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sábado, 29 de septiembre de 2012

Forbidden Love_Capitulo Uno

3 comentarios:
 

Summary: MINIFIC. "—¿Por qué, Edward? —Susurró ella dejando que las lágrimas se escaparan de sus ojos. —Porque no puedo evitar amarte, sin importarme que seas… que seas…—Repitió el cobrizo dejando que a él también se le escaparan lágrimas. —Que seas mi hermana…". Bella/Edward. Rating: M.
Advertencia: Bien, ésta historia contiene lenguaje adulto, pero aún no sé si habrá lemmon. :B Pero denle una oportunidad, y lean. ;D Prometo no decepcionarlas (?) C:
N/A: POR FAVOR, LEER NOTA AL FINAL. Gracias. C: ¡Enjoy en cap!


1. Capitulo Uno.
Forbidden Love
By Ally C-B
&.
Tres estudiantes caminaban en dirección a su Instituto, cuando el sonido del tren se oyó a lo lejos entremedio de esas risas que por poco lo dejaban sordo. El hecho era que no le molestaban las risas -y menos las que provenían específicamente de ella-, lo que en realidad le molestaba, era que eran a causa de él. Bromas, y exclusivamente hechas por su propia hermana.
—Juro que cuando vi su cara no pude evitar no reírme. ¡Se puso pálido! —Alice, la mejor amiga de Bella, reía animadamente mientras la castaña contaba lo que había ocurrido entre risas. —Y le dije: "Edward, no es como si nunca te hubiera visto desnudo… Nos desarrollamos en el mismo estómago antes de nacer, y que yo sepa, no estábamos vestidos". —Ambas muchachas reían a carcajadas. Edward solo bufó.
—Y esa fue la respuesta más estúpida que he oído en mi vida, Isabella. —Protestó el cobrizo algo molesto. —Todo gracias a que no tocas la puerta antes de entrar al baño.
—Ya, Edward, no chilles. —Dijo la castaña desacelerando el paso y quedando al lado de su hermano. Ella lo miraba divertida, y él solo tenía su expresión seria de siempre. —De todas formas, no estabas desnudo. Solo no tenías puesta tu camiseta…
—Aún así, ya te he dicho millones de veces que toques la puerta antes de entrar en cualquier habitación.
—Okey, no exageres. No fue para tanto… —Dijo antes de volver al lado de su mejor amiga que estaba por delante entre risas.
Edward odiaba las bromas. A sus ya 17 años, se tomaba la vida muy en serio. No tenía tiempo para ir "volando en las nubes" como Bella lo hacía, y eso que tenían la misma edad.
A tan solo una cuadra del Instituto, se oyó el timbre que sonaba como advertencia antes del que anunciaba la entrada.
—¡OH! ¡Edward, date prisa o llegaremos tarde! —Exclamó Bella antes de salir corriendo con Alice, alias "la pequeña duende".
—Claro, ¿y de quién crees que es la culpa? —Dijo Edward por lo bajo antes de salir corriendo detrás de ellas.
Una vez que llegaron, se dirigieron rápido a sus casilleros en busca de los libros que necesitarían en sus próximas horas de clase.
—Demonios. —Soltó Bella cuando el timbre de entrada sonó. —Rápido, Alice. O si no llegaremos tarde a clases, otra vez.
—Si no te hubieras tardado en tomar tu desayuno, no estaríamos aquí a esta hora para empezar. —Protestó Edward.
—¡Lo siento!
—Buenos días, señor gruñón. —Saludó Jasper refiriéndose como gruñón a Edward, su mejor amigo desde que tenían memoria. —Qué lindo, ustedes tan amigables como siempre. —El cobrizo revolea los ojos ante el sarcasmo de Jasper.
—Hola, Jasper. —Lo saludó Bella con una sonrisa antes de salir corriendo con Alice hacia sus correspondientes clases. Pero a tan solo unos pasos realizados, se detuvo y se giró a su hermano. —Edward, me pasas luego tus apuntes. ¡Gracias! —Gritó mientras salía corriendo a encontrarse nuevamente con Alice, que la esperaba a unos pocos pasos adelante.
—Okey. —Dijo Edward en un suspiro viéndola irse corriendo.
—Es impresionante la diferencia. —Comentó Jasper antes de seguir acomodando sus libros en su casillero junto al de Edward.
El cobrizo lo miró confundido. —¿A qué te refieres? —Jasper sonrió de lado.
—A pesar de ser mellizos, no tienen nada parecido ni en común. Salvo sus padres…
Mellizos. Con solo oír esa palabra, Edward sentía nauseas. ¿Por qué? ¿Por qué Dios lo castigaba de esa forma? El sentir amor por un hermano, en este caso hermana, era normal. Pero el amor que Edward sentía por Bella… Ese amor no estaba permitido. Era… era enfermizo. Un amor inaceptable en la sociedad. Un amor prohibido
Si había algo que Edward odiaba con toda su alma y todo su corazón, era el ser hermano de Isabella. Porque eso le impedía amarla como ella se lo merecía. Le impedía el poder gritar a los cuatro vientos cuánto la deseaba, cuánto la quería. Le impedía el poder besarla frente a todos y demostrar, de esa forma, que ella le pertenecía. Le impedía el poder confesarle el amor que sentía por ella. Pero, y por sobretodo, le impedía ser feliz.
Sí, un pensamiento egoísta, pero no era fácil para Edward el tener que evitarla lo más que pudiese, porque a veces con solo una mirada de ella, un encuentro de sus ojos marrones que irradiaban calidez con los verdes suyos que solo expresaban frialdad, lo tentaba a mandar al demonio a todos y perderse en su calor. No era fácil el no poder acercarse y abrazarla cuando la veía llorar, cuestión que lo hacía sentir como si rasguñaran su propio corazón, para consolarla, porque con un solo toque de sus pieles, lo tentaba a olvidarse de todo y amarla como se lo merecía. No era fácil dormir en las noches sabiendo que en esa misma habitación, aquella persona que más deseas, duerme en la cama de debajo de la cucheta.
Cada día, cada hora, cada minuto que Edward pasaba junto a Bella, era una tortura. Él deseaba poder demostrarle el verdadero amor que sentía por ella, pero sabía que no era correcto. No estaba bien a los ojos de la sociedad.
"Maldita sociedad…", pensó Edward mientras volvía su mirada a Bella y la observaba correr entre risas.
Ella era tan hermosa, tan angelical, tan perfecta, tan… ella. Y él sabía que si le expresaba sus sentimientos, la que más sufriría en toda esa historia, sería ella. ¿Por qué? La respuesta era simple…
