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miércoles, 29 de febrero de 2012

Summary: Jasper tuvo que sufrir las consecuencias que sus actos le dejaron al intentar morder a Bella en su cumpleaños, el abandono por parte de la familia Cullen. ¿Qué ocurrirá cuando logre disculparse? J/B. R: M.
Advertencia: Este fic tiene rating M por futuros Lemmons y por el vocabulario. Ya saben, si no les gusta, vuélvanse por donde llegaron. No quiero ser mala, pero luego no quiero reclamos si ya hice advertencia.

1.-Capitulo Uno
“Todos tenemos una debilidad…”
Last Moon
By Ally Cullen-Black
&.
Jasper POV
“¡Estúpida debilidad!” Insulté en mi mente mientras me sentaba en aquel árbol caído y tomaba mi cabeza entre mis manos. ¿Cómo había podido ser tan estúpido en confiarme de esa forma? ¿Cómo siquiera había tan solo pensado el hecho de lastimar a Bella? Las malditas imágenes de ese momento, el rostro de pánico de Bella al verme como el monstruo que era, y la culpa me carcomían por dentro.
—Aquí estas. —Dijo Emmet caminando hacia a mí.
—¿Cómo esta? —Pregunté refiriéndome a Bella mientras pasaba mis manos por mi rostro.
—Pues, Carlisle tuvo que coserla. —Levanté mi rostro confundido. —Bueno, cuando perdiste el control, Edward empujó a Bella hacia atrás, y la pobre se cortó con el jarrón de Esme. —Explicó sentándose a mi lado.
Una fuerte punzada de dolor se produjo en mi interior. ¿Qué nunca dejaría de ser el estúpido sin control de sí mismo? ¿Por qué tenía que ser yo el que arruinara el cumpleaños de Bella? Yo, a pesar de no conocerla, la quería. No solo porque revivió al Edward amistoso, casi humano podríamos decir, sino porque ella era un total misterio para mí, y eso me atraía. No de la forma en que atraía a Edward, solamente sentía curiosidad por ella.
Bella no era la típica adolescente que sale con sus amigas y se olvida de todo el mundo, no era egoísta ni egocéntrica como las demás. Ella era… extraña. Su amor por los que la rodeaban, en especial su familia, y su amor por los libros, me incentivaban a querer conocerla, a intentar ser su amigo. Pero mi debilidad hacia la sangre humana no me lo permitía, y gracias a ello, había arruinado su cumpleaños, a pesar de que ella no lo quería festejar. Inclusive le había hecho un regalo, con esperanzas de así poder comenzar una relación de amistad con ella, pero no.
“Otra vez, Jasper Cullen, metiste la pata.” Me recalcó mi mente. ¡Es que acaso no tenía suficiente con mis sentimientos, que ahora, mi estúpida conciencia se metía!
—Lo siento. —Fue lo único que salió de mis labios. —No fue mi intención arruinar todo…
—Tranquilo, Jazz. —Me alentó Emmet dándome un ligero golpe en la espalda.
—¿Cómo esta Edward? —Me animé a preguntar.
—Amm… Yo no volvería si fuera tú. —Sus palabras me asustaron.
—¿Qué quieres decir con eso?
—Jasper, Edward está que arde de la furia. No es un muy buen momento para aparecerse…—Bajé mi mirada, no soportaba la culpa que sentía. —Repito, yo no volvería si fuera tú…
—Emmet, tus palabras no son halagadoras. —Dije sin mirarlo.
—Lo sé, pero son la pura verdad. —Dijo sin sonreír ni bromear. Por primera vez, habló en serio, como cualquier adulto. Escuché unos delicados pasos venir hacia nosotros. Por su forma tan delicada y danzarina de caminar, supe que era ella.
Levanté mi vista para encontrarme con una Alice con la cabeza gacha.
—Alice… —Susurré dolido mientras me ponía en pie junto con Emmet. Ella era no era de estar de esa forma tan apagada. Esa no era mi Alice de siempre, y todo era por mi culpa. Podía sentir su profunda tristeza y, ¿desesperación? ¿Por qué estaba desesperada?
—Emmet, ¿puedes dejarnos solos, por favor? —Pidió sin levantar su mirada. Su voz era fría y dura. Emmet asintió sorprendido por su tono mientras se iba y nos dejaba solos.
—Alice, yo… —Empecé mientras me dirigía a ella. Pero dejé de hablar cuando estiró su mano hacia mí. Me paré en seco, sorprendido por su acción, y aún más cuando vi su rostro demacrado.
—Lo siento, Jasper. Pero esto no va más. —Sentí mi corazón detenerse, aunque ya estuviera quieto.
—¿A qué te refieres? —Pregunté confundido y un poco asustado.
—Yo, quiero que te vayas…
—¡¿Qué?!
—Ya hable con Peter y Charlotte, y están más que entusiasmados con volver a verte. —Dijo con su mirada fría, al igual que sus sentimientos.
—¿Qué quieres decir? —Pregunté esta vez alterado.
—Jasper, lo siento, pero lo mejor va a ser que te vayas. Yo…—Se detuvo por un momento y respiró profundamente. —No puedo seguir contigo, es… difícil.
—¡¿Difícil?! —Grité, pero más que alterado, estaba dolido. Ella me estaba dejando, a mí, a su esposo. —Alice, te lo suplico…
—Ya hablé con Jenks. Aquí tienes los papeles del divorcio. —Dijo dejándolo en el árbol en el que antes había estado sentado junto con Emmet. —Lo siento, pero es lo mejor.
—Alice… —Otra palabra no salía de mi boca. Mi Alice me estaba dejando, me estaba abandonando. La que creí que sería mi compañera de toda esta eternidad, me estaba hiriendo en lo más profundo.
—Adiós, Jasper. —Dijo antes de salir corriendo dirección a la casa de los Cullen.
Todas sus palabras me golpeaban como una patada en el estómago.
Lo siento, Jasper. Pero esto no va más…” “Yo, no puedo seguir contigo, es…difícil…”.
Me dejé caer al suelo sentado mientras apoyaba mi espalda en el árbol caído. Mi Alice me había dejado. La familia Cullen me había dejado. Edward estaba enojado conmigo. Bella seguramente estaba igual que él. Y ahora yo volvería al pasado.
Volvería a ser el Mayor Jasper Whitlock. Volvería a ser un vampiro ‘carnívoro’ y solitario. ¿Por qué? Yo no quería serlo, no quería estar solo, no quería volver a ser un monstruo come humanos.
—Y no lo serás si no lo deseas, Jasper. —Dijo Peter saliendo de entre los árboles junto con Charlotte. —Ven, vamos a casa. —Dijo pasando uno de mis brazos por su cuello y ayudándome a levantar.
Sí, sonaba estúpido, pero yo no sentía mi cuerpo, ni mis propios sentimientos. Todo se había derrumbado para mí.

