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jueves, 22 de diciembre de 2011

Precious Passion_Cap Cinco

4 comentarios:
 
 Summary: Bella Swan, una niña de 16 años, secuestrada por una organización de traficantes de jovencitas, obligada a entregar su cuerpo a cambio de dinero, el cual, no era para ella. Pero, ¿que ocurrirá cuando Edward Cullen se cruce en su camino, dispuesto a darle una segunda oportunidad y enseñarle el verdadero significado del amor?
ADVERTENCIA: Chikas, rating M! Ya saben por demás que contiene lenguaje fuerte y escenas sexuales explicitas. Pero debo aclarar que tambien habrá escenas de violación...quedan advertidas! Bajo advertencia NO hay reclamo.
N/A: Agradezco a mi hermosa Beta que me ayudó con el cap! ^^ Grax cariño, te quiero! :3 Ahora sí, Enjoy el cap. :)

Capitulo Cinco
Precious Passion
By Ally Cullen-Black
&.
Bella POV
—Lamento no poder decir lo mismo. —Dije seria, cruzándome de brazos. Era la realidad. Para mí, no era un placer conocerlo, y tampoco le había pedido que se presentara. No me interesaba.
El tal "Aro" soltó una risa -entre divertida y amenazadora al mismo tiempo- mientras cerraba la puerta a su espalda y acercaba una de las sillas que había en la esquina -junto a la otra silla y la mesa-, y se sentaba en ella. De cada una de sus facciones salía tranquilidad, y… costumbre. Como si mi enojo no le sorprendiera en lo más mínimo.
—Es bueno que seas sincera. Olvidé que debí haberme esperado que estuvieras algo resentida.
"¿Algo,solamente?" Pensó mi mente. Hice un intento de sonrisa hacia él dándole a entender que tenía razón, pero creo que se vio como una mueca arrogante.
Él suspiró antes de proseguir.
—Verás, pequeña. Realmente lamento tener que separarte de tus padres a esta edad. —Dijo señalándome con una mano. —Pero así son los negocios en estemundo. A mí solo me llaman, me solicitan el trabajo y mi deber es cumplirlo. Lástima que esta vez no me percaté del cambio de planes…—Dijo la última oración más para él que como una explicación hacia mí.
Se sumergió en su mente durante unos momentos, con su rostro completamente serio -tanto, que daba miedo- y su vista fija en un punto inexistente en el suelo, muy cerca de mis pies. Algo hizo 'click' en mi mente luego de procesar sus palabras.
"¿Trabajo solicitado?" Eso quería decir que alguien que ya me conocía había pedido mi secuestro. Pero algo no encajaba. "¿Cambio de planes?"¿Acaso esa persona había desistido de mi secuestro a último momento? Necesitaba quitarme la duda, así que me armé de valor y hablé.
No iba a preguntarle sobre el trabajo, eso era obvio. Me interesaba saber quién era el que había solicitado mi secuestro. Aunque algo muy dentro mío me decía que con mucha, mucha suerte conseguiría esa información.
—¿Cambio de planes? —Pregunté tímidamente. Aro levantó su vista a mí y su expresión de 'serenidad' volvió a sus facciones.
—Al parecer, eres muy conocida en este mundo gracias a tu padre. Solo digamos que algo salió mal. —Dijo un tanto cortante. ¡Agh! Pero aún seguía confundida, y sus últimos intentos de explicación, solo lograron confundirme aún más.
—¿A-a qué se refiere? —No tenía intención de tutearlo. Pero mi voz salió cortada, gracias a que aún tenía sed.
Aro lo notó, por lo que se acercó a la mesa donde estaba la botella y el vaso. Llenó el mismo con el contenido de la botella y lo levantó con su mano en mi dirección, dándome a entender que era para mí. Con algo de timidez me acerqué y tome el vaso antes de volverme sobre mis pasos a mi lugar anterior.