—¿Estás seguro, Edward? —Preguntó la directora bastante sorprendida por la petición del mejor alumno de la Institución. Edward asintió desde su lugar, sentado en la silla frente al escritorio de la directora Copper.
Ya casi el día completo estaba por terminar, y ese había sido el momento justo para conversar con ella sobre lo que Edward quería, o más bien estaba obligado a hacer -por sí mismo-, para su futuro. Ese era el último año antes de entrar a la Universidad.
—Edward, el ingreso a una Universidad en el exterior es complicado. Si bien, ambos sabemos que yo tengo lo contactos para hacerlo y ofrecí la realización de un examen para aprobar el intercambio, ¿estás seguro que esto es lo que quieres? —Volvió a preguntar completamente sorprendida la directora.
—Sí, Sra. Copper. Estoy seguro. ¿Es que acaso usted duda de mi nivel de conocimiento? —Preguntó Edward aparentando ofensa. Tenía que hacerlo. Tenía que aparentar que quería eso, que quería irse sin importarle nada más que su futuro académico.
Tenía que aparentar, por más que su corazón le hiciera sentir que luego se arrepentiría. Por más que su cabeza en ese momento le trajera la imagen de Bella y ya la extrañara a pesar de que aún no se había ido. Pero tenía que aparentar…
—Por favor, Edward. Eres el mejor estudiante que esta Institución tiene. Por supuesto que no dudo de ti. Solo me extraña… —Edward frunció el ceño al ver que la directora se detuvo.
—¿Sí? —Insistió.
La directora apoyó sus antebrazos sobre el escritorio mientras entrelazaba sus dedos y observaba a Edward.
—¿No piensas en que tu hermana te extrañará? Ustedes son mellizos, ¿cierto? ¿No crees que le dolerá el verte partir? —Edward la observó sorprendido. Su respiración se aceleró un poco y bajó su mirada.
Él tuvo que hacer su corazón de piedra antes de decir: —En algún momento debemos separarnos. ¿Cuál es la diferencia de ahora con un par de años más?
La Sra. Copper suspiró mientras se alejaba recostándose un poco sobre el asiento, observando al chico que miraba sus manos sobre su regazo. Pero lo que no podía observar era cómo éstas estaban cerradas en puños y temblaban ligeramente, como si él estuviera conteniendo algo.
—De acuerdo, te daré un par de días para que lo pienses claramente. —Edward levantó la vista sorprendido. —El examen es el viernes. Si lo tienes decidido y quieres el intercambio, ven a hacer el examen. No lo tienes asegurado, ya que sería injusto para tus compañeros que tu poseas ventaja por ser quien eres.
El cobrizo asintió antes de ponerse en pie. Aún le faltaba una cosa por decir.
—Muchas gracias, directora Copper. —La mujer asintió. —Solo… me gustaría pedirle una cosa más.
La señora con aspecto de cincuenta y tantos lo miró atentamente a través de sus anteojos.
—Ésta es una decisión que yo he estado meditando hace tiempo, por lo que mi familia aún no lo sabe. Me gustaría que quedara aquí entre nosotros hasta saber el resultado de los exámenes.
Ella lo observó fijamente y sorprendida, ya que hablaba como si su decisión ya estuviera tomada. Aún así, tenía esperanzas en que el chico cambiara su forma de pensar. No por egoísta, sino porque ella tenía a su hijo mayor en una Universidad de intercambio, lejos, y sabía lo que sentía.
La mujer suspiró y asintió. —Puedes confiar en que esto no se hablará fuera de estas cuatro paredes.
—Gracias, directora. —Dijo Edward por último antes de salir de la oficina.
El timbre del final del sonó justo cuando él salía de allí suspirando y algo tenso.
—¡Edward! —Aquella voz logró calmarlo por completo. Bella tenía tanta influencia en él, que si ella le pidiera que le bajara la luna, él lo haría. Solo por ella. —¿Ya has terminado la reunión? —Preguntó la castaña mientras él la observaba perdido en cada una de sus facciones y en su preciosa sonrisa.
Edward sacudió la cabeza volviendo en sí al darse cuenta que ella esperaba una respuesta. —S-sí.
—Qué bien. ¿Volvemos juntos a casa?
En ese momento, todo ocurrió muy rápido.
Bella se acercó, tomando el brazo de Edward entre sus manos, en un acto de cariño. Y él sintió un latido rápido y profundo que logró ensordecerlo por unos momentos y tensar todo su cuerpo, en especial allí, donde ella lo tocaba.
"No…", pensó antes sacudir con fuerza su brazo haciendo que ella retrocediera apenas un par de pasos, pero dejándola lo suficientemente sorprendida.
Pero ella no podía tocarlo. No podía acercársele de esa forma, tan confiada. ¿Es que acaso no se daba cuenta de que un simple y sencillo acto lograría flaquear el poco autocontrol que el cobrizo poseía? Edward sabía que si perdía el control, que si él le confesaba absolutamente todo lo que sentía de una buena vez, todo cambiaría. Y ella sufriría. Sus padres sufrirían. Porque ése no era un amor aceptable. Ni para la sociedad, y mucho menos a los ojos de Dios.
Cuando Edward volvió en sí, se dio cuenta de su acción. De la bruteza con la que la había empujado, y la culpa lo llenó. Vio en los ojos chocolates de ella la sorpresa y duda, y no lo soportó. Por lo que solo bajó su mirada llena de culpa y dijo:
—Deja de perseguirme todo el día. —Aunque, la realidad era que él amaba que ella siempre estuviera pendiente de él. Era como un acto inconsciente por parte de ella en demostrarle que había, que existía, un sentimiento oculto. Pero él intentaba rechazar ese sentimiento y pensamiento. Podía ser, como también no, cierto.
Su expresión había sido seria y algo molesta, aunque claro, solo fingía. Porque por dentro, no sentía más que culpa y ganas de abrazarla y rogarle su perdón.
Edward suspiró ante el silencio de ella y comenzó a caminar. Cuando un delicado "lo siento", casi pronunciado en un susurro, se escuchó y él sintió que se derrumbaba ante esa voz algo resquebrajada y arrepentida que quedaba atrás a medida que él avanzaba en su caminar por el pasillo.