 Okey, no pude resistirme, y subí el primer cap. *-* aksjaks. :$
¿Qué me dicen mis niñas? ¿Les gusta? ¿Sigo? :B
¡Las amo!
Peace. Out.
Ally C-B.

lunes, 27 de febrero de 2012

Summary: Jasper tuvo que sufrir las consecuencias que sus actos le dejaron al intentar morder a Bella en su cumpleaños, el abandono por parte de la familia Cullen. ¿Qué ocurrirá cuando logre disculparse? J/B. R: M.
Advertencia: Este fic será rating M por futuros Lemmons y por el vocabulario. Ya saben, si no les gusta, vuélvanse por donde llegaron. No quiero ser mala, pero luego no quiero reclamos si ya hice advertencia.

Prefacio
“Un nuevo despertar, una nueva oportunidad, un nuevo comienzo…”
Last Moon
By Ally Cullen-Black
&.
Bella POV
Podía sentir aquel ardor, aquel fuego del que tanto me habían hablado cuando era humana, aquel ardor que sentí cuando James me mordió hacía dos años atrás. No pude evitar retorcerme ante aquel dolor tan insoportable, y aunque intentara no hacerlo, me era imposible. No quería que él sufriera al verme así, pero no tenía opción, el dolor era grande.
Cada extremidad de mi cuerpo se sentía como si me hubieran tirado a las brasas vivas, como si millones de camiones cargados hasta los extremos me pasaran por encima, como si me hubieran arrojado a una pileta totalmente congelada; una, dos, tres, cuatro, cinco, hasta seis veces seguidas.
De a poco, ese fuego comenzó a subir lento, desde la punta de los dedos de mis manos y pies, dejando una sensación extraña, creo que era alivio. Comenzó a subir, mientras mi corazón palpitaba cada vez más rápido, y en un momento, el fuego llegó a él, provocando que mi pecho se levantara y gritara por el dolor. Ambos luchaban, mi corazón latía con frenesí intentando permanecer vivo, resistir, mientras el fuego ardía en él. Pero ninguno ganaba, hasta que… ¡Plum! Todo acabó, dejando una sensación fresca y aliviadora.
Podía escuchar a mi corazón tranquilo, casi sin latir, y  mi respiración… bueno, sin respiración, no me era necesario. Los sonidos a mi alrededor eran fuertes y extraños, como los olores. Escuché como alguien comenzó a correr hacia donde yo estaba recostada, que era muy probable que estuviera en su habitación. Sabía quien era el que estaba viniendo hacia mí, podía sentirlo.
—Bella, ¿me oyes? —Preguntó la dulce y cantarina voz de Charlotte. Aún no me quería mover, no quería hacer nada hasta escuchar SU voz.
Como si hubiera oído mis pensamientos, escuché su hermosa voz tranquilizándome.
—Bella, cariño. —Dijo mientras entraba en la habitación. —Aquí estoy, ¿me escuchas? —Preguntó acariciando mi mejilla. Sonreí al sentir su tan reconocible caricia, aunque algo era diferente. Ese tacto frío y duro de antes había cambiado, ahora era cálido y suave. Hermoso.
De a poco comencé a abrir mis ojos, para encontrarme con él. Mi verdadero y único amor, con el que compartiría toda la eternidad que tenía de ahora en adelante.
Él sonrió al escuchar esas palabras que tanto amaba que dijera, que sentía y que me demostró en el tiempo que fui humana:
Te amo, Jasper…

¡Holas! :D Aquí se presenta la señorita 'ideas retorcidas'... ;P
Ok, no... Pero sí volvi (? :L Daaa... :B
Bueno, llegué con otra idea nueva. La verdad, es que "Mi segunda vida" está apunto de terminar, y por ello -o al menos eso creo yo, O.O- se me vienen nuevas ideas a la cabeza al momento en que me alejo un poco de MSV, ya que estoy super enfocada en ella para terminarla. :)
Bueno, en fin... ¿Qué opinan sobre la que se viene? ;D
Y las que se preguntan por "Breathe Me", NO. No me olvidé de ese fic, el segundo capitulo está -creo- en proceso Beta, así que... ;) 
Just wait, girls.  <3
Peace. Out.
Ally C-B.

domingo, 26 de febrero de 2012

Summary: Bella es la prometida de Edward Cullen. Pero, ¿por cuánto tiempo? ¿Cuál será la elección de Bella una vez que asuma los sentimientos hacia el hermano mayor de su prometido, su mejor amigo, Emmet Cullen? R: M. Bella/Emmet.
ADVERTENCIA: Contiene lenguaje fuerte y escenas sexuales explícitas. Personas que no les gusta ese tipo de temas, vuélvase por donde llegó. Bajo advertencia, NO HAY RECLAMO.
Canción (?): No. Por esta vez, no hay nada. Les doy permiso para que escuchen lo que se les plazca. XD HAY LLEMON, tengan eso en consideración al comenzar a leer. (; Por lo que yo únicamente sugiero algo sexy. :$


