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domingo, 18 de noviembre de 2012

Mi segunda vida_Capitulo Treinta y cuatro

5 comentarios:
 

Mi segunda vida.
Summary: Cuando Edward dejó a Bella, lo hizo con la esperanza de que ella tuviera una humana y feliz vida… ¿Qué hubiera ocurrido si ella así lo hubiera planeado, a no ser por un minúsculo detalle?
Disclaimer: Nunca lo aclaro, pero no está demás hacerlo. Los personajes no son míos –I fucking wish- son de Meyer. La 'blasfemia' que están a punto de leer, sí es mía. XD


Cumpleaños
Bella POV
Una semana pasó desde aquel primer día de caza en compañía de Edward, y casi pareciera que todo fuera normal entre las dos familias y los lobos. Sin embargo, no lo era.
Los entrenamientos seguían, y ya estábamos en la etapa de que toda broma o distención era rápidamente eliminada del ambiente. Todos estábamos comenzando a sentir la adrenalina y los nervios de ver lo que nos jugábamos con esta batalla así que el tenor de todo aquello resultaba cada vez más serio y profundo.
Pero a pesar de ello, la calidez entre las parejas no había cambiado en lo absoluto. Con la tensión que había en el ambiente, cada pareja se las apañaba para relajarse y distraerse los momentos libres que teníamos. Pero algo que me había dejado completamente perpleja, fue que Edward y Jacob habían comenzado a llevarse bien. Al principio, Jacob lo culpaba de mi transformación. A pesar de qué el no me había convertido, Jake lo aborrecía por todo por lo que me había pasar y el día que me había visto junto con él y los Cullen, simplemente no le había gustado nada. Pero ahora, su mente había cambiado. Se llevaba bastante bien con todos los integrantes de la familia Cullen, aunque aún mantenía cierta distancia.
Nicole y Jaime cada vez estaban más fuertes. Pero aún me ponía incómoda el hecho de imaginarlos peleando de verdad frente a incontrolables neófitos.
—Tienes que confiar en ellos, Bells. —Me susurró Edward al oído mientras me abrazaba por la cintura desde atrás. Suspiré mientras los observaba cómo luchaban entre ellos entre bromas y risas. Ellos y Lena eran los únicos que durante los entrenamientos se divertían, los demás lo hacían completamente serios.
Un día daba paso al otro, una semana a la otra. Pronto y sin darme cuenta siquiera, estábamos entrando en aquel mes que tanto había aborrecido en mi vida humana y que tanto había odiado desde que él me había abandonado. Septiembre.
1º de Septiembre, y mi pesadilla comenzaba.
Nicole y Alice se habían claramente confabulado para organizar aquella fiesta en esa fecha innombrable para mí. Mi cumpleaños.
Ya no sabía cómo demonios decirles que esa no era una fecha de celebración para mí. Sus oídos se negaban a aceptar mis necedades -como solían decirme-. Así que frustrada y resignada me dedicaba a refunfuñar cada vez que podía. Me sentía traicionada por todos, bufé.
—No puedes tomártelo de esa forma, Bella. —Dijo Carmen mientras iba de un lado a otro en la cocina preparando la cena para los lobos.
—Simplemente, no le veo el sentido. —Refunfuñé mientras me sentaba sobre la mesada. —Se supone que se festeja el hecho de que uno está envejeciendo. Y yo ya no lo hago.
—Lo sé, cariño. —Dijo mi madre adoptiva dirigiéndose a donde estaba y colocó una de sus manos en mi mejilla mientras me sonreía amable y pacientemente. —Solo dales la oportunidad de distraer a todos un poco de lo que se nos avecina. —Suspiré resignada y asentí.
—Siempre logras manipularme… —Protesté divertida. Ella rió mientras me abrazaba y depositaba un dulce beso en mi cabeza. De repente, se quedó callada sin soltar el abrazo.
—Sabes que te quiero como si realmente fueras mi hija, ¿no? —Preguntó abrazándome con un poco más de fuerza. Sus palabras me sorprendieron. No por lo que había dicho, sino por la forma en que lo dijo. No podía ver su rostro, pero su voz resquebrajada daba indicio a que pronto llegaría el sollozo.