¡Holó a todas! :D
Primero que nada, MUCHÍSIMAS GRACIAS a todas por la oportunidad que me están dando con este fic. Agradezco cada review, cada MP, cada palabra de aliento. Fue una semana un tanto difícil, por lo que leer cada review me dieron ánimos y fuerzas. ^^
Segundo, tengo que aclarar lo del MANGA. :B Este fic es una adaptación de un MANGA (que tiene otro nombre que no se dirá hasta el final de este MINIFIC). Muchas se han confundido con un libro que se llama "Forbidden", el cual, también trata de una relación entre hermanos. Déjenme aclararles, OTRA VEZ, que éste fic es una adaptación MANGA, aunque la narración y eso, sí me pertenecen así como el nombre del fic. :]
Tercero, -y esto lo aclaro más por un sentimiento mío- cuando en la Intro mencioné lo de "OTAKUS", no lo hice con la intensión de ofender a NADIE. Solo lo dije porque yo SOY orgullosamente otaku, y como he charlado con muchas de mis lectoras, se que un gran porcentaje lo son, por lo que me pareció una simple frase de complicidad or something like that. ;B Sepan que no quise ofender a nadie, y si lo hice, MIL DISCULPAS. :]
Y cuarto, mis fechas de actualización. ^^ Como fueron desde un comienzo, actualizaré los fines de semana -entre viernes y domingo- y los días Miércoles con suerte. :B Pero éste fic, tendrá como fecha definitiva los fines de semana (a no ser que no logre poder actualizar, que en ese caso serán los Miércoles). :D
Bien, creo que esas son todas las aclaraciones que tenía para hacer. ^^
Pero ahora, necesito lo más importante para mí: SUS OPINIONES. :D ¿Qué les pareció el cap? ¿Les va gustando? :I
Love ya' all. (L)
Peace. Out.
Ally C-B.

3 comentarios:

  1. No por que se va, espero que no se arrepienta de lo que hace y que dira sus papas de que se va y Bella sufrira con su partida????me gusto saludos.........:)

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  2. me fascino aunque es una pena que tenga que irse lejor por el amor que tiene hacia su hermana....Sigue asi nena...Besos ...

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  3. Hola!! vendo cosas de crepusculo (muñecos, collares, anillos....)

    http://sorycositasbonitas.blogspot.com.es/

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