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martes, 16 de agosto de 2011

Naughty Game_cap once

1 comentario:
 
Summary: Isabella Swan no es la típica chica de 17 años, torpe, indefensa e inocente. Ella es atrevida, rebelde, decidida, no le importa decir lo que piensa ni lo que los demás piensen de ella, y, por sobretodo, es la chica más deseada de todo el Instituto desde que llegó. Cualquier chico moriría por tenerla, cualquier chica desearía ser su mejor amiga, Isabella era el objetivo de todos. Pero ella ya tenía a sus dos objetivos bien fijados. Pero, ¿qué ocurrirá cuando ellos terminen siendo diferentes a lo que aparentan?

Advertencia: Contiene escenas sexuales explìcitas -por eso el rating M, daa-, lees bajo tu propia voluntad. Persona que no les gusten los trios, RETROCEDAN. No me hago responsable bajo advertencia.

 
11. Capitulo Once: “Descontrol”
Naughty Game
By Ally Cullen-Black
&.
Bella POV
Okey, Bells…Dijo Jane entrando en mi habitación con una toalla alrededor de su cuerpo.
Luego de que le enseñara algunos trucos y lo que en realidad implicaba el masoquismo, ella fue a darse una ducha mientras yo me tomaba mi tiempo para relajarme. La verdad, esta había sido mi primera vez con una mujer, y a pesar de que fue realmente placentera, no cambiaba en absoluto mi gusto acerca de los hombres y su “amigo de abajo”. (N/A: Se refiere a los penes, vergas, miembros, ingles, como a ustedes se les plazca llamarles a…ya saben)
Es viernes…Dijo Jane alzando sus cejas varias veces antes de caminar hacia mi espejo de cuerpo completo para mirarse.
¿Y…? Pregunté sin entender a qué quería llegar.
¿Qué dices si salimos a divertirnos? Dijo guiñándome un ojo a través de su reflejo con una sonrisa plasmada en él. Sonreí mientras me levantaba de mi cama desnuda y corría al baño a ducharme.
Una vez que salí, me dispuse en llamar a Alice. Ella seguramente aún estaría preocupada; aunque Edward le hubiera dicho que había hablado conmigo, la conocía lo necesario para saber que eso no era suficiente para Alice Cullen.
¿Hola? me atendió Edward soñoliento con la voz ronca. Sonreí para mí misma mordiéndome el labio, imaginándomelo recién levantado, con ese rebelde cabello cobrizo todo enmarañado… Suspiré.
Lo siento, ¿te desperté? Pregunté lo más sensual que pude.
Él se aclaró la garganta antes de hablar. Está bien, no te preocupes, ya era hora de levantarme de mi siesta de todas formas…Reí ya que eran cerca de las 8 p.m. ¿A qué se debe tu llamado, preciosa? Preguntó de la misma forma en que yo había hablado, o sea con sensualidad.
Con Edward, parecía que estuviéramos en un constante juego de seducción. Yo lo seducía haciéndome la inocente, sabiendo él que no lo era en lo más mínimo; él me seducía cuando me llamaba con sus apodos de “Chica atrevida” o “Preciosa”, sabiendo que me derretía con el tono con el que lo hacía. Era un juego, un juego que me encantaba jugar con él.
¿Está Alice por allí? Pregunté inocentemente.
Él resopló creyendo que no lo había oído antes de pegarle el grito a Alice, y que ésta le contestara que ya subía. Sí, ya viene. Dijo con seguramente un sonrisa en su rostro.
Gracias, Edward.
De nada, preciosa. Y aquí nuestro juego de seducción con los nombres. Mordí mi labio inconscientemente. O quizás muy consciente. No lo sé, ese es uno de mis tics, es casi imposible evitar hacerlo.
¿Qué sucede, Edward? ¿Por qué tienes esa sonrisa de “quiero follarte” en tu rostro? ¿Con quién hablas? Escuché la fina e inconfundible voz de Alice del otro lado del teléfono. Reí sin poder evitarlo mientras él fingía toser. Alice también reía.
¿Hola? Habló ella por el teléfono.
Alice…No logré a decir más antes que ella me interrumpiera.
¡Bella! ¿Cómo estás? ¡¿Por qué demonios no contestabas el teléfono?! ¡¿Es que estás loca o quieres hacerme morir de un infarto?! ¡¿Tienes idea de cuán preocupada estuve?! Gritó reprendiéndome. Me sentía como un cachorrito al cual su dueño está reprendiéndolo por haber hecho alguna travesura.