Le devolví el abrazo respirando profundo. Sabía por qué se sentía de esa forma. Se acercaba la fecha de la batalla y aún no sabíamos qué era lo que iba a ocurrir, si ganaríamos o perderíamos. Y comprendía su dolor. La familia que tanto le había costado conformar podía llegar a disolverse, y eso era lo que más le preocupaba. El tan solo perder a uno solo de sus hijos adoptivos, la destrozaría.
Carmen comenzó a sollozar en mis brazos y yo contuve los míos. —Yo también te quiero, mamá. —Le dije como pude sin dejar de abrazarla.
.
.
.
Finalmente, el día 13 de Septiembre había llegado. Y con ello, la gran fiesta de Alice y Nicky. No protesté ante todo lo que habían organizado, más bien agradecí con una sonrisa a todos. Luego de mi charla con Carmen, había decidido tomarlo con calma. Las familias y los lobos necesitaban un día de descanso por lo menos.
Agradecí cada regalo, a pesar de no estar en acuerdo con algunos que eran demasiado caros. Agradecí el de Jacob, que había sido una pulsera con un lobo tallado en madera. Agradecí el de mis hermanos, un recuadro de los tres juntos. Agradecí el de Jasper y Alice, el de Rose y Emmet, el de Sophy y Josh. También por supuesto el de mis padres y el de Esme y Carlisle.
El regalo de Edward, estaba a punto de conocerlo.
Edward, ¿puedes decirme ya a dónde vamos? —Le pregunté ansiosa.
Él había insistido que esa noche saliéramos juntos, solos, sin familias ni amigos licántropos que interrumpieran. Yo acepté sin saber la condición de Edward, que resultó ser que no supiera nada, ni intentara averiguarlo, ya que sería una sorpresa de cumpleaños.
Sabes que odio las sorpresas… Protesté.
Escuché su risa divertida. Resiste, ya llegamos. Dijo en mi oído con diversión.
Edward me tenía cargando en forma nupcial en sus brazos y tenía una venda negra en mis ojos, puesta a pedido y súplica de él. La curiosidad me carcomía por dentro. ¿A dónde íbamos? ¿Cuál era el tan esperado regalo?
La respuesta a esa pregunta la obtuve cuando Edward dejó de correr y me devolvió al suelo. Se posicionó detrás de mí, para poder desatar el lazo, y me dio un delicado beso en el cuello provocando que me estremeciera.
¿Lista? Preguntó ansioso. Asentí y él soltó la venda de mis ojos.
Mi respiración innecesaria se cortó ante lo que tenía frente a mis ojos. Una hermosa cabaña de madera construida sobre árboles estaba a solo unos pasos de mí.
¿Te gusta? Me preguntó Edward abrazándome por atrás. Me giré y lo abracé por el cuello con fuerzas.
Es perfecta. Dije alejándome para besarlo con dulzura. Él me correspondió sin dudarlo y sonriente.
¿Te parece si la investigamos por dentro? Preguntó cortando con el beso. Sonreí asintiendo mientras, tomados de las manos, entrábamos en aquel bello lugar.
Por dentro, era hermosa. En las paredes había fotos con mi familia, con los Cullen y hasta con los licántropos. Sonreí por ello. Todo era perfecto, hasta en los más insignificantes detalles. Pude notar tanto los gustos de Esme como los de Carmen, y eso me agradó.
Esto es… hermoso. Dije fascinada mirando a todo mi alrededor.
Aún falta más… Dijo sonriendo divertido y tomando mi mano.
Edward me llevó hacia una habitación, la cual tenía la puerta cerrada. Me dio un corto y dulce beso en los labios antes de abrir la puerta. La respiración, se me cortó otra vez ante la hermosa imagen que tenía delante de mí.
En la habitación había una cama de dos plazas, donde encima y a todo su alrededor yacían pétalos de rosas esparcidas y muchas velas que decoraban el cuarto y daban un toque de calidez a la noche, aparte de la luz de la luna que entraba por las ventanas que estaban abiertas. Todo era hermoso, y romántico. Muy al estilo de mi Edward.
Él me abrazó por la cintura desde atrás mientras yo me encontraba atónita viendo todo. Si hubiera sido humana, hubiera llorado de felicidad, pero simplemente lleve mis manos a mi boca de la emoción y observé todo con adoración.
Feliz cumpleaños, mi amor, Susurró en mi oído antes de que me girara hacia él. Lo bese con el mayor amor que podía demostrarle. Él me correspondió de la misma forma, haciéndome sentir la mujer más afortunada de todo el mundo por tenerlo.