Al menos, algo de generoso tenía. Él contestó a mi pregunta mientras yo tomaba del vaso tranquila y algo más calmada esta vez.
—El hombre que pidió tu secuestro, cambió de planes a último momento. —Un rayo de esperanzas se vio en toda esta situación para mí. ¿Me dejarían ir? Aro notó la corazonada esperanzada, por lo que continuó. —Lamento desilusionarte, pequeña. Pero lo hecho, hecho está. No puedo dejarte ir. —Bajé mi mirada al suelo. Algo me decía que tampoco le convenía demasiado a él.
Repasé sus palabras como si de un letrero luminoso y continuo se tratara analizando a toda velocidad cada una de sus palabras y los posibles trasfondos de estas, mientras él a su vez me miraba evaluativa y apreciativamente, mirada que no podía evitar que me mandara escalofríos directamente a mi columna vertebral.
Primero; fui un… Encargo. Costaba pensar en mí como ello, pero no me quedaba de otra, era lo que era.
Segundo; "algo salió mal" y "que yo era conocida en ese mundo… Por mi padre". Una pequeña luz roja comenzó a encenderse en mi mente.
Tercero; la reticencia que él mostraba a quedarse conmigo, a pesar de obviamente tener experiencia en demasía en este trabajo.
Sí.
Eso era.
Mi encargo se debía a una venganza hacia mi padre. Mierda.
Quería llorar, gritar, bufar… y matarlo con mis propias uñas desgarrando su yugular. Más no hice nada.
Guardé todas mis analogías y pensamientos, todas mis conclusiones y miedos; guardé mi verdadero yo dentro de una caja herméticamente cerrada en mi cabeza y le eché llave no estando muy segura de cuando volvería a sacarme de allí.
—Te noto muy pensativa, Isabella. —Dijo él causándome un respingo con su melodiosa y engañosa voz. Asentí no muy segura de mi tono de voz en este momento si hablaba. —Bien. Reconozco que no estaba para nada en mis planes que tú quedaras bajo mi "tutela", pero bueno, creo que lo mejor para ambos sería que intentaras habituarte lo más pronto posible a tu nuevo y próximo estilo de vida.
Yo abrí grande los ojos. ¿Estaba loco o qué? ¿Encima que me secuestraba, me violaban, me drogaban y me decían que esta sería mi vida de ahora en más, quería que lo hiciera de buena gana? ¿Estaba fumado o qué? Bufé sin poder controlarlo.
"¡Rayos, Isa! Si quieres tener alguna posibilidad, no es buena idea que te hagas la contra de todos desde ahora." Me dije a manera de regaño.
—Isabella, sé… No, no lo sé, pero me hago una idea del enorme cambio debe de estar haciendo en ti, y debo de admitir que estoy realmente impresionado de que hasta ahora no hayas sufrido ningún tipo de ataque de histeria. Pero, debo de decirte que deberás aprender a controlar tus impulsos, sobre todo al hablar conmigo. —Dijo él, endureciendo el rostro y dejando de sonar tan amable como al principio. Asentí. —De acuerdo. Primero que nada, ya sabes que yo me encargo de… Mmm… ¿Cómo decirlo?... Bueno, me hago cargo de "pedidos expresos", pero además tengo otros varios "negocios" dentro de esta rama. Uno de ellos es en el que comenzarás tú, por ahora, y sólo hasta que estés "acostumbrada a lo que serás en un tiempo". —Dijo remarcando esto último. Yo temblé imperceptiblemente.
—¿Qué…Qué quiere decir?
—Oh, qué bueno que estés dispuesta a escuchar. —Dijo casi rayano en una falsa pero visible alegría.
"Vaya, qué cambiante…" Pensé.