Alice, cálmate. Estoy bien. Lo sé, y lo siento…Dije arrepentida. Realmente la quería, y no quería perderla como amiga.
Ella suspiró antes de continuar. Está bien, solo…la próxima vez, no nos prohíbas acercarnos a ti, Bella. Somos tus amigas, estamos en las buenas y malas. Sus palabras me llegaron al alma. Alice tenía razón, tenía que confiar en ella y Rosalie, así como confiaba en Jane. Ellas eran mis mejores amigas.
De acuerdo, lo siento. Volví a disculparme.
Okey, basta de disculpas, ya todo está solucionado…Dijo antes que yo la interrumpiera.
No, no está todo solucionado…al menos hasta que esta noche me acompañes a tu *bar favorito para recompensarte…Dije antes de que ella pegara un grito. Podía imaginármela dando saltitos en su lugar.
¡Si, si, si, si, Bella! Gritó entusiasmada. Sonreí alegre.
Entonces, ¿nos encontramos allí esta noche? Quiero presentarte a una persona…Juro que escuché un resoplido o algo parecido del otro lado pero que no provenía de Alice, conocía demasiado su voz como para identificar hasta sus suspiros.
De acuerdo, Concluyó ella luego del silencio que se prolongó ante el resoplido.
Okey, recuerda avisarle a Rosalie…
Oh, sí, sí. ¡No me olvido! Dijo Alice antes de que nos despidiéramos y cortar la conversación.
.
.
.
Muchas gracias, Dijo sensualmente Jane al taxista que nos había traído hasta el nuevo bar de moda, llamado ‘Eclipse’.
El taxista, no tan viejo, le guiñó un ojo a mi amiga mientras se la comía con la mirada. Ella le devolvió el guiño con picardía antes de que el taxista se fuera a seguir con su trabajo.
No puedes esperar a que estemos adentro, ¿no? Le pregunté burlona antes de que ella me regalara un ligero golpe en mi hombro descubierto.
Ambas comenzamos a reír mientras emprendíamos viaje a la larga cola en la entrada del lugar. Pero por suerte, mis amigas nos esperaban cerca del comienzo de la cola. Sentí mi pulso acelerarse cuando vi a Edward y Jasper detrás de ellas haciendo la cola.
Oh. Mi. Dios. Exclamó Jane con disimulo, solo para que yo notara su sorpresa.  Jódeme, y dime que esos no son tus “dioses griegos” Me pidió mordiéndose el labio mientras los miraba de arriba abajo. Resoplé rodando mis ojos por su comentario. No sé por qué, pero en ese momento, mi lado posesivo salió a flote, gritando en mi interior: “¡Míos!”.
¡Bells! Me gritó Alice cuando me vio caminar hacia ellos con Jane.
Mis dos dioses se giraron a mirarme, provocando que mis bellos se pusieran de punta y flashbacks de ese primer encuentro entre los tres me volvieran a la mente con rapidez, recordando los labios de Edward en mi cuello y las caricias de Jasper en mis brazos. Ambos se mordieron el labio inferior al recorrerme de arriba abajo con la mirada, viendo cómo iba vestida.
Okey, son tuyos…Dijo Jane al notar la acción de mis dioses. Sonreí victoriosa.
¡Hey! Saludé a todos una vez que llegué. Les presento a Jane. La presenté antes de acercarme más a ellos.
Luego deposité un sonoro beso en la mejilla de Alice, Rosalie y a Emmet. Éste último estaba abrazando a Rosalie por la cintura, por lo que sonreí alzando una de mis cejas. Él me miró con esa mirada de hermano mayor, con una pizca de diversión y picardía, que me había dedicado el día de nuestra charla, se la devolví con la misma intención.
Me giré a mis dioses, y el primero en acercarse a saludarme fue Jasper.
Hola, hermosa. Susurró en mí oído sensualmente y con una de sus manos en mi cintura. ¿Cómo estás? Me tenías preocupado…Siguió susurrando en mi oído antes de dejar un beso en la comisura de mis labios.
Sentí mis piernas flaquear mientras suspiraba al verlo alejarse para darle paso a Edward.
Hola, preciosa. Susurró en mi oído contrario en el que lo había hecho Jasper. No tenía pensado perderme una noche así…Susurró antes de hacer lo mismo que Jasper: besarme en la comisura de mis labios, solo que del otro lado en el que lo había hecho el anterior. Se alejó y me guiñó un ojo.