2.-Capitulo Dos
Relaciones Prohibidas
By Ally C-B.
&.
Bella POV
No había esperado que Emmet reaccionara de la forma en que lo hizo, pero no podía negarlo, me había encantado.
Estaba sentada a horcadas sobre él, besándolo salvajemente, con mis dedos enredados en su cabello. Sus manos iban de mi espalda a mi cintura, y de mi cintura a mi trasero, el cual acariciaba y masajeaba por debajo de mi falda.
Comencé a bajar dejando besos húmedos por todo su cuello, mientras Emmet cerraba sus ojos e intentaba no perder el control.
—B-Bella… —Intentó hablar pero lo calle poniendo uno de mis dedos sobre sus labios. Sabía lo que iba a decir, pero yo no quería parar.
Estaba tan excitada y tan mojada, que no me importo una mierda de nada.
—Shh, olvídate de todo. Déjate llevar… —Le pedí susurrando sensualmente en su oído antes de volver a su cuello.
—¿E-estas… segura? —Preguntó acariciando mi espalda por debajo de mi musculosa. Tomé su rostro entre mis manos y lo volví a besar, igual que antes. Salvaje.
—¿Es… suficiente… respuesta? —Pregunté entrecortadamente por la respiración una vez que lo solté.
Emmet sonrió burlonamente antes de comenzar a bajar por mi cuello y comenzar a subir mi musculosa. Levanté mis brazos para que le fuera fácil quitármela. Una vez afuera, Emmet comenzó a bajar por mi cuello hasta el inicio de mis pechos mientras que con sus manos acariciaba mi espalda y mi trasero, hasta que pasados unos minutos se decidió por quitarme la falda. La desprendió mientras yo dirigía mis manos al final de su playera y comenzaba a subirla. Él imitó mi acción anterior, levantando sus brazos para que la prenda saliera fácilmente.
Por primera vez, vi a Emmet con otros ojos. Con ojos de cualquier otra mujer y no con los de 'mejor amiga'. El cuerpo de Emmet era enorme, siempre lo fue. Pero se notaba que todas esas horas en el gimnasio con Edward, tenían sus beneficios. Los brazos de Emmet eran musculosos y su pecho estaba muy bien trabajado, con todo su abdomen marcado. Mordí mi labio inconscientemente mirándolo embobada.
—¿Te gusta? —Me preguntó sonriendo burlonamente.
A pesar de encontrarnos de esa forma, de esa manera tan excitada, él no dejaba de ser Emmet, el creído y arrogante amigo de siempre, el 'playboy' que fue en aquellos días de Instituto, el que hacía que todas mis amigas se derritieran por él…
Levanté una de mis cejas dándome cuenta de que quería provocarme.
"Okey, ¿quieres jugar? ¡Juguemos!" Pensé sonriendo mientras me alejaba de él y me paraba al frente suyo.
Emmet me miró confundido, sin entender qué quería hacer, pero él realmente no se esperaba mi jugada. Me di vuelta y bajé mi falda agachándome, dándole la más perfecta de las vistas a mi trasero casi desnudo, ya que llevaba puesta una diminuta tanga. Me paré derecha y tiré mi falda por ahí.
Escuché el gruñido de Emmet y me giré sonriéndole provocadoramente. Él se paró abruptamente y me abrazó por la cintura, pegándome a su cuerpo. Sentí su duro y erecto miembro contra mi pierna y sonreí victoriosa. Había logrado lo que quería, provocarlo.
Lo empujé haciendo que cayera sentado en el sofá mientras me volvía a sentar a horcadas sobre él. Lo volví a besar mientras mis manos bajaban por su pecho a su pantalón. Lo desprendí mientras nuestras lenguas luchaban por el control en la boca del otro.
Emmet se levantó un poco para que pudiera bajar el pantalón, pero terminó quitándoselo con los pies mientras nuestros labios no se despegaban. Metí mis manos en su bóxer y tomé su miembro entre mis manos provocando que gimiera en mi boca. Comencé a acariciarlo por toda su longitud, de arriba hacia abajo, haciendo que él rompiera con el beso y echara la cabeza hacia atrás, disfrutando de la sensación, mientras yo bajaba por su cuello, lamiendo y besando todo lo que tenía en mi alcance.
Sabía que era lo que exactamente le gustaba, y como le gustaba que lo hicieran. Ser la mejor amiga tenía sus beneficios, uno de ellos, era saber cómo le gustaba el sexo.
—B-Bella… ya… ¡Oh, Dios!... Para… —Gemía Emmet tratando de controlarse.
—¿Eso quieres, Emm? —Le pregunté seductoramente en su oído. —¿Quieres que pare? —Pregunté aumentando la velocidad de mis caricias allí abajo, sabiendo que no se resistiría.
—¡Demonios! No… —Dijo acariciando con sus manos mis piernas. —Por favor… no… no… no pares… —Me pidió reposando su frente en mi hombro mientras respiraba aceleradamente.
Podía sentir los temblores de Emmet, indicando que en cualquier momento se vendría en mi mano. Desaceleré el ritmo, torturándolo un poco. Él aprovechó de la concentración en mis acciones y desprendió mi sostén, quitándomelo y tirándolo por algún lugar de la casa.
Le quité su bóxer, obviamente con su ayuda, ya que en la posición en la que nos encontrábamos no era la más cómoda, pero no queríamos parar. Al principio me dio un poco de miedo al ver a su granmiembro, pensé que no entraría en mí, a pesar de haberlo visto antes. Emmet, era el cobrador de todas las bromas pesadas de Jasper, Edward y Jacob, mi hermano mayor. Por lo tanto, su querido amigo, había quedado expuesto a la vista de todos gracias a ellos.
Había quedado algo atónita al pensar si su gran amigo podía llegar a entrar en mí, pero después me convencí a mí misma y lo tomé como un reto. Tenía que entrar, e iba a entrar. Es más, me excitaba pensar en el placer que ese gran amigo podía llegar a otorgar.
Sentí todo el aire irse de mis pulmones cuando Emmet comenzó a besar mis pechos. Los lamía, mordía con desesperación, provocándome, excitándome más si es que era posible, mientras yo gemía cada vez más.
—Sabes, hay algo que me molesta. —Dijo Emmet con voz ronca subiendo por mi cuello.
—¿Ah, sí? —Pregunté tratando de que mi voz saliera. —¿Q-qué cosa? —Pregunté enredando mis dedos en su cabello.
—Esto. —Dijo antes de arrancar mi tanga. Un pequeño gritito salió de mis labios, haciendo que él riera. Le sonreí antes de besarlo otra vez.
De a poco, fui acercando mi centro a su miembro haciendo que se rozaran. Ambos gemíamos en la boca del otro, mientras de a poco comenzaba a entrar en mí. Dolía un poco, no estaba acostumbrada a su grandeza. Cortamos el beso ya que no podíamos evitar gemir con fuerza.
—Eres… jodidamente… estrecha… —Logró decir Emmet entre gemidos. —¿Es que mi hermanito… no te atiende? —Preguntó antes de morder mi hombro. Gracias a esa acción, mi risa sonó entre medio de un gemido audible.
Una vez que entró, me quedé quieta durante unos segundos. Lo sentía tan adentro que dolía, pero a la vez me generaba mucho placer. Cuando me acostumbre a él, comencé a moverme en círculos, haciendo que ambos gimiéramos en jadeos pesados.
Si en ese momento me preguntaran si alguna vez me hubiera imaginado tener sexo con Emmet, yo hubiera contestado que no. Pero allí me encontraba, cabalgándolo, gimiendo de placer al igual que él. Lo peor de todo era que me encantaba, me encantaba su forma de acariciarme mientras me embestía, me encantaba su forma de besarme, tan delicadamente y después pasar a lo salvaje.
Comencé a sentir como estaba punto de tocar el cielo con la punta de mis dedos. Y definitivamente, esto era nuevo. Sentí mis paredes temblar y llegué a un exquisito orgasmo dejándome caer sobre Emmet, apoyando mi cabeza sobre su hombro, pero él aún no había llegado.
Él se paró conmigo en sus brazos, mientras yo enrollaba mis piernas en su cintura haciendo que entrara más en mí. Él gimió antes de sonreírme mientras yo me movía en círculos con los ojos cerrados.
Subió las escaleras con cuidado y tratando de no dar un paso en falso y lastimarme. Dos minutos más tarde, sentí la suavidad de las sabanas en mi espalda. Abrí los ojos para encontrarme en su cuarto, en su cama, con él aún dentro mío.
—¿Lista? —Me preguntó con una sonrisa divertida. Asentí cerrando mis ojos.
Emmet comenzó a embestirme lento, pero profundo, mientras yo rasguñaba su espalda. Sus embestidas comenzaron a acelerarse provocando que arqueara mi espalda, disfrutando del placer que me provocaban sus penetraciones.
Podía sentir a Emmet temblar, ya estaba a punto de llegar, al igual que yo. Volví a enredar mis piernas en su cintura, ayudándolo con las embestidas. Un par más, su respiración comenzó a ser en jadeos pesados, y llegó. Llenándome por completo y llevándome con él.
Él se dejó caer sobre mí, provocando que la fricción de nuestros cuerpos sudados fuera exquisita, escondiendo su rostro en mi cuello mientras yo lo abrazaba y ambos respirábamos aceleradamente.
Pasados unos minutos, se alejó un poco para ver directo a mis ojos con una sonrisa en su rostro antes de volver a besarme tiernamente y salir de adentro mío, dejándose caer a mi lado.
*Fin del flashback*


¡Holis! ^.^
Segundo cap, ¡editado! :D
El próximo, ¡es nuevo capitulo! *salta emocionada* Espero les guste... :)
¡Las amo!
Peace. Out.
Ally C-B.

jueves, 9 de febrero de 2012

(Historia Original)
Sinopsis
Julie era una chica adicta a todo tipo de cosas sobrenaturales. Pero a pesar de ello, no creía la posibilidad de que realmente existieran dichos acontecimientos. Es más, nunca quiso presenciar uno -aunque en su fuero interno lo deseara-.
Pero todo cambió aquel día de tormenta, cuando aquella luz violeta apareció en medio de su habitación, y tras de ella, las últimas personas que la chica hubiera imaginado que estuviesen relacionadas con su futuro…
.
“Esto es lo que soy. Tengo que aceptarlo… Y aunque tenga que morir, lo haré por la humanidad a la que alguna vez pertenecí…”-Julie M. Hampton.