—Verás, el lugar donde ahora te encuentras es lo que seguramente tú llamarías un "cabaret". No voy a dejar que te acostumbres sólo mirando, pero sí voy a hacerte ir despacio para que te encuentres lo más cómoda posible. Tendrás dos semanas sirviendo mesas a partir de la apertura hasta que el último cliente se vaya. Cómo deberás de entender, lo clientes a veces son "cariñosos" con sus meseras, pero te aseguro que dejaré expresas órdenes de que no se te moleste demás, a fin de cuentas estarás en entrenamiento. Luego, una vez que te hayas habituado al movimiento, horarios y personas habituales del lugar pasaras a ser una integrante del show. Nada demasiado elaborado, los primeros días sólo estarás en una de las barras laterales junto a otras dos chicas bailando mientras los shows principales hacen un entretiempo, ya luego te tocará estar en el escenario principal y dependiendo de tu potencial veré si lo harás sola o en compañía. Harás algo de caño y baile erótico interactuando con algún que otro cliente. —Hizo una pausa en medio de todo su monólogo.
Quizás esperaba que le dijera algo pero… ¿Qué podía decirle al hombre que me arrancó de mi familia y que ahora me estaba explicando los pasos y la "paciencia" que me tendría para convertirme en una PUTA? O sea, tenía mil millones de cosas para decirle, pero no creía que él quisiera escuchar de verdad ninguna de ellas. ¡Vamos!
¡Oh! ¡Gracias por darme algo así como un mes para acostumbrarme a que cualquier idiota y baboso me toqueteé a su gusto, de verdad lo agradezco!
Sí, claro.
—Veo que no tienes ninguna opinión o comentario al respecto, muy bien. ¿Sabes lo que seguirá después de eso no? —Preguntó casi de manera dulce. Asentí.
—Lo siento si no le resulta tan bonito como usted lo quiere hacer ver, pero lo que usted quiere es que yo simplemente me vaya haciendo a la idea de que voy a ser una PUTA por lo que me quede de mi miserable vida… —Él me miró sorprendido por mi arranque de palabras veraces.
—Cuidado, pequeña. Deberás aprender a controlar tu lengua. Esto puede ser de dos formas para ti, fácil y aprovechando los tiempos que se te dan, o difícil. No creo que quieras que te explique qué tan difícil podría ser para ti, hay mucha, mucha gente resentida con tu apellido. Como dije, eres muy conocida en nuestro mundo.
Me envaré y moví la cabeza afirmativamente. Obediente.
—Muy bien, lo dejaré pasar por esta vez. Ahora te voy a presentar a quienes se encargan de vigilar el lugar por mí. Félix, por favor. —Dijo en voz apenas elevada.
La puerta se abrió un segundo después, y el que asumí que era el aludido, uno de los tipos que me secuestro, entró seguido de otras cuatro personas.
—Isabella, te presento a Félix, —Él era el más grande de todos, dio un paso al frente y sonrió. —Demetri, –El muy bastardo se adelantó igual que el otro y me sonrió lascivamente. —Alec, —Él se quedó en donde estaba y apenas hizo una mueca que para nadie pasó por sonrisa antes de asentir. —Cayo, mi hermano, quien suele venir más seguido por aquí que yo, —Él ni se molestó en mirarme o señalarse, sólo se quedó allí parado con cara de eterno fastidio. —Y Tanya. —Nombró Aro ante lo cual la mujer dio un paso firme al frente y sonrió lo que de seguro para ella parecería amabilidad, pero que a mí me resultó la sonrisa más hipócrita que podría llegar a ver nunca . —Tanya es la encargada de todas las chicas así que cualquier cosa que necesites solo debes pedírsela y ella se encargará de explicarte algunos otros detalles que yo pasé de seguro por alto. Ella me informará de todo lo que hagas, así que no pienses que por no estar aquí no sé lo que ocurre, ¿de acuerdo? —Asentí. —Ahora vas a ir con ella a conocer el lugar y a las otras chicas, y luego a conocer tu habitación. La habitación es compartida para evitar sorpresa, creo que sabrás entender. Es temprano todavía, así que tendrás tiempo de sobra para recorrer el lugar y conocer a algunas chicas hoy. Luego te arreglarás para tu primer día. —Yo me quedé en shock. ¿Qué? ¿Tan pronto?