En ese momento ya no estaba en este mundo, la sensualidad de ambos me había transportado a otro lugar. Me golpeé mentalmente intentando volver a la realidad al *trastabillar y casi perder el total equilibrio de mi cuerpo cuando íbamos entrando en el bar, de no ser por aquellos enormes y morenos brazos que me sujetaron. Escuché dos leves gruñidos detrás de mí.
Levanté mi mirada para ver quién era el que me tenía sujeta por la cintura.
¿¿Jake??
¡¡Bella!! Gritó mi amigo sonriendo mientras me alzaba abrazándome por la cintura. Le devolví el abrazo pasando mis brazos alrededor de su cuello. Sabes, era imposible confundirme de persona. ¿Quién es la única que usa zapatos de tacones altos sin estar acostumbrada a ellos y tropieza todo el tiempo? Ah, sí. La única, e inconfundible, ¡Bellas Swan! Dijo burlona y teatralmente una vez que me devolvió al suelo.
¿Cómo has estado, Bubu? Le pregunté llamándolo por el sobrenombre que yo le había colocado de niña.
Jacob Black fue mi mejor amigo en Phoenix, prácticamente me crié con él. Su madre era la mejor amiga de mi madre, por lo que se convirtió en la madrina de Jake. Y por ello nos criamos juntos, ya que tenemos casi la misma edad; él es un año y dos meses mayor que yo. Éramos tan amigos, que casi compartíamos hasta la misma vida de mierda. Sus padres también se separaron, su madre está con un hombre tres años menor que ella, y su padre se fue a vivir a Seattle, por lo que no me sorprendía mucho encontrármelo aquí.
Cuando se enteró que vendría a vivir a Seattle, tres semanas antes, él tomó la decisión de irse a vivir con Billy, su padre, para así no separarnos. Pero cuando no me lo encontré en el Instituto, perdí las esperanzas de seguir con nuestra amistad. Nunca nos confundimos con los sentimientos, siempre fue “Bubu y Nany, amigos por siempre”. “Bubu y Nany” era una serie que veíamos de niños, ya que eran dos dinosaurios amables que amaban a los niños, y bla, bla, bla… Puras cosas de niños.
¡Genial! Solo que estuve buscándote por cielo y tierra y nunca apareciste, Nany Dijo pellizcándome las mejillas con suavidad. Reí antes de acercarme y besarlo en la mejilla.
Escuché que alguien se aclaraba la garganta detrás de mí, por lo que reaccioné y me giré, para encontrarme con todos mis amigos viéndome, y las fulminantes miradas de mis dioses en mi mejor amigo.
Ammm, chicos, él es Jake, un viejo amigo. Dije antes de Jake me *pechara desde atrás. Reí divertida. Todos los saludaron con sonrisas, excepto Edward y Jasper, que lo fulminaron con la mirada. Jake tampoco se quedó atrás, él se las devolvió con gusto.
Un silbido, de esos que los chicos hacen cuando ven a una chica linda, nos sacó del momento de tensión. Jane se giró y sonrió, luego me miró a mí con esa sonrisa. Se la devolví antes de que ella se fuera, perdiéndose entre la multitud. Me giré, y los únicos que quedábamos éramos Edward, Jasper, Jake y yo.
Cuando Edward estuvo a punto de decir algo, dos chicas rubias, con más cirugías que Michael Jackson (N/A: Sin ofender, chicas, pero no se me ocurría otra persona que haya tenido muchas cirugías en el rostro), se acercaron a ellos, rodeando sus cuellos con sus esqueléticos brazos, mientras les susurraban algo al oído. Sentí cómo la adrenalina, la furia, comenzaba a subir desde la punta de los dedos de mis pies hasta arriba, expandiéndose por cada centímetro de mi cuerpo. ¡¿Quién demonios se creían esas rubias oxigenadas con gomas de plástico (N/A: Se refiere a los pechos, para las que no captaron la idea xD) siquiera tocar a Mis dioses?!
Jake me tomó del brazo, y comenzó a tirar de mí hasta que llegamos a la *barra, donde pidió bebida para ambos.
¡Bella, vuelve! Me gritó zarandeándome un poco de los hombros. Sacudí mi cabeza reaccionando. Cariño, necesitas urgente liberarte…Dijo soltándome los hombros y entregándome un vaso con algo.
Realmente no vi que me había dado, y solamente lo supe cuando me lo tragué todo de golpe dejándolo a él con la palabra en la boca. Sentí un ardor tan caliente que quemaba subir por toda mi garganta. Solamente había una bebida alcohólica que producía ese ardor: Vodka.
