote, fui hacia ella y la saqué de entre medio de los pendejos con furia.
¿Por qué ellos podían tocarla y yo no? Yo era el “mejor amigo”, no ellos. Pero planeaba dejar de ser el amigo comprensible y cuidadoso, esa noche le demostraría a Bella cuan hombre podía llegar a ser. La arrastré en dirección al baño de mujeres, ya no lo soportaba más.
¿Qué haces, Emmet? Suéltame. Chilló con algo de miedo tratando de salirse de mi agarre, pero le era imposible.
Una vez que comprobé que no había nadie allí, la empujé hacia adentro, y sin soltarla, me metí con ella. La pegué contra la pared que había al frente del espejo, colocando mis manos en la pared, a los costados de su cuerpo, para impedirle el escape.
Emmet, se supone que… Logró decir algo agitada por nuestra cercanía antes de que la interrumpiera estampando mis labios contra los suyos. No aguantaría más tiempo si ella no volvía a ser mía, la necesitaba, y urgente.
Lo siento, pero no lo resisto más… Dije soltando sus labios y bajando por su cuello.
Nunca me hubiera esperado su reacción final. Me había hecho la idea de que seguramente me empujaría y me insultaría, pero no de que se pusiera a gemir de placer, sin alejarse y disfrutar de mis caricias.
Ella enredó sus dedos en mi pelo y me alejó de su cuello, antes de atacar mi boca, metiendo su lengua en ella sin temor a nada, provocando que le correspondiera con la misma ferocidad mientras la abrazaba por la cintura, pegándola lo más posible a mi cuerpo.

