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miércoles, 29 de junio de 2011

MINIFIC: “Send a wish upon a star”

7 comentarios:
 
“When everything seems like the end, don’t forget to look upstairs, send a wish upon a star, and wait the miracle happen…”
Summary: ¿Qué ocurre cuando alguien pide un deseo a una estrella? ¿Crees que ese deseo se cumplirá? Isabella sí lo creía posible. “-Deseo que Edward vuelva a ser el que era antes…-susurró la castaña cerrando sus ojos y suspirando. Una ráfaga de viento sopló, y ella supo que su deseo se cumpliría.” LEMMON. B/E.

1. Capitulo Uno.
Send a wish upon a star
By Ally Cullen-Black
&.
“When everything seems like the end…”
—Entonces, ¿qué dices Bells? ¿Te apuntas? —Le preguntó Alice a su mejor amiga, Isabella, mientras caminaban por el tan recorrido pasillo del Instituto.
Antes de que la castaña pudiera contestar, su mirada se encontró con aquella escena que tanto había deseado NO presenciar nunca en su vida.
Edward Cullen, en una esquina, y entre su cuerpo y la pared, estaba la zorra de Tanya, con sus manos enredadas en el cabello del cobrizo, y él con ambas manos sobre la pared. Podía notarse desde lejos lo que hacían. Y aunque no era nada malo que una pareja se besase, para Isabella, esa escena, era como si la apuñalaran más de cien veces en el estómago.
¿Cuántas veces ella había probado de aquellos hermosos labios que pertenecían al cobrizo? ¿Cuántas veces ella había enredado sus dedos en aquel desordenado y rebelde cabello de color dorado y negro a la vez, justo como lo hacía esa zorra? ¿Cuántas veces, Edward Cullen, le susurró en el oído que la amaba, y que ella era su mundo? Isabella ya había perdido la cuenta de todos esos acontecimientos. Y dolía. ¡Demonios! Dolía como si un camión cargado hasta el tope le pasara por encima, una y otra y otra vez.
Pero aún así, ella intentaba ser fuerte. Intentaba pretender que no le importaba, intentaba convencerse a sí misma que él ya no era importante para ella. Pero no hacía más que mentirse a sí misma, no hacía más que dañarse a sí misma.
—Bella, vámonos. —Dijo Alice comenzando a tironear de su amiga, arrastrándola hacia otro lugar que fuera lejos del estúpido de su hermano mayor, Edward Cullen.
Cuando ella se dio cuenta de la razón por la cual Bella se había quedado atónita en el medio del pasillo, y que su rostro se demacrara con demasiada rapidez, solo quería llevarse a su amiga de allí corriendo y encerrarla en una cajita musical, con seguro, y la llave la cuidaría ella misma. Justo como lo había hecho desde que la conoció.
Nunca debió prestarle la llave a su hermano, nunca debió dejar que él la sacara de esa bella cajita musical en la que ella la había puesto, nunca debió de dejar que su hermano la usara y luego la desechara como un trapo sucio y usado. ¡Nunca debió haber dejado siquiera que la mirara!
Pero ya todo estaba hecho, no había vuelta atrás. El pasado era imposible de cambiar, ya nada servía. El daño ya estaba hecho.    
Una vez que Alice y Bella salieron del Instituto, ambas caminaron juntas por el estacionamiento.
—¿Segura estarás bien, Bells? —Le preguntó Alice a Bella cuando llegaron al auto de ésta última.
—Sí, Alice, tranquila. Solo fue un incómodo momento…—La castaña intentó disimular el dolor que sentía por dentro con una sonrisa que no llegó a sus ojos.
Alice asintió antes de darle un beso en la mejilla a su amiga, y que luego ésta subiera a su auto y se pusiera en marcha a su casa. Vio por el espejo retrovisor cómo Alice se hacía cada vez más pequeña, y cómo por la puerta del Instituto salían Edward y Tanya abrazados.
Un fuerte crack se escuchó dentro de ese auto, y Bella supo que era su corazón. Supo que su corazón se había vuelto a romper, como aquel día…
—Bella, debemos hablar…—Dijo el cobrizo desenredando los brazos de Bella que estaban en torno a su cuello. La castaña lo miró confundida.
¿Qué ocurre, Edward? —Preguntó Bella mientras se sentaba en el sofá tan familiar de la casa de los Cullen, haciéndose la que no sabía nada. Pero la realidad era que ella sabía mucho más de lo que él imaginaba.
Creo…creo que…deberíamos darnos un tiempo…Contestó Edward sentándose al lado de Bella, nervioso, pero no triste.
Isabella sintió que el aire le comenzaba a faltar. Como si fuera la maratón y ella hubiera corrido más de quince kilómetros. Ella se removió inquieta en su lugar, alejándose un poco de Edward. Él lo notó, y no pudo evitar que se sintiera culpable, otra vez.
¿Por qué? —Preguntó la castaña bajando su mirada, conteniéndose, resistiendo a aquellas lágrimas que querían salir de sus ojos. —¿Acaso hice algo malo?
—¡NO! —Se apresuró a aclarar, o mejor dicho gritar, ante la sola mención de que había sido culpa de ella.
Porque él lo tenía claro. Porque él sabía realmente de quién era la culpa. Porque él sabía quién era el que se había pasado en drogas y alcohol. Porque él sabía quién era el que se había acostado con la reina de las zorras de todo Seattle. Porque él sabía quién era el monstruo en esta historia.