"¿Y qué más da?" Pensé una vez más cansina y resignadamente. ¿Acaso necesitaba más tiempo libre para pensar en toda la mierda que me estaba ocurriendo? No.
Bien. Sólo había un detalle que quería, necesitaba saber.
—Aro… —Odié como salió mi voz, tan suave y débil.
—¿Sí, pequeña?
—Yo… Quisiera saber si… Quisiera saber si yo ya… —No sabía cómo decirlo, cómo expresarlo.
—Dime. —Insistió con una sonrisa tan falsamente reconfortante, que logró darme el valor.
—Sé que no estoy en posición de pedirte absolutamente nada pero… Te aseguro que me comportaré y trataré de cumplir en… todo, si me lo concedes. —Prometí con súplica. —Quisiera que le pidieras al infeliz de Demetri que no me volviera a poner sus sucias manos encima. —Dije yo lo más valientemente que pude mirándolo a los ojos con furia contenida ante la avalancha de recuerdos y sensaciones. Y a la vez disfrutando el fugaz momento en el que el susodicho se envaró mirando a su jefe le clavaba una mirada helada.
—Creo que él no fue la mejor elección para ti, ¿verdad? —Preguntó intentando sonar amable pero a la vez destilando cansancio. —Muy bien. Demetri… —Dijo mirándolo con una mirada fría y dura. —De ahora en adelante, tienes expresamente prohibido acercarte a Isabella a menos que ella te lo pida, cosa que no creo para nada probable como verás. Luego discutiremos el asunto. Bien, ya he estado demasiado tiempo aquí y es hora de retirarme. Tanya, —Dijo girando su penetrante mirada hacia ella. —ya sabes que hacer, y mantenme al tanto de sus progresos. —Ella asintió y sonrió.
Dicho esto y sin despedirse de nadie más se giró, y ya en la puerta volvió su cabeza hacia mí y dijo:
—Nos veremos pronto, Isabella… Y por cierto, de ahora en más serás sólo Bella para los clientes y "SweetBells" para el escenario. Los dos te quedarán de maravillas…—No esperó respuesta. Salió sin siquiera cerrar la puerta mientras su hermano Cayo se apresuraba a seguirle y los demás esperaban el tiempo prudente para reaccionar.
—¿Te crees muy valiente, zorra de cuarta? —Preguntó con una furia desbordante el mal nacido de Demetri.
—No. Y por eso mismo pedí expresamente tenerte lejos, maldito. Yo podré ser una rehén aquí y podré tener que convertirme en una puta de por vida, pero te juro que tú a mí no me vuelves a tocar. Primero te mato a ti o me mato yo, me da exactamente igual, bastardo. —Dije sin poderme creer lo que salía de mis labios pero sin ser capaz de detenerme.
—Así será perra, te voy a mos…
—Alto ahí, Demetri. —Interrumpió Alec parándose delante de mí.
Ambos se miraron fijamente durante largos y silenciosos minutos. Me sorprendió que Alec dejara de lado su postura de 'hielo' y me defendiera pero sus palabras de hacía horas volvieron a mi cabeza.
"Nunca fue mi intención dañarte…" Él me estaba defendiendo. Y del imbécil, sin corazón, maldito y bruto de Demetri. Estaba confundida.
—Suficiente. —Dijo Tanya con voz dura como el acero. —Demetri, ya escuchaste a Aro, no te acerques a la nueva si quieres evitarte problemas, nada ganas con un castigo por esta mosquita muerta. Y tú Alec, ya sabes cuál es tu papel. Bien Isabella, Bella… —Dijo recordando el seudónimo que me dio su jefe. —Acompáñame, iremos a hacer el recorrido por el establecimiento primero y mientras, te diré sobre tu rutina. Vamos que no hay tiempo que perder.
Tras decir esto ella