Bella POV
Por segunda vez, había mandado todo al diablo. Lo único que cruzaba por mi mente era en tenerlo dentro de mí, sin importar el costo.
Emmet me correspondió con la misma desesperación que la mía, lo que me excitó aún más. Sus manos comenzaron a subir por mis piernas y se metieron dentro de mi vestido. Respiré pesadamente cuando tocó con sus dedos mi centro sobre la tela de mis bragas.
Edward… Gemí mientras el bajaba por mi cuello. A-aquí no…
¿Por qué? Preguntó seductoramente en mi oído mientras masajeaba mi centro sobre la tela. Gemí sin controlarme.
Es un… baño público… Dije entre gemidos.
¿Y? Dijo lamiendo mi cuello sin piedad.
Okey, tenía que hacer algo. No podíamos seguir allí, en cualquier momento podría entrar alguien. Comencé a bajar con mis manos por su pecho, hasta llegar al botón de su Jean. Seguí de largo y toqué su miembro, que ya se encontraba con vida, sobre la tela del pantalón. Un gemido se escapó de sus labios.
Si sigo, en el momento en que alguien entre, tendré que parar… Dije en su oído tratando de hacer un tono seductivo, que creo no salió muy bien como me hubiera gustado. Pero es que Emmet estaba masajeando mi centro de una forma tan exquisita, que me hacía delirar. —Y tú no quieres que pare, ¿no es cierto?
Emmet jadeó mientras se alejaba completamente. Tomó mi mano, y me arrastró hacia fuera. Pasamos a buscar mi abrigo y nos fuimos hacia la casa.
La tensión, la calentura que había en el ambiente en el taxi no me dejaba respirar, aparte de que Emmet comenzaba a acariciar mis piernas, desde la rodilla hasta arriba. Sabía sus intenciones, y cuando llegaba cerca de mi sexo, atrapaba su mano juntando mis piernas para que no siguiera. Aunque sus caricias me gustaban, y mucho, estábamos en un taxi. 
Una vez que llegamos, bajé primera y corrí hacia adentro. Tiré mí tapado encima del sofá junto con mis tacos, que me los había quitado en el taxi apenas nos subimos en él.
Tenía intenciones de darle una pequeña sorpresa a Emmet, pero sus brazos me tomaron por detrás sorpresivamente. Bajó las tiras de mí vestido delicadamente, el cual, una vez que cayó al suelo, lo corrí con mis pies. Yo no llevaba puesto sostén, gracias al corte del vestido, por lo que quedé únicamente vestida con mis bragas.
Un brazo de Emmet rodeó mi cintura, mientras que con la mano del otro comenzaba a masajear mi sexo sobre la tela. Relajé mi cabeza sobre su hombro, cerrando mis ojos y dejándome llevar por esa sensación tan placentera.
Luego de unos minutos eternamente placenteros para mí, Emmet me giró sin despegarme de su cuerpo. Me besó con dulzura y delicadeza mientras sus manos bajaban de mi cintura a mi trasero, el cual apretó y masajeó antes de elevarme del suelo, provocando que por inercia rodeara su cintura con mis piernas y nuestros sexos se rozaran. En ningún momento soltó mis labios, sino que fue profundizando el beso más y más.
Segundos más tarde, sentí la suavidad de las sábanas de su cama, otra vez. Abrí mis ojos para mirarlo, y me encontré con los ojos de Emmet oscuros por el deseo, y sin su remera y Converse. ¿En qué momento se había quitado la ropa?
Comenzó a bajar por mi cuello, tomándose su tiempo para lamer y saborear toda porción de piel existente en mí, hasta llegar a uno de mis pechos y capturar uno de mis pezones con su boca mientras una de sus manos acariciaba el otro. Me mordí el labio para no gemir más de la cuenta.
Emmet continuó su camino hacia abajo, besando mi cuerpo y acariciándolo. Cuando llegó a mi ombligo, temblé ansiosa, ya que con sus manos comenzó a bajar mis bragas, que una vez que estuvieron afuera, las tiró por algún lado en la habitación. Trazó un camino de besos húmedos desde el tobillo de mi pierna izquierda hasta mi rodilla; y de mi rodilla hasta el muslo interior.
Yo tenía mi espalda arqueada y mis ojos cerrados de tanto placer que sentía. ¿Cómo era posible que con un simple roce provocara que me excitara en sobre manera?
Sentí los besos húmedos de Emmet en mi ombligo otra vez, pero en ese momento sentí algo más. Él jadeó con fuerza cuando introdujo dos de sus dedos en mi sexo, provocando que soltara todo el aire de mis pulmones mientras movía aceleradamente sus dedos dentro de mí, como si buscara algo. Hasta que un determinado momento, gemí con fuerza mientras sentía todo el aire irse de mis pulmones. Él había encontrado mi bendito ‘punto G’.
Sus dedos bombeaban en mi interior una y otra vez, llevándome a la locura, provocando que mis gritos de placer se escucharan por toda la habitación. Pero, luego de unos minutos sentí algo suave y húmedo acariciar mi sexo. Abrí mis ojos y miré hacia abajo, para encontrarme a Emmet enterrado entre medio de mis piernas. Me dejé caer hacia atrás cuando sentí su lengua entrar en mí.
¡Mierda! Era tan placentero sentirlo ahí, que no podía evitar que gemidos y jadeos roncos salieran de mis labios.
Emmet me embestía con su lengua, provocando que de vez en cuando balanceara mis caderas buscando más fricción. Esa lengua suya me estaba llevando a la locura. Podía sentir en mi estómago como se contraía, indicando que llegaría.
Emm… Emmet… Gemí mientras él aumentaba el ritmo de su lengua. —Dios… Ya… ya casi… No logré terminar.
Me vine en la boca de Emmet, llegando a casi tocar el cielo con la punta de mis dedos. Él no dudo en tomar aquello que mi cuerpo le entregaba, y cuando terminó, trazó un camino de besos húmedos de regreso a mis labios. Saboree en su boca mi propio sabor, mezclado con el tono dulce de los labios de Emmet.
Él se separó de mí para quitarse sus pantalones y sus bóxers, y luego volvió a posicionarse sobre mí. Volvió a besarme, mientras sentía su excitación contra mi vientre bajo. Tomé su miembro entre mis manos, y comencé a masajearlo mientras sus gemidos se acallaban en mi boca.
B-Bella… Dijo apartándose de mí mientras gemía.
¿Si? Pregunté mientras seguía con mi trabajo.
Ya… no lo aguanto… Dijo quitando mi mano de su miembro y entrando en mí de una sola estocada, profundamente, sin piedad.
El grito que salió de mí, creo que llegó a despertar a los vecinos de enfrente. Pero había sido un grito de placer, no como lo había interpretado Emmet, o sea, de dolor. 
Lo siento… s-soy un animal… Dijo jadeante y con el ceño fruncido.
Lo conocía perfectamente, y sabía que se torturaría por lo que había hecho.
No sabes… interpretar a una mujer… Dije agitadamente. Él me miró confundido.
Le sonreí mientras tomaba su rostro entre mis manos y lo acercaba a mis labios, que una vez que se juntaron, devoré los suyos con ansias. Mientras lo besaba, subí mis piernas por encima de su cadera, quedando totalmente abierta y expuesta a él. Solté sus labios y me dirigí a su oído.
Hazlo otra vez… Le pedí en susurro sensual antes de morder el lóbulo de su oreja.
¿S-segura? Preguntó tragando en seco e intentando contenerse.
Gruñí mientras me moví con fuerza debajo de él, provocando que gimiera con fuerza. Me sonrió maliciosamente.
Tú lo pediste… Dijo y salió casi por completo de mí, para entrar con toda fuerza y rudeza. Grité mientras rasguñaba su espalda y me arqueaba.


