Beautiful Darkness

Dos mentes distintas, dos cuerpos distintos,

un mismo origen, pero distinta especie.

Dos seres completamente diferentes,

unidos por un mismo sentimiento…”

…AMOR…

Prefacio

“Vampsolts”: definidos como una especie del origen de los vampiros, los verdaderos seres a los que, tanto los humanos y animales como los mismos vampiros, deberían temer con solo escucharlos nombrar. Ellos son seres fríos, macabros, sin una pizca de misericordia para con su presa, ni para todo aquello que lo rodea y le atraiga. A pesar de todo ello, aparentan confianza, amabilidad, ternura, en algunos casos, y son extremadamente hermosos para cualquier ser, tanto vivo como muerto, que pueda llegar a existir. Muy fácilmente lo confundirías con un humano, ya que ellos ríen, se  “alimentan” de comidas humanas, lloran y su forma física es la de un humano, prácticamente. 

Pero a la hora de alimentarse como debe hacerlo cualquier Vampsolt, se olvidan completamente de los seres amigables, tiernos y amables que son, o mejor dicho aparentan, durante la mayor parte del día. En cada puesta del sol, sus ojos comienzan a cambiar de color, mostrando así, la parte de ellos que los delata.

A un vampiro común y corriente, ya sea “vegetariano” o “carnívoro”, lo delata su piel, cuando el sol refleja su luz en ella; y, al igual que a los Vampsolts, sus ojos. En el caso del vampiro “vegetariano”, sus ojos pasan a ser dorados, o amarillos, como prefieran llamarles, mientras que en los “carnívoros”, con cada caza, se vuelven más y más profundos, de un color rubí potente.

Los Vampsolts fueron los seres más temidos en aquellos tiempos, ya que su fuerza era el doble de la que un vampiro común podía llegar a tener, su rapidez era inalcanzable, y su maldad inigualable. En resumen, no desearían NUNCA cruzarse con uno de ellos, y si lo hacen, no vivirían para contarlo.

Un Vampsolt, para poder vivir durante una semana con las fuerzas necesarias, tenía que alimentarse de una manera muy especial. Ellos debían alimentarse de uno de los de su origen, eso quería decir que debían hacerlo de otro vampiro. No importaba si fuera “vegetariano” o “carnívoro”, daba igual, eso no influenciaba en nada; lo importante era que debían hacerlo, al menos una vez a la semana. El resto de los días, el Vampsolt, podía mantenerse con sangre de animales, o de humanos, y de comida humana. Pero mientras más se alimentase de vampiros, más fuerzas poseería el Vampsolt. Esa forma tan “malévola”, según algunos, de alimentarse de los Vampsolts, llevó a los Vulturis a tomar medidas drásticas con respecto a ellos.

Hacía, aproximadamente, tres siglos atrás, los Vampsolts comenzaron a multiplicarse masivamente durante los años, llevando a la muerte a muchos vampiros mediante el tiempo transcurría.

Mientras más muertes de vampiros, menos integrantes habría en la guardia de los Vulturis, por lo tanto comenzaron a moverse, gracias al miedo que comenzó a invadirlos, a pesar de que lo negaran. Aro, Marco y Cayo Vulturi, se encargaron personalmente de acabar con los distintos aquelarres de Vampsolts que existieron, y lo hicieron de tal forma que los llevaron a la extinción, o al menos eso creían.

Para convertirte en un Vampsolt, uno de ellos tiene que morderte y darte de su sangre. Tienes que beberla por muy agria que sepa, por muy espesa que se sienta. El proceso es largo, y doloroso. Al principio, un calor comienza a llenarte, a tal punto que sientes como si te hubieran tirado a un volcán lleno de lava recién salida de lo más profundo de la tierra.

Luego, el calor se transforma en frío; un frío tan insoportable e inaguantable que pareciera que te hubieran encerrado, desnudo, en un congelador durante cinco años, o quizás más. Por último, el frío comienza a desvanecerse; y el calor, que parecía haberse apagado por el frío, comienza a subir, pero no a temperaturas tan altas como antes.

El frío y el calor se juntan, se mezclan, y llegan a congeniarse para formar una temperatura tibia, normal para el tacto de cualquier otro Vampsolt. Para los demás vampiros, el tacto es, ni frío ni caluroso, sino fresco. Mientras que para los humanos, ese tacto es extremadamente frío, mucho más que el de un simple vampiro.

Ser un Vampsolt, requiere de mucha responsabilidad y muy pocos son los  “beneficiados” en ser uno de ellos, sobre todo en estos tiempos. Tiempos, en el que los Vulturis creen que no existimos, que nos hemos extinguido, cuando la realidad es que estamos más vivos que nunca, para su desgracia, y estamos preparándonos para ir por todo, y por todos…

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Woow..!! Esta es otra de mis consentidas,,, ;) Me gusta por la idea que cruzo por mi loca mente: "papeles invertidos" ;) jajajja...

Espero les guste...!! xD

Ally**