 ¡Nueva locura! =B
Okey, mis amores... A esta historia, la subiré en mi blog personal, el cual, dejaré en enlace abajo. :D
Espero les guste. :D Ya llevo tres caps escritos y publicados. C:
¿Me dejan su opinión en el otro blog?
¡Las quiero!
Peace. Out.

jueves, 2 de febrero de 2012

Mi segunda vida.
Summary: Cuando Edward dejó a Bella, lo hizo con la esperanza de que ella tuviera una humana y feliz vida… ¿Qué hubiera ocurrido si ella así lo hubiera planeado, a no ser por un minúsculo detalle?
Disclaimer: -Nunca lo aclaro, pero no está demás hacerlo-. Los personajes no son míos –I fucking wish- son de Meyer. La 'blasfemia' que están a punto de leer, sí es mía. XD
Canción ultra-mega-super-archi necesaria: (Yiruma) Kiss the rain_Sungha Jung. Si no van a escucharla mientras leen, directamente NO LEAN... Es casi tan necesaria como respirar. Thank you...^^
N/A: Chicas, con respecto a la canción, búsquenla así como está arriba. Es la versión en guitarra acústica. :D Pero si quieren escucharla en versión piano, no hay problema. Como ustedes lo prefieran... :) Pero, si quieren mi opinión, en guitarra acústica, queda MUCHO mejor, y va PERFECTO con el cap. ;)
Ahora sí... ¡Enojy! ^^

