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viernes, 15 de julio de 2011

Mi segunda vida_Cap veintiuno

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Veintiuno
Trabajo 
Bella POV
 -Hola, mis queridos amigos, es un placer verlos a todos de nuevo –dijo Aro levantándose de su asiento y caminando hacia nosotros con esa sonrisa tan falsa propia de él- Veo que hay una nueva integrante –dijo mirando a Lena una vez que todos nos quitamos las capuchas.
Lena tomó rápido mi mano y medio se escondió detrás de mí. Aro me miró con una sonrisa.
-También veo que hay un fuerte lazo entre ustedes –dijo Aro dirigiéndose a mí. Asentí con una sonrisa falsa.
-¿Cómo es tu nombre, pequeña? –le preguntó Aro a Lena. Ella se escondió un poco más detrás de mí.
La miré y le hice seña a que hablara, si seguía escondiéndose de esa forma nos perjudicaría a ambas.
-Soy Lena, -contestó débilmente. Aro me miró sonriendo pero en sus ojos había enojo.
Él no toleraba esa clase de actitudes, por lo tanto la idea de que ella conociera a Jane cruzó por su mente.
-No es realmente necesario, Aro –dije interrumpiendo sus pensamientos- Ella es nueva, dale tiempo, aún no se acostumbra –le dije esperando que algo de piedad apareciera en su persona.
Él me miró confundido, pero con una sonrisa. Aro no entendía porque la protegía, si luego de que termináramos nuestro trabajo no la volvería a ver hasta la próxima vez que nos reclutaran.
En eso, una visión me lleno. En la visión, Lena estaba conmigo, rodeada de toda mi familia. Todos sonreíamos felices mirando a Lena. Cuando volví a la realidad, traté de aparentar que nada había ocurrido, pero Aro se había dado cuenta.
Él se acercó a mí y estiró su mano, dándome a entender que quería ver lo que yo había visto. Resoplando le di mi mano, otra no me quedaba. Una vez que Aro terminó de ver lo que tenía que ver, soltó mi mano y sonrió falsamente.
-Cada día eres más poderosa, Bella –dijo caminando de un lado hacia otro. “¡Genial, ahora ni muerta me dejara ser libre!” pensé rezongando. Le devolví la misma sonrisa falsa. Él suspiró antes de volver a hablar- Bueno, ya es momento de que vayan a practicar antes de partir hacia sus deberes –dijo mientras todos se giraban hacia la puerta, para ir hacia el salón de entrenamiento, incluyéndonos a Lena y a mí. 

-¿Estas listo para perder, Dean? –le preguntó Tiffany a Dean mientras se agazapaban al mismo tiempo, listos para comenzar con el entrenamiento. Él le sonrió pícaramente antes de correr hacia ella y la lucha comenzara.
Lena observaba todo a su alrededor, sentada a mi lado, a un costado del salón, mientras comentábamos las distintas peleas. Nosotras ya habíamos practicado bastante y ella estaba un poco cansada, o al menos eso me decían sus ojos, por eso decidí descansar un rato. Ella era bastante buena en la lucha, sabía defenderse bastante bien.
Ambas estábamos riendo sobre un comentario que yo había echo sobre la lucha entre Dean y Tiff, cuando ella se quedó mirando fijamente a la entrada del salón con cara de terror. Seguí su mirada para encontrarme con Darren en la puerta.
“¡Bella! ¡Es él!” me gritó Lena por su mente. Me giré a mirarla con el ceño fruncido, confundida. “¡Él, es el otro vampiro que estaba cuando me transformaron!” me gritó desesperada.
Según ella, el día que se había acostado con el vampiro que la terminó transformando, había otro, y que ese también había abusado de ella antes de ser transformada. Muchas veces ella escuchaba como discutían entre ellos, a pesar de estar sedada y drogada, por el motivo de si la convertían o no.
La miré estupefacta antes de volver mi mirada a Darren y ver como él miraba a Lena sorprendido y algo enojado. Su mirada bajó a nuestras manos unidas y luego a mí. Le enseñé mis dientes, dándole a entender que no se metiera con ella. Me rebajó antes de girarse y salir del salón.