No me dejaste advertirte…Dijo al notar mi cara de sufrimiento gracias al ardor. Intentó no reírse, pero no lo logró por más de dos segundos, al igual que yo. Reí junto con él mientras pedíamos otro trago.
Luego de un par de horas, en las que habíamos estado allí sentados con Jake charlando de todo lo que nos perdimos al estar separados, una chica menudita de cabello castaño claro, se acercó y le susurró algo a Jake en el oído. Lo vi sonreír antes de guiñarme un ojo y preguntarme si no me molestaba que se fuera por unas horas. Le contesté que no y se perdió camino al baño con la chica.
Sonreí mientras me giraba hacia la pista, donde visualicé a mis dioses demasiado cerca de las putas oxigenadas con gomas de plástico. La furia volvió a subir mientras los veía apoyar sus erecciones notorias, gracias al baile que hacían, contra el trasero de las oxigenadas.
¡Puta madre! Tenía que distraerme, y urgente. Si no quería terminar siendo echada del lugar por intentar matar a dos rubias sin cerebro.
Isabella Swan…Escuché una voz pronunciar mi nombre en mi oído. Giré mi cabeza para ver de quién provenía esa voz conocida.
James Richardson…Dije al reconocer esa voz masculina y al encontrarme con esos grises ojos y esa pose de “no me importa una mierda de nada”, con sus antebrazos apoyados en la mesa del bar. Le sonreí con picardía, como solía hacerlo siempre. La música estaba tan fuerte, que no lo había oído llegar.
James había sido uno de los tantos con los que había pasado una noche; en pocas palabras, él era otro de con los que había acostado en Phoenix. Lo último que supe de él, fue de cuando se mudó, no me dijo exactamente a dónde, pero ahora lo sabía.
Qué raro encontrarte por aquí…Comentó acercando su rostro más al mío.
Vivo aquí, cariño. Le contesté casi rozando mis labios con los suyos.
Mmmm, esa es una muy buena noticia. Dijo pasando su brazo alrededor de mi cintura. Estas hermosa esta noche…Dijo recorriéndome con la mirada. Sonreí guiñándole un ojo. ¿Qué dices si bailamos? Asentí tomando su mano y mezclándonos entre la multitud, intentando no perder el equilibrio, gracias a que comenzaba a sentir cómo las pastillas de Jane empezaban a surtir efecto.
*Flashback*
Antes de dirigirnos al bar, acompañé a Jane a su departamento. Su padre estaba de viaje de negocios, así que no había nadie allí, excepto el gato negro de ella llamado *Cruckshangs.
¿Qué es eso? Le pregunté a Jane cuando la vi sacar una bolsita de su mesita de noche.
Esto es algo nuevo que conseguí, Me respondió guiñándome un ojo y sonriéndome. ¿te animas a probarlo conmigo? Suspiré indecisa viendo la pastilla color azul morado que Jane me entregaba. Oh, vamos, Bells. Así funciona esto para los vendedores. Pruebas, y si te gusta, les compras más. Confía en mí… El chico que me las dio es de confianza, despreocúpate…Insistió.
Está bien…—Me rendí tomando el vaso de agua que ella me entregaba. Jane sonrió vencedora.
¿Lista? Me preguntó una vez que ambas tomamos la rara pastilla. Asentí sonriendo antes de que emprendiéramos viaje.    
*Fin del flashback*
Casi todos bailaban como si estuvieran teniendo sexo, pero con ropa. El lugar estaba repleto, era la primera vez que venía a este lugar y no podía creer la cantidad de personas que había, y que cabían. Comenzamos a movernos, muy pegados, tanto que podía sentir la excitación de James contra mi pierna. Rodeé su cuello con mis brazos mientras él mi cintura con los suyos. Miré de reojo, y vi a Edward y Jasper abandonar a sus oxigenadas e irse refunfuñando a la barra cuando me vieron con James.
Reí sin razón. Mis pies comenzaban a sentirse livianos, tanto que sentía como si volara. Tenía ganas de reír, luego gritar a los cuatro vientos, volver a reír, y comenzar a correr. Ya no pensaba con coherencia, parecía como si lentamente se estuvieran abriendo las puertas del infierno, que se sentía como el cielo. Ya estaba completamente cagada. Sentía el fuego y la adrenalina correr por mis venas, mezclado con algo de dolor y ardor, pero no me importaba, me atraía aún más.