Recuerdos
Bella POV
Después de aquel día de preparación para la pelea, todos decidimos marcharnos a nuestras casas. Después de todo, el día siguiente teníamos Instituto y debíamos seguir actuando como si nada. No teníamos el lujo de faltar más de lo debido y que no nos amonestaran.
—Hasta mañana, Bells. Espero que descanses, mañana será un día muy pesado. Y tú, Edward, llega a casa temprano. —Dijo Alice maliciosa antes de romper el abrazo en el que me habían envuelto sus pequeños brazos. No entendía por qué aun se preocupaba porque me cansara, ya no era humana, y ese problema ya no me agobiaba.
—Hasta mañana, Bells. —Me dijeron Esme y Carlisle siendo los últimos de los Cullen en despedirse, ya que Rosalie, Emmet, Jasper y Alice ya se habían perdido en medio del bosque.
—Hasta mañana. —Me despedí abrazando cariñosamente a Esme para luego despedirme de Carlisle. Los vi alejarse, para luego también ellos sumergirse en el bosque.
Me gire con una sonrisa de alegría en mi rostro por lo feliz que me sentía. El día había sido maravilloso, a pesar que se acercaban para nosotros momentos tormentosos. Decidí hacer a un lado aquellos pensamientos, y me fui directo a los brazos de Edward; y fue hasta entonces que me percate que estábamos solos en aquel inmenso claro, sin nadie que nos distrajera.
—¿Y los demás? —Le cuestioné mientras sus brazos me atrapaban y nuestros cuerpos se encontraban.
—Decidieron adelantarse. —Dijo viéndome con amor y anhelo, que de ser humana, probablemente hubiese tenido un colapso nervioso. Alce mis cejas sospechando que tras sus palabras había más, y en sus ojos vi que no podía ocultarlo.
—Ellos solo pensaron que deberían dejarnos solos. —Dijo mientras con la punta de su nariz acariciaba la mía y suspiraba.
—Déjame adivinar, el que nos quedáramos solos fue por decisión de Nicole y Josh, ¿verdad? —Le pregunté aun cuando sabía que esa era la verdad, y él al ver en ese momento mi seriedad no hizo más que lanzarse a carcajear.
—Al parecer conoces muy bien a tus hermanos. —Dijo entre risas.
—No encuentro lo gracioso, Edward. —Dije derrumbándole en el suelo para que dejara de reír como loco, pero él fue más rápido que yo, y me tomo de la cintura haciendo que cayera sobre él a lo que ahora los dos reíamos.
—No sería gracioso si hubieses oído la mente de tus hermanos. —Dijo aun riendo y sin parar.
Me quede sonriendo, mirándolo por unos segundos, contemplando su belleza y esa felicidad que siempre que estábamos juntos solía emanar. Era todo tan perfecto, tan hermoso, que no pude evitar acercarme a sus labios y besarlos con amor y necesidad. Mis labios tomaron al principio dulcemente los suyos, él me correspondió y con la misma intensidad. El beso se fue tornando un poco más profundo sin perder aquella esencia tan pura y tan real, pero lastimosamente debimos separarnos cuando los primeros rayos del sol comenzaron a brillar chocando sobre nuestra piel.
—Amo sentirte tan cerca, tan mía… Pero a veces odio volver a la realidad. —Dijo Edward acariciando con su nariz la mía, sin querer apartarse y sin intensión de dejarme marchar. —Odio tener que alejarme de ti, aun que sea por un par de horas, cuando sé que tenemos una eternidad. Pero en todo el tiempo en el que te estuve tan lejos de ti, solo hizo que te necesitara aun mas…—Volvió a decir para después volver a besarme pero esta vez con deseo, amor y felicidad. Correspondí el beso, pero tuvimos que alejarnos antes de romper con la poca cordura que a ambos nos quedaba.
—Vamos, debemos ir al Instituto. —Le anime poniéndome de pie y extendiendo mi mano para que la tomara. Él sonrió, tomó mi mano y se puso en pie.
Me tomo por la cintura y me beso una última vez. Después me susurro un "Te amo" y se perdió en el bosque en dirección a su casa. No pude evitar suspirar como boba mientras me quedaba unos segundos oyéndolo alejarse. Luego me di media vuelta y me fui corriendo a casa.
Acababa de dejarlo ir y ya lo extrañaba. Pero como él mismo había dicho, teníamos una eternidad para ambos. Ahora lo importante era prepararnos para nuestra batalla y seguir actuando como si nada.
Llegue a casa y justo cuando cruce la puerta me tope con Nicole y Josh. Este par se las verían conmigo, pero por el momento no les seguiría el juego y subiría a ducharme y a cambiarme a mi habitación. Pero justo cuando ponía mi pie en el primer escalón, Josh se cruzó en mi camino.
—Y que valió el abandonarte…—Dijo con voz picara y con mala intensión.
—Por supuesto, querido, pero creo que a ti no te debo ninguna explicación. —Le dije mirándolo totalmente seria y luego seguí mi camino hasta mi habitación.
—Deberías agradecérmelo, al menos di un "gracias, Josh"…—Lo oí gritar cuando subía las escaleras, luego se carcajeó como todos en la habitación.
A veces me ponía de mal humor los chistes mal intencionados de mi hermano, y hasta ahora me daba cuenta que él era una especie de Emmet. No solo tenía que aguantarme las bromitas del enorme oso, sino que también las de Josh.
Resignada a que el resignarme era lo que quedaba, me duche y luego me vestí para ir al Instituto y por lo menos distraerme un rato de toda esta tensión.
.
.
.
—¡Bella! —Saltó Alice abrazándome cuando me bajé de mi auto una vez que lo aparqué en el estacionamiento del Instituto.
—Alice…—Reí correspondiéndole. No había pasado más de un par de horas desde que nos separamos y me abrazaba como si no nos hubiéramos visto en semanas.
Una vez que me soltó, y nos volviéramos a saludar entre todos, entramos en el Instituto. Edward tenía su brazo firme alrededor de mi cintura, dejando notar que yo tenía dueño, y era él. Sonreí sin poder evitarlo. Pero toda sonrisa de alegría se fue de mi rostro cuando entramos en ese pasillo con un par de estudiantes merodeando, ya que era tarde, y el olor a sangre humana me golpeara como si fuera una maldita neófita, una principiante.
Me tensé tomando fuerte la mano de Edward que jugueteaba con la mía. Sentía ese ardor en mi garganta matándome, metafóricamente. Estaba a punto de perderme
"¡Edward, está a punto de perder el control!" Escuché el grito de Jasper en mi cabeza y mi mano voló al collar que colgaba de mi cuello.
No. No lo haría. No me perdería como la última vez… No volvería a matar a otro humano por un simple error de autocontrol. No volvería a hacer sufrir a una familia entera por un estúpido error mío. No otra vez…
Cerré los ojos sin soltar la mano de Edward. Él le dio un ligero apretón y respiró profundo.
"Edward… distráeme." Le pedí con súplica por mi mente una vez que me liberé del escudo. Necesitaba que me ayudara, lo necesitaba a él.
Imágenes, recuerdos comenzaron a llenar mi cabeza… Pero no eran míos. Es decir, sí estaba en ellos, pero eran desde la perspectiva de él, de mi Edward…
"—¡No es sólo tu compañía lo que anhelo! Nunca lo olvides, nunca olvides que soy más peligroso para ti de lo que soy para cualquier otra persona… —Y no pude decir nada más.
Después de un momento de mutuo silencio Bella agregó:
Creo que no comprendo exactamente a qué te refieres... Al menos la última parte.
¿Sería posible, que después de todas las cosas que le había mostrado en estas últimas horas, luego de haber confesado una y otra vez lo que mi presencia significaba para ella; que no entendiera?
¿Cómo explicarte? Sin aterrorizarte de nuevo...
Volví a poner mi mano sobre las suyas, fue casi instintivamente ya que deseaba aquel cálido contacto. Al comprender lo que había hecho miré nuestras manos y suspiré. Ya me podía ver a mi mismo acostumbrado a eso, era tan fácil amarla y tan exquisito su contacto.
Esto es asombrosamente placentero... el calor.
Su contacto, la cercanía de nuestros cuerpos, su respiración casi golpeándome. El pulso sobre su muñeca, el calor que subía por mi mano hasta mi brazo. Sus ojos abiertos para mí. Su olor quemando mi garganta…
Sabes que todos disfrutamos de diferentes sabores. Algunos prefieren el helado de chocolate y otros el de fresa. —Asintió. —Lamento emplear la analogía de la comida, pero no se me ocurre otra forma de explicártelo.
La comparación, de verdad hacía que me sintiera avergonzado y miserable. Bella sonrió, seguramente para infundirme valor y yo sonreí lleno de pesar.
Verás, cada persona huele diferente, tiene una esencia distinta. —Traté de explicarme lo mejor posible. —Si encierras a un alcohólico en una habitación repleta de cerveza rancia, se la beberá alegremente, pero si ha superado el alcoholismo y lo desea, podría resistirse. Supongamos ahora que ponemos en esa habitación una botella de brandy añejo, de cien años, el coñac más raro y exquisito y llenamos la habitación de su cálido aroma... En tal caso, ¿cómo crees que le iría?
Al parecer había escogido mal el ejemplo y ella seguramente no entendía nada de lo decía ya que permaneció en silencio, pero no apartó su mirada de mis ojos. Maldecía el no poder leerle el pensamiento una vez más.
Cuando ya no pude aguantar más la curiosidad y el silencio le dije:
Tal vez no sea la comparación adecuada. Puede que sea muy fácil rehusar el brandy. Quizás debería haber empleado un heroinómano en vez de un alcohólico para el ejemplo.
¿Sería ese un buen ejemplo? Me devané los sesos tratando de encontrar alguna buena comparación, pero era demasiado difícil tratar de explicar lo que ella representaba para mí, o por lo menos en la forma que me hacía sentir.
Bueno, ¿estás diciendo que soy tu marca de heroína? —Dijo de pronto pero en un tono juguetón.
¡Bingo! Había dado en el clavo y reí de buena manera. Sí, ella había entendido perfectamente bien.
Sí, tú eres exactamente mi marca de heroína…"
«Siempre serás mi todo, Bella. Mis fuerzas, mi debilidad, mi razón de existir… Siempre lo fuiste, y siempre lo serás.» Me dijo por su mente. Sonreí. Era tan extraño oír todo desde su cabeza, pero a la vez, era tan hermoso…
"—Y por todo eso… —Continué. —Hubiera preferido delatarnos en aquel primer momento que herirte aquí, ahora, sin testigos ni nada que me detenga.
¿Por qué?
Había llegado el momento. Mi corazón casi me salía por la boca, sentía una sensación extraña en el estomago, pero continué adelante. Sentí como si mi cuerpo cayera de una gran altura, pero no sentía miedo, sentía alivio.
Isabella… —Cuidadosamente pronuncié su nombre completo, al tiempo que despeinaba su pelo con la mano libre; se estremeció por el contacto. —No podría vivir en paz conmigo mismo si te causara daño alguno. —Clavé mi mirada en el suelo, me sentía demasiado avergonzado para mirarla a los ojos.
La idea de verte inmóvil, pálida, helada... No volver a ver cómo te ruborizas, no ver jamás esa chispa de intuición en los ojos cuando sospechas mis intenciones... Sería insoportable. —Subí entonces mi mirada para encontrar sus ojos. Casi podía escucharme rogando por su amor. —Ahora eres lo más importante para mí, lo más importante que he tenido nunca.
Y ahí estaba yo, por fin me había declarado al único, verdadero y eterno amor que había conocido."
«Isabella Marie Swan, siempre te amé, y siempre te amaré. Daría lo que fuera por volver el tiempo atrás, y no verte sufrir de esta manera… Pero sé que es imposible. Aún así, nunca dejaste de ser mi razón de existir, por el cual daría mi existencia sin pensarlo una sola veces.» Suspiré profundamente, y sentí mi boca trazar una enorme sonrisa.
Todo era tan… profundo. Nunca creí que sus pensamientos fueran tan puros, tan… de él. Y Dios, cómo lo amaba… Otro recuerdo volvió a llenarme.
"Reía de felicidad, le sonreía al futuro, quedaban atrás mis días, años, décadas de eterna soledad. La amaría eternamente, aun cuando pasaran sus años humanos la amaría.
Mi existencia ya no sería más una sombra, mis noches y días no estarían más llenos de tristeza y desesperanza.
La había esperado tanto tiempo.
Y de ese modo el león se enamoró de la oveja... —Murmure, sin apartar mis ojos de ella.
Desvió su mirada ocultando sus inmensos ojos mientras se estremecía levemente.
¡Qué oveja tan estúpida! —Dijo de pronto.
¡Qué león tan morboso y masoquista! —Agregué tratando de mirar hacia el futuro, tratando de ver aquella delgada línea en la cual me había propuesto caminar. No matarla, no transformarla, solo amarla día a día, tratando de vivir uno a la vez..."
«Soy un ser egoísta, pero tengo que agradecer ese hecho… Me llevó a conocerte, a amarte, desearte con cada célula muerta de mi cuerpo. El no poder vivir, existir si no es a tu lado por ser egoísta es una de las cosas que más agradezco. Hoy te tengo a mi lado, y nunca voy a dejarte… Te amo, Bella.»
Abrí mis ojos, dispuesta a poder controlar aquello que por mi naturaleza era normal. Pero más que eso, por el gran amor que sentía por Edward.
Y me sorprendí. Ya no estábamos en el Instituto, ninguno de nuestros hermanos nos rodeaba, ningún humano había alrededor ni a la vista. Solo Edward, a escasos centímetros de mis labios, rodeándome la cintura con sus brazos, un entero bosque a nuestro alrededor y la luz de un sol de mañana tocando nuestras pieles, haciendo que el reflejo de su brillo llene el ambiente.
Él llevó su mano a mi mejilla izquierda y la acarició suavemente. Sonreí de lado estremeciéndome mientras me perdía en sus dorados ojos.
—Puedes respirar, estamos lejos. —Dijo sonriéndome torcidamente, como siempre lo hacía. Mi sonrisa favorita.
Tragué en seco antes de inhalar con algo de miedo. Ningún olor a sangre humana cerca. Alivio. Exhalé antes de volver a inhalar profundamente cerrando mis ojos, completamente aliviada y calmada. Edward suspiró.
—¿Cómo te sientes, amor? —Preguntó él sin dejar de acariciarme la mejilla.
—Mejor… —Le contesté en un suspiro aliviado mientras abría mis ojos. Él volvió a sonreírme.
Miré a mí alrededor, y no lo reconocí. Esa parte del bosque nunca la había visto cerca de mi hogar. ¿Estaríamos en otro país? Edward rió.
—No, Bella. Aún seguimos en el país. —Contestó a la pregunta de mi mente con un tono divertido. Suspiré devolviendo el escudo a su lugar, y él bufó. —Me gusta escuchar tus pensamientos… —Protestó haciendo un ligero "puchero" con sus labios. Sonreí divertida rodeando su cuello con mis brazos.
—Te amo, Edward. —Él sonrió abrazándome por la cintura.
—Te amo, Bella. —Dijo antes de que sus labios se encontraran con los míos.
Aún era tan extraño para mí besarlo. Yo recordaba sus besos completamente calculados y controlados, pero ahora, eran tan… naturales. Era como si él ya no se contuviera al besarme por miedo a ejercer demasiada fuerza sobre mi antiguo y frágilmente humano cuerpo. No. Él ya no necesitaba preocuparse por lastimarme, y lo demostraba con cada una de sus caricias.
—Bella… —Dijo juntando nuestras frentes. Suspiré. —Tienes que cazar algo. —Se separó unos pocos centímetros con la respiración acelerada. Y yo no estaba diferente. Pero es que… Lo amaba tanto. Lo deseaba. Lo necesitaba…
Me golpeé mentalmente volviendo a la realidad y asentí. Mi garganta ardía, y no podía arriesgarme más tiempo. Nos tomamos de las manos, y corrimos en busca de algo para cazar.
"Dios… ¡Lo veré cazar!" Pensé emocionada. Por primera vez, vería cazar a mi Edward. Sonreí ante la idea mientras corríamos.