Lena saltó a mi cuello, abrazándome mientras temblaba de miedo. Le devolví el abrazo mientras acariciaba su cabello intentando calmarla.
-¡Se termino! –gritó Felix desde la puerta- Es hora de irnos –dijo mientras todos se detenían y comenzaban a arreglarse si es que se les había corrido la ropa durante las peleas. Tomé a Lena de la mano, y juntas fuimos hacia Tiff y Dean.
Todos comenzamos a salir del salón y nos encaminamos hacia la salida, donde nos darían nuestras capas para poder salir hacia afuera. Una vez puestas, todos salimos corriendo hacia la entrada del bosque, donde allí nos dirían hacia donde era nuestra aventura esta vez.
-Hermanos, esta vez habrá que correr mucho, -dijo Demetri con una sonrisa, parándose en una alta roca- tenemos que ir hasta Asia. Allí se encuentra un gran aquelarre, en el cual las cosas se les están saliendo de control…-dijo antes de que Dean lo interrumpiera.
-¿Cuántos son? –preguntó bajo la fulminante mirada de Demetri, pero la mirada de Dean no se quedaba atrás, él no le tenía miedo al flacucho de Demetri.
-Son cerca de 70 vampiros, -dijo mientras la mayoría comenzaba a balbucear. Lena y yo solo nos miramos sorprendidas- pero están separados, en distintos lugares, pero cerca unos de otros –aclaró viendo la preocupación de todos.
-Según una información confidencial, el aquelarre ha sido creado por un mismo vampiro, el cual es algo difícil de atrapar –dijo Felix mirándome exclusivamente a mí. Asentí comprendiéndolo.
Yo tenía que ser la que lo atrapara y terminara con él. Gracias a mis dones, no sería difícil, lo difícil sería el tener que separarme de Lena. Cuando me encargaban esa clase de trabajos, tenía que ir en otra dirección, distinta al de los demás. El vampiro que había creado el aquelarre seguramente no era estúpido, y era obvio que él no se encontraría con todos los vampiros que creó, sino en otro lado, apartado, mientras asistentes o aliados  se encargaban de los distintos aquelarres.   
Demetri comenzó a separarnos en grupos, para poder ir por los distintos aquelarres, cuando, antes de que él llegara a mí, Felix se me acercó a susurrarme algo al oído.
-Yo iré contigo, pero puedes llevar a la niña –dijo en mi oído mientras me acariciaba el brazo contrario al cual tenía tomada la mano de Lena.
Un sentimiento de repulsión cruzó por mi espina dorsal mientras Lena observaba las acciones de Felix confundida. Por suerte sabía mentir, así que omití el sentimiento y le sonreí a Felix. Al menos, su estúpida atracción y obsesión hacia mí me beneficiaba.
Sí, Felix era un gran patán. Se acostaba con Tiffany y con muchas otras mientras coqueteaba conmigo, intentando poder llegar a algo más que un simple beso. Pero yo siempre le restaba importancia, él no era mi tipo y nunca lo sería, pero esa atracción me ayudaba en casos como ese.  
Felix me guiñó el ojo antes de girarse y volver a su lugar. Un escalofrío me golpeó con fuerza antes de girarme a hablar con Lena.
-¿Y eso? –preguntó confundida.
-Luego te explico, -dije resoplando.
-Lena, tú iras con Darren –dijo Demetri una vez que llegó a nosotras para dividirnos. Lena tembló apretando mi mano al ver a quien se refería Demetri.
Giré mi mirada sorprendida para ver a Darren sonriéndome con desafío. ¿En que maldito momento él se había metido en todo esto? Según tenía entendido, él nunca quería hacer esa clase de trabajos ya que decía que no le gustaba ensuciarse las manos. ¡Cobarde! Le devolví la sonrisa a Darren antes de contestarle a Demetri.
-Lena vendrá conmigo –dije mirando a Darren.
-¿Qué parte de “irá con Darren” no entendiste, Bella? –dijo Demetri enojado. Me giré a él y lo fulminé con la mirada.