Yo…—Quiso explicar el cobrizo, pero el fuerte grito que pegó Bella mientras se levantaba del sofá y se paraba en frente de él, lo dejó impresionado, hasta el punto de quedarse cayado.
¡ENTONCES DIME CUAL DEMONIOS ES TU PROBLEMA! Si hasta hace no menos de unos segundos estaba todo bien, y ahora saltas con esa mierda del tiempo…Isabella había perdido toda esa inocencia que tenía, con la cual llegó a Seattle, con Edward, y él lo sabía. Pero aún así no pudo evitar sorprenderse del vocabulario de la castaña. —¡CONTESTA! Le exigió ella al verlo con la mirada atónita y perdida.
—Bella, yo…—Repitió para luego quedarse cayado, y así poner aún más furiosa e histérica a Bella.
—¡¿TÚ QUÉ, EDWARD?!
Te engañé, Bella. Contestó el cobrizo pasando su mano por su cabello despeinado, como solía hacerlo siempre que estaba nervioso.
Isabella abrió grande sus ojos, sorprendida de que el muy maldito se “entregara”, y dolida. No pudo evitar que unas ganas insaciables de tomar aquella pastilla que venía tomando hacía ya bastante tiempo, desde que comenzó a salir con Edward Cullen, le llenaran totalmente su diminuto cuerpo, y lo peor de todo, su mente.
Yo no sé exactamente lo que pasó…—Isabella soltó una risa arrogante interrumpiendo al cobrizo.
No sabes lo que pasó…—Dijo sarcástica mientras se cruzaba de brazos y seguía teniendo esa sonrisa arrogante que comenzaba a molestar a Edward. —¿Quieres que yo te lo diga? Okey, deja que yo te lo explique detalladamente. —Edward estaba sorprendido por la forma de hablar de la castaña. ¿Acaso ella sabía algo? —Estabas con Emmet y Jasper en un bar, cuando a mí me habías dicho que ibas a una conferencia del hospital que Carlisle te había pedido que lo acompañaras. Vi cuántos tragos tomaron, vi cuántas pastillas se tomaron… vi cuando la puta de Tanya se acercó a ti con su sequitas de plásticas. —Mientras Bella hablaba, lágrimas caían de sus ojos y se deslizaban por sus mejillas completamente sonrojadas de tanto esforzar la voz. Edward estaba petrificado, ella había visto todo. —Vi cuando Tanya comenzó a insinuársete mientras sus amigas distraían a los demás, y tú no hiciste nada para detenerla…Al último de aquella oración no terminada, la voz de Bella ya casi salía a susurros, toda resquebrajada.
El dolor y las lágrimas impedían que su voz saliera normal, o con seguridad, como a ella le hubiera gustado. No le gustaba demostrarse indefensa, y menos delante de Edward, quien la había usado.
Bella…Dijo Edward poniéndose en pie y tomándola por los hombros.
¡NO ME TOQUES! Gritó la castaña con la poca voz que tenía mientras se sacudía las manos de Edward de sus hombros y retrocedía un par de pasos.
Ambos se miraron fijamente, el silencio reinaba entre los dos, descartando los pequeños sollozos que Isabella intentaba reprimir mientras sus lágrimas caían y caían por su rostro. Edward se maldijo una y otra vez por haber corrompido a aquel hermoso ángel.
Vi cuando la hiciste tuya, Edward…el aludido la miró aún más atónito, y sus ojos se encontraron con aquellos profundos ojos marrones, solo que esta vez no los llenaba alegría, amor o deseo. Estaban llenos de tristeza, furia y decepción. …de la misma forma en la que a mí me amabas.
La castaña tomó su chaqueta que estaba sobre el sofá, y se encaminó hacia la puerta de salida. Pero antes de que llegara, una mano la tomó con fuerza desde atrás, girándola y haciendo que chocase contra el pecho del cobrizo.
Yo aún te sigo amando…Dijo Edward rozando sus labios con los de ella, sabiendo que eso era irresistible para Isabella.

7 comentarios:

  1. ="( casi lloro con el flashback
    pobre bella y ese ed que se cree
    mete las patas y se enoja :@
    pero igual lo amo ♥
    besos!

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  2. definitivamente, es una grandiosa historia ... perooooooooooooooooooooooooo....... no creo aguantar a k solo sea un mini fic !! es muy buena la trama... !!! jajaja pero wenisimo besitoooss

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  3. ya tengo ganas de ver como continuaaa!!!!!me gusta muchooo!!!!

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  4. valla pedazo de minific me encanto y espero leer pronto...Besos...

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  5. waooo ally muero por seguir leyendo, quiero saber que sucedera entre jacob y bella, como reaccionara edward... quiero saber mas...

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  6. ally! se q me e andado perdida y te he dejado abandonada ¡lo siento! pero aqui vendre siempre q pueda para leer mis historias favoritas! (essta es una ya ) wow d verdad q me quede en shok.. drogas alchol... edward desopojo humano!!
    jajaj tkm!!!

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  7. Ally... q hermoso fic... aunq sea chiqito... me gusta... ese Edward yo tampoco lo conozco.. jijiji... en estos momentos, Jake me cae muuy bien!
    ok, nos vemos en el otro cap, nena!! besos!!

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