¿Alguien detrás de la pantalla? ;)
Okey, tengo que hacer una ACLARACIÓN super importante... *se sienta derecha* :)
¿Vieron la parte de los recuerdos de Edward? Okey, YO NO LO ESCRIBÍ. No voy a llevarme el crédito de algo que no hice, así que les diré quien lo escribió. :D Me tomé el atrevimiento de tomarlos prestados de otra escritora. Y NO, señoritas. NO PLAGIÉ. *-* La escritora sabe, y tengo todo su permiso. :D Ella escribió como una continuación al libro de "Sol de Medianoche", y de allí son sacados estos 'recuerdos'. ;)
La autora es Alexa Cullen o Alexa Fanfic, escritora del blog: "Letras de Medianoche". :)
Bueno, una vez todo aclarado... ^^
¿Que les pareció el cap? ¿Alguna opinión?
¡Denme amor, mujeres!
¡Las amo!
Peace. Out.
Ally C-B.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Summary: Isabella Swan no es la típica chica de 17 años, torpe, indefensa e inocente. Ella es atrevida, rebelde, decidida, no le importa decir lo que piensa ni lo que los demás piensen de ella, y, por sobretodo, es la chica más deseada de todo el Instituto desde que llegó. Cualquier chico moriría por tenerla, cualquier chica desearía ser su mejor amiga, Isabella era el objetivo de todos. Pero ella ya tenía a sus dos objetivos bien fijados. Pero, ¿qué ocurrirá cuando ellos terminen siendo diferentes a lo que aparentan?
Advertencia: Contiene escenas sexuales explìcitas -por eso el rating M, daa-, lees bajo tu propia voluntad. Persona que no les gusten los trios -o LEMMONS de cualquier tipo-, RETROCEDAN. No me hago responsable bajo advertencia.
Cancion (?): No. Por esta vez, no hay nada. Les doy permiso para que escuchen lo que se les plasca. :) HAY LEMMON, tengan eso en cuenta... xD Por lo que yo unicamente sugiero algo sexy... :$
N/A: Okey, como prometí, ¡LEMMON! :D Denle un aplauso a mi siempre presente beta, Guadi, que me beteó el cap. Mujer, sabes que te quiero! ;)
Ahora sip... ¡Enjoy la lectura! ^^