-¿Qué parte de “irá conmigo” no entendiste, Demetri? –le devolví la pregunta.
Él movió su mano con intención de quitar a Lena de mi lado, cuando utilicé uno de mis dones para torturarlo, haciendo que se arrodillara al suelo, gimiendo de dolor. Lo mantuve allí por unos minutos, sin que nadie dijera nada, ni siquiera Felix. Pasados los minutos enteramente largos para Demetri, Felix habló.
-Ya, Bella, ya entendió lo que dijiste –dijo Felix sonriendo, tratando de no reírse a carcajadas- Anda, déjalo así podemos irnos.
Dejé de usar mi don mientras Demetri respiraba aceleradamente y se ponía en pie. Me fulminó con la mirada una vez que estuvo a mi altura.
-Espero que te haya quedado claro –dije comenzando a caminar con Lena de la mano hacia Felix, pero chocando fuerte el hombro de Demetri con él mío cuando pase por su lado, provocando que se escuchara como si un choque de autos se hubiera producido.
Escuché el gruñido de Darren detrás de mí, que me fulminaba con la mirada por lo ocurrido. Lo desafié con la mirada y pequeños gruñidos una vez que llegué a Felix.
-Ya basta, Bella –susurró Felix adelante mío.
-Bueno hermanos, ya pueden partir a sus labores –dijo Demetri agrandado, a pesar de lo que acababa de ocurrir.
Los distintos grupos fueron desapareciendo a los pocos segundos, mientras Felix, Demetri, Lena y yo, nos quedábamos solos en el lugar.
-¡¿Desde cuando diablos puedes hacer eso, maldita?! –me gritó Demetri caminando hacia mí enfurecido.
-¡Demetri, contrólate! –le gritó Felix interponiéndose en su camino, tomándolo del pecho para que no pudiera avanzar. Lena se tensó a mi lado, así que me planté delante de ella, protegiéndola.
-Desde que se lo absorbí a tu novia, antes de que muriera –lo provoqué mientras un gruñido enfurecido salía de sus labios y yo sonreía.
¿Quién era él para llamarme “maldita”? Si él quería provocarme, yo lo haría aún más.
-¡Demonios, Bella! ¡Termínala! –me pidió Felix mientras intentaba parar los ataques de Demetri.
Pero en un descuido, él se escapó de los brazos de Felix y corrió hacia mí gruñendo. Me agazapé lista para la pelea, cuando Lena se plantó delante de mí.
-¡Alto! –gritó con todas sus fuerzas y enfurecida.
Demetri paró de golpe, dejándonos a todos confundidos. ¿Por qué Demetri había hecho lo que ella le dijo que hiciera?
-Ahora, siéntate e intenta calmarte –le ordenó Lena a Demetri.
Él lo hizo mientras Felix y yo sonreíamos sin salir de nuestro asombro. Lo entendí al instante. Lena tenía el don del orden, si ella le ordenaba a alguien a hacer algo, ese alguien no tenía opción, lo haría quisiera o no.
Abracé a Lena por detrás mientras besaba su cabeza sonriendo y ella me devolvía el abrazo. Felix se nos acercó con una sonrisa y levantó la palma de su mano hacia Lena.
-¡Bien echo, Lena! –le festejó Felix mientras chocaban palmas. Había veces que Felix podía ser realmente un muy buen amigo.
Luego de unos minutos llenos de felicitaciones hacia Lena, Demetri habló desde su posición. Sentado en el suelo con la cabeza apoyada entre sus manos.
-Si no les importa, quiero terminar de una vez con nuestro trabajo –protestó con el ceño fruncido.
-Okey, levántate y vuelve a ser tú –ordenó Lena con una sonrisa superior en su rostro. Ella se sentía grande, poderosa.
El don de Lena era total, eso quería decir que todas sus órdenes se harían hasta que ella dijera “basta”, y si no quería que se acabase, no se acabaría.
Demetri se levantó y comenzó a caminar hacia donde podía rastrear al vampiro creador. Lo seguimos con chistes y risas por detrás.
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