De pronto, una canción comenzó a sonar y sonreí más que contenta. Edward me devolvió la sonrisa mientras pegaba su frente sobre la mía y comenzaba a moverse de un lado a otro, lento, y sin soltarme. Entendí lo que quería, así que lo seguí sin soltarlo y sin alejarme un milímetro. Él sonrió más aún, satisfecho.
—No tenías por qué molestarte con todo esto… —Dije mirándolo a los ojos.
—Esto es nada a comparación de todo lo que mereces, Bella. —Me dijo algo molesto mirándome serio. Le sonreí sacudiendo mi cabeza antes de besar su nariz, haciendo que volviera a sonreír.
Los minutos, o quizás horas, pasaban mientras Edward y yo bailábamos en silencio, dejándonos llevar por esa hermosa melodía. Ambos estábamos con los ojos cerrados, disfrutando de aquel hermoso y mágico momento.
¿Recuerdas nuestro primer baile en la graduación? Preguntó de repente, mientras acariciaba mi espalda. Suspiré ensoñadoramente antes de contestarle.
¿Cómo podría olvidarlo? Fue uno de los momentos más mágicos que vivimos juntos cuando era humana… Contesté mientras lo recordaba con una sonrisa y abría mis ojos.
Me encontré con la profunda mirada de Edward, que también sonreía. Su mirada reflejaba un sincero amor mezclado con un intenso deseo, provocando que mis piernas temblaran con solo una mirada.
No es suficiente la frase “Te amo” para decirte todo lo que siento por ti. —Sonreí sintiéndome más que feliz.
Te amo tanto… Contesté como pude antes de que me Edward besara con desesperación.
La balada seguía sonando mientras Edward me besaba profundamente. Demostrándome con cada caricia de nuestros labios todo el deseo que sentía por mí. ¿Cómo aguantaría todo ese deseo si yo fuera humana? Era imposible, no encontraba respuesta.
Luego de ese profundo e interminable beso, Edward pegó su frente sobre la mía, respirando aceleradamente, al igual que yo.
Bella… Susurró con la voz ronca. Abrí mis ojos para encontrarme con esos ojos negros de Edward, llenos de deseo. Mi autocontrol flaquea… Dijo cerrando sus ojos, al mismo tiempo en que yo lo hacía.
Me molesté un poco. ¿Quién le había pedido que su estúpido autocontrol se metiera en esto? ¿Por qué se controlaba? Yo quería pertenecerle, quería ser suya.
¿Edward? Le llamé con la voz entrecortada. Él suspiró jadeante antes de contestarme.
¿Sí?
Te necesito…
Un gruñido salió de sus labios antes de tomarme y sentir la suavidad de las sábanas y de los pétalos debajo de mi espalda desnuda. Luego nos fundimos en beso, lleno de más amor que cualquier otro.
Esa noche, fue la mejor noche de toda mi existencia. Inclusive la mejor de todas las noches que pasé como humana.
No existían palabras para describir lo perfecta que fue. Ni siquiera para describir todo el amor que nos demostramos con cada caricia y cada beso.
Jamás la olvidaría.


Otra vez, Ally reportándose. :B
Aquí les dejo el taaaaaaaaaaan esperado cap. *-*
Sé que muchas querrán matarme por no escribir lemmon, pero prometo que al final escribiré un OS con el lemmon de esta parte. Pero si alguna se ofrece a hacerlo porque quiere hacerlo YA, hablen conmigo y arreglamos. ;D
¿Qué les pareció el cap? ¿Opiniones? :]
Love ya' all!! <3
Peace. Out.
Ally C-B.

5 comentarios:

  1. fascinante ya las extrañaba gracias linda...

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  2. Dios!!! fascinante...pero...yo quiero mi lemmon... *pervertida a la vista* jajaja.....Me encanto...lo volvi a leer desde el principio ...esta super maravilloso :*

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  3. no tengo palabras esta de lo mas genial enserio ... pero me preocupa que ya no hay actualizaciones desde ase un tiempo espero que continúes con tus historias.. un beso y un abrazo desde yucatan!! :)

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  4. La historia es muy buena lastima que no la actualices ojalá lo hagas pronto y no olvides la esta historia

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  5. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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