16. Capitulo Dieciseis
Naughty Game
By Ally Cullen-Black
&.
Bella POV
—Oh… ¡Mierda! —Gemí cuando sentí su lengua lamer completa y lentamente mi intimidad.
Mi respiración era acelerada, mis ojos estaban jodidamente vendados y mis manos malditamente atadas al respaldar de la cama.
Sí, el mal nacido me tenía completamente a su merced. Bufé internamente. Esto no estaba bien…
Todo pensamiento se fue por el drenaje cuando su lengua comenzó a lamer insistentemente mi muy traicionero y sensible clítoris mientras dos de sus dedos jugaban acariciando mi entrada. Mis ligeros jadeos y gemidos no se hicieron esperar, resonando en aquella sucia habitación de hotel barato.
Sí, lo sé. Había caído bajo. Pero, ¿cómo iba a saber yo que mi larga caminata me dirigía a las afueras de Port Angels? ¿Cómo iba a saber que ese lugar estaba casi despoblado, y que las pocas personas que lo habitaban eran indigentes de la calle? Vamos, soy Isabella Swan, el perfecto imán atrae problemas. Me golpeé mentalmente por haber sido tan estúpida de no haberme dado cuenta de todo ello.
Su socarrona y arrogante risa me sacó de mis cavilaciones, y bufé frustrada, ya que por su risa había detenido sus acciones.
Sus dedos rozaban levemente mi entrada, haciendo que mis caderas se elevaran instintivamente, buscando más fricción. Daniel volvió a reír.
—Dime lo que quieres, gatita… —Solté un jadeo-bufido por sus palabras. Odiaba que me llamara así, pero el tono con el que lo hacía me excitaba.
Sus dedos hicieron presión en mi sensible botón, solté un ligero "Ugh", y sus dedos aflojaron. Bufé otra vez.
—Imbécil —le insulté sin contenerme por haberse detenido. Daniel volvió a reír.
Al parecer, le resultaba entretenidamente divertido verme atada y vendada de los ojos en una cama, completamente excitada. Bruto idiota. Me tragué mis insultos cuando todo se fue al carajo. Sus dientes atraparon mi clítoris, apretándolo, y sentí dos de sus dedos penetrarme de lleno. Gemí alto -casi gritando-, arqueándome y echando la cabeza hacia atrás cuando el orgasmo me golpeó con fuerza. ¡Puta madre!
Me mordí el labio intentando recobrar la respiración. Y de la nada, un recuerdo me llenó…
.
Esa sensación de enorme placer me llenaba y sentí algo húmedo acariciarme con delicadeza aquella parte sensible de mi intimidad, provocando que una descarga eléctrica me recorriera el cuerpo. Abrí mis ojos de golpe y los dirigí hacia abajo. Jadeé con fuerza ante la erótica imagen de Edward entre mis piernas, con los ojos cerrados y el ceño fruncido, completamente concentrado en su tarea de follarme con la lengua.
Tomé en puños las negras sábanas de seda volviendo a recostarme. Mordí mi labio arqueándome, dejándome llevar por esa hermosa sensación de infinito placer que él estaba entregándome. Luego de unos minutos, gruñí y jadeé pesado, su lentitud estaba matándome.
Edward… —Gemí cerrando los ojos y echando la cabeza hacia atrás. Él profirió un sonido gutural que me excitó sin la real intención de hacerlo.
Déjate llevar, Bella. —Dijo con la voz ronca antes de lamerme completa y lentamente. ¡Demonios! Estaba haciéndolo a propósito. Estaba matándome de placer lento y tortuoso. —Déjame probarte, preciosa…
Y gracias a esa voz sexy, la tortuosa lentitud de su lengua y uno de sus dedos penetrándome con esa misma lentitud, hizo que llegara a mi bendito e inigualable orgasmo.
.
Dios… ¿Acaso era real? ¿En verdad Edward me había follado con la lengua? No lo sabía, y si lo era, me costaba creerlo. Pero lo que sí sabía era que quería más de ello, y de él. No del cavernícola que me follaba con dolor, como solo sabía hacerlo el bruto y masoquista de Daniel.
Comencé a tirar de las cuerdas que me ataban a la cama, queriendo soltarme. Pero era imposible, por lo que bufé.
—¿Qué intentas hacer? —Sentí su cuerpo colocarse sobre el mío, su punta rozar mi entrada -provocando que un jadeo se me escapara-, y su voz en mi oído. —No creas que te dejaré ir tan fácilmente, gatita.
Su miembro me penetró duro, fuerte, de una sola estocada mientras sus dedos pellizcaban mi pezón derecho. Gemí, no pude evitarlo. Aunque el placer me llenara, allí, en un ligero rincón de mi mente, no estaba disfrutándolo. Sentía una pequeña pizca de rechazo -okey, eso siempre lo sentía hacia él cuando no me tocaba-, repugnancia, desprecio, y dolor. No quería más, ya no quería nada más de esto.
Agradecí entonces el tener los ojos vendados, ya que de esa forma -y gracias a la presión que ejercía la misma sobre mis ojos cerrados- impedía que las lágrimas que querían escaparse lo hicieran.
Entonces, me rendí y suspiré dejándome llevar…
.
.
.
Inspiré profundamente, y me sorprendí al oler el típico olor a flores de mis sábanas ¿Estaría ya en mi casa y en mi cama? Abrí mis ojos lentamente, y lo comprobé. Sí, era mi hermosa y suave cama. Sonreí agradecida e intenté estirarme al sentir la reconfortante suavidad de las sábanas sobre mi piel.
Y allí lo sentí.
Mis pezones dolían, sentía todos los músculos de mis piernas y brazos agarrotados, y un ligero ardor y dolor en mi entrepierna. Gemí del dolor y disgustada al recordar los típicos efectos secundarios de haber follado con Daniel, o más bien, que él me follara a mí. Comprobé también que estaba desnuda, y que mi ropa yacía en los pies de mi cama. Suspiré agradecida. Al menos, Daniel había tenido el respeto de no llevársela.
Con un enorme esfuerzo, entre gemidos de dolor y con los ojos cerrados, me senté con las piernas fuera de la cama. Como odiaba todo esto... ¡Como lo odiaba a él! Abrí mis ojos, y un grito de atoró en mi garganta. Mis muslos y piernas tenían un ligero tono azulado, y en otras partes, más cerca de mi intimidad y mis caderas, el color se profundizaba, pasando al morado.
Moretones... ¡El hijo de puta me había hecho moretones!
Solté el grito con fuerzas. ¡Al diablo! No me importaban una mierda los vecinos. Estaba enojada, molesta, y necesitaba descargarlo en algo. Cuando me calmé -pero aún con la respiración acelerada-, me puse en pie, y con dificultad caminé hasta el espejo de cuerpo completo que tenía en la pared, a un lado de la puerta de entrada a mi habitación, comenzando a observarme desde abajo, de pies a cabeza.
Mis pies… Por suerte estaban bien, normales. Con sus típicas lastimaduras de una persona que hace ballet.
Subí por mis pantorrillas hasta mis rodillas… Normal. No había indicios de maltrato.
Pero cuando comencé a subir más, el tono azulado comenzaba a notarse en algunas partes de mis piernas, y como lo mencioné antes, cerca de mi intimidad y caderas, el color se intensificaba, llegando al morado.
¡¿Qué putas me había hecho el malnacido? Mi respiración era acelerada, y hasta a mí misma me daba miedo llegar a mi rostro. De seguro, se vería mucho más furioso de lo que me imaginaba.
Continué subiendo, y la piel de mi estómago tampoco se había salvado. Fruncí el ceño cuando identifiqué dos mordidas. Me mordí el labio conteniendo las ganas de golpear algo mientras seguía subiendo. Mis pechos, más específicamente mis pezones, completamente irritados. Intenté tocarlos, pero me dolió más de lo que supuse. A duras penas subí por mi cuello, hasta llegar a mi rostro.
Y me sorprendí al no ver allí ninguna marca, solo la humedad que dejaban al paso las lágrimas que salían de mis ojos, deslizándose por mis mejillas sonrojadas.
No lo soporté más. Me dejé caer al suelo, apoyando la espalda en la cama, a la altura de los pies, y abracé mis piernas dejando salir el llanto.
Ya no… Ya no quería más. Daniel era una pesadilla para mí, y una horrenda. Había habido un tiempo en el que disfrutaba de estos juegos, y no me importaba como me sintiera al día siguiente, pero ya no era lo mismo. No, no lo era. Y eso era lo que dolía. Pero no entendía el por qué.
Y otro recuerdo me mostró el por qué…
.
Los dorados ojos de Edward me penetraban profundamente mientras su mano izquierda acariciaba mi mejilla con delicadeza, y no abandonaban un solo segundo los míos. Suspiré, sintiéndome -por primera vez- demasiado cohibida.
Bella… —Jadeó posicionándose sobre mí. Me estremecí al sentir su calor cerca de mi cuerpo. —No voy a follarte. —Dijo seguro apoyando su frente sobre la mía y cerrando los ojos.
Sentí mi respiración detenerse ¿Estaba hablándome jodidamente en serio? ¿Cómo que no iba a follarme? ¡No! ¡No podía hacerme eso! Faltaba tan poco… Quiero decir, ambos ya estábamos desnudos, era solo cuestión de que alguno se moviera bruscamente contra el otro, y la penetración ocurriría.
Lo pensé, lo medité, lo calculé ¿Me detendría una vez que hubiera hecho que me penetrara? ¿Sería acaso virgen? Descarté la idea recordando cómo me había follado con la lengua. Pero, entonces… ¡¿Por qué demonios no me cogería?
Separó nuestras frentes y sus ojos volvieron a hipnotizarme. Él sonrió torcidamente -mi nueva sonrisa favorita-, y se acercó a mi oído.
Voy a hacerte el amor… —Susurró antes de comenzar a penetrarme con desbordante lentitud, hasta que sentí la piel de su estómago contra la piel del mío, demostrando así, lo profundo que estaba enterrando en mí.
.
Enmudecí el llanto de golpe al recordarlo.
—Oh. Mi. Dios. —Murmuré en voz alta soltando un largo y profundo suspiro.
¿Acaso habría sido eso lo que me había hecho cambiar con respecto a Daniel? ¿Era eso lo que tenía 'atascado' en mi cabeza, no dejándome pensar en paz, no dejándome pensar en otra cosa que no fuera él y Jasper?
Jasper… ¿Qué tenía que ver él? ¿Por qué pensaba en Edward, y rápidamente Jasper lo acompañaba?
¿Acaso… estaba… enamorada… de AMBOS? ¡¿Acaso eso era jodidamente posible?
Me puse en pie, y corrí al baño, metiéndome de una sola vez en la ducha, sin importarme que el agua estuviera malditamente fría. Sentía la necesidad de bañarme, no solo por el obvio motivo -la transpiración del sexo-, sino también por, en una centésima de un segundo, haber inspirado el olor de Daniel impregnado en mi piel, distrayéndome agradecidamente de mis pensamientos.
Y no. Ya no lo permitiría más. No dejaría que Daniel volviera a tocarme. No estaba bien lo que me hacía. Su cabeza tampoco estaba bien, y esto había sido todo. En anteriores veces, sí me había lastimado, pero siempre era ligeramente, casi nunca llegaba a dejarme siquiera una pequeña marca azulada.
Y ésta vez, se había pasado. Había cruzado la línea, y no lo permitiría otra vez. Juraba, me prometía a mí misma, que no lo dejaría más, que no habría otra vez.
Salí del baño sintiéndome mejor, sintiéndome liberada, y limpia. Sonreí ante lo último, ya que únicamente reconocía el típico olor a flores del enjuague para el cabello que siempre usaba. Ningún olor a sudor y ningún indicio de olor a Daniel.
Con una enorme sonrisa fui a mi habitación envuelta en una toalla, y me vestí únicamente con unas cómodas bragas violetas y una diminuta, aunque igual de cómoda, musculosa blanca. Antes de bajar a la cocina, me coloqué en mis piernas y estómago una crema cicatrizante para la piel. Rogaba que la crema funcionara y me curara los moretones y mordidas.
Una vez lista, bajé las escaleras hasta la cocina ya que no había podido ignorar el sonoro rugido de mi estómago. Caminé al refrigerador, dispuesta a atacarlo y sacar lo primero que encontrara para comer, pero una hoja doblada sobre la mesada llamó mi atención.
La tomé, y era una nota. De Daniel…
"Bella:
Como verás, te traje a tu casa. No iba a dejarte en ese sucio hotel. A pesar de todo, sigues siendo mi 'hijastra'.
Pronto volverás a saber de mí.
No me extrañes.
Con amor,
Daniel."
Bufé haciendo de la nota un bollo de papel en mi mano. Maldito abusador. Ahora recordaba el hecho de que supuestamente era su 'hijastra'. Pero el solo pensamiento de volver a verlo, hizo que me estremeciera… del miedo.
Mierda. Sí, le temía. No quería que volviera a ocurrir algo como lo que pasó, o más específicamente, no quería volver a terminar de la forma en la que terminé. Suspiré calmándome y tirando la nota en la basura.
Debía pensar en algo. Y pronto.
Tenía que hablar con las dos personas que se habían vuelto protagonistas en mi vida, con las que había comenzado todo...
Edward Cullen y Jasper Hale.
Sonreí suspirando bobamente al pensar en ellos. Demonios, me había enamorado… Y de los dos.