Veía todo borroso, casi ni distinguía a James ni a los demás hombres alrededor mío bailando como si me estuvieran cogiendo todos juntos. Estaba toda sudada, y me valía una mierda. Saltaba, bailaba, contorneaba mis caderas, besaba castamente a aquellos hombres…
Estaba completamente descontrolada, y me encantaba.
¡Bella! Oí a lo lejos. Abrí mis ojos y visualicé a Jane caminando hacia mí igual de ida que yo, tambaleándose y riéndose como estúpida.
Se metió por en medio de los hombres que me rodeaban, y me abrazó por el cuello antes de susurrarme:
Tenemos que irnos. Dijo riendo mientras me seguía con los sensuales movimientos. Todos los hombres comenzaron a gritar excitados por la escena entre nosotras, refregándonos la una contra la otra.
¿Por qué? Le pregunté confundida, aunque por fuera no se notaba la confusión, ya que reía como si me hubieran contado un chiste realmente bueno.
Mis manos quemaban, al igual que todo mi cuerpo cuando me tocaban.
Las pastillas son fuertes, un par de minutos más, y nos *iremos completamente…Intentó hablar coherente.
Uno de los hombres, no sé quién exactamente, no lo conocía, me tomó de la cintura separándome de Jane y pegándome a su duro pecho antes de besarme con rudeza. Me sentí extraña, era como si el mundo se me hubiera caído encima en ese puto segundo. Abrí mis ojos de golpe y vi a Jane en el suelo tomándose el pecho, como si le doliera. Quise apartarme del hombre, pero me tenía rodeada con sus enormes brazos. Me sentía asfixiada por él. ¡Puta madre!
Como no me soltaba, no importara lo que intentara hacer, le atiné un rodillazo en su ingle. Él se alejó adolorido. ¡Al fin! Sin pensarlo, me giré, tomé a Jane pasando su brazo por mi cuello, y comencé a caminar hacia la salida. Yo estaba igual o peor que ella, por lo que tenía que intentar no caerme. Misión casi imposible…
¡Bella! Me interceptó una sonriente Alice. Me había olvidado completamente de ella, en realidad de casi todos. ¿Qué ocurrió? Preguntó al ver a Jane. Negué con la cabeza antes de señalarle la salida. Me ayudó con ella, y salimos afuera del lugar.
¿Puedes llevarla a su casa? Le pregunté suspirando. Ella te dirá donde queda…
Pero, ¿está bien? Preguntó preocupada.
Sí, solo está borracha. Mentí mientras Jane reía divertidamente.
Sí, claro…borracha…Comentó Jane riendo. Rodee los ojos suspirando, intentando que no se notara la opresión que sentía en el pecho.
Alice paró un taxi y metió a Jane dentro de él antes de girarse a mí.
¿Vendrás?
No, dejé mis cosas adentro. No te preocupes, luego me iré en otro…Mentí mientras señalaba al taxi. Ella asintió y se subió al auto.
Luego que el auto se perdió girando a la derecha, todo ocurrió muy rápido. El mismo hombre que me había besado adentro del lugar, me tomó de la cintura y me arrastró hasta apoyarme contra la pared de al lado de la entrada con fuerza, haciendo que mi cabeza se golpeara contra los ladrillos.
Niñita, te enseñaré a nunca volver a golpearme…Dijo metiendo su mano dentro de mi apretada, y completamente mojada gracias al sudor, musculosa.
¡Suéltame! Cerré mis ojos y grité con la voz ronca por antes haber gritado cantando. La opresión se hizo tan grande, que desee estar muerta.
¡SUÉLTALA! Gritó una voz conocida antes de que las manos de aquel hombre desaparecieran de mi cuerpo e hiciera que perdiera el equilibrio. ¡Mierda! Esto dolería en la mañana.
Abrí mis ojos y vi al hombre en el suelo mirando con miedo al otro hombre parado que me daba la espalda, y que le gritaba. No pude distinguir qué era lo que le decía, ya todo comenzaba a moverse en círculos, haciendo que viera doble, o triple; escuchaba todo en zumbidos agonizantes que hacían mi cabeza doler como la mierda. Fruncí el ceño mientras tapaba mis orejas intentando vanamente dejar de oír. Me sentía desorientada, y completamente jodida.
¿Estás bien? Preguntó la voz conocida. Abrí mis ojos y me encontré con Jasper tendiéndome una mano. Asentí contestándole mientras la aceptaba, y me ayudaba a ponerme en pie.
Cuando lo hice, la sensación de estar volando, de que todo me valía una mierda, volvió de golpe, haciendo que perdiera el equilibrio y que sus sudados brazos me rodearan la cintura para no caerme.

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