 ¡¡Hello people!! :D Cómo están (?) ^-^
Sí, lo sé... ._. Siento dejarlas un tanto olvidadas. :c
Pero sepan que siempre me acuerdo de ustedes, solo que no aparezco porque no tengo caps que subir, y bueno... Es un tanto frustrante, porque sé que ustedes esperan por ellos... :/
Pero, hago lo que puedo, mis niñas... :]
Okey, ahora a lo nuestro... :B <3
¿Les gustó el cap? ¿Opiniones?
Love all ya'.
Peace. Out.
Ally C-B.

miércoles, 2 de mayo de 2012


Bella POV
Nos detuvimos en seco cuando llegamos a orillas del río al cual yo muchas veces visitaba para aclarar mis pensamientos. Giré mi rostro a él, y lo miré confundida.
—¿Nadaremos? —Edward sonrió divertido antes de negar con la cabeza.
—¿Y estropear tu hermoso atuendo? Claro que no. —Me guiñó un ojo divertido, a lo que yo respondí con una media sonrisa. Si hubiera sido humana, mi corazón hubiera sufrido un lapso ante sus palabras, y de seguro, mi rostro habría sido de una tonalidad profunda de rojo.
—Saltaremos… —Dijo con diversión mientras retrocedía unos tres pasos. Reí sin poder evitarlo mientras me cruzaba de brazos sacudiendo la cabeza.
—Tú primero. —Dije con un eje de inseguridad escondida entre mis risas y la estúpida sonrisa que no se iba de mi rostro mientras lo observaba retroceder.
Edward volvió a guiñarme un ojo desde su posición antes de correr sobre sus pasos y tomar impulso desde una piedra a orillas del río, saltando hacia el otro lado de forma perfectamente elegante y deslumbrante. Su cuerpo se perdió entre los árboles del otro lado del río.
Suspiré embelesada mordiéndome el labio inferior. ¿Acaso nunca dejaría de ser tan perfecto, ni siquiera al momento de saltar una enorme extensión de río? No, claro que no. Él seguía siendo Edward Cullen.
Sacudí mi cabeza volviendo a la realidad al escuchar su socarrona y divertida risa.
—Fanfarrón. —Musité sonriente mientras retrocedía unos cinco pasos. 

Holó (?) :B Alguien aún interesado en este fic (?) ^-^
Ok, si hay, ¡mil disculpas por la tardanza! ._. Prometo ponerle un poquito más de rapidez a los dedos... :B
El cap entero tendrá que esperar a la semana que viene, ya que tendré que irme por unos días. Pero volveré, no se preocupen. :] (?)
Okey, ahora... ¿Alguna opinión sobre el adelanto? <3
Love all ya'.
Peace. Out.
Ally C-B.
 
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