O.O Sip, lo sé... ¡Impactó! :O
Okey, y ahora viene mi aclaración, aunque creo que no hay mucho qué aclarar... :P
Muchas de ustedes me preguntaron -y otras reprocharon- el motivo por el cual Bella se deja hacer con Daniel. Pero chicas, pónganse en el lugar de ésta Bella -porque en el mundo fanfiction existen millones de tipos de Bellas- y díganme: ¿Acaso no les daría miedo si lo vieran tan solo a lo lejos a Daniel? ¿No les darían ganas de salir corriendo en direccion opuesta a donde él estuviera? ¿Qué harian acaso si el las arrinconara?
Obviamente, muchas me contestaran: "¡Lo mando bien a la mierda!". :D Y las apoyo, porque yo tambien lo haría. Pero luego pienso: "Él es hombre, de por sí ya tiene mas fuerza que yo. Si salgo corriendo, existe la opcion de que me siga. Y miedo... ¡pfff! Mucho... Si supuestamente 'me violó' -recuerden que hablamos si estuvieramos en el lugar de Bella-." ;)
Es complicado... :S Lo unico que puedo decirles por ahora, aunque creo que muchas ya se han dado cuenta, es que con el tiempo -y creo que con este cap ya lo hiceron- terminaran ODIANDO a Daniel... (u.u)
Okey, creo que esa es toda la aclaración que tenía que hacer... :D
¡Ah, si! Chicas, cuando digo que algunas "reprocharon", no es personal ni nada. Las entiendo, yo también reprocharía. :P No se asusten, que no me molestó ni nada... Todo lo contrario, eso demuestra que estan atentas. ;D
Ahora sí, eso es todo. (L) :B
¿Alguna opinión? xD
¡Las amo!
Peace. Out.
Ally C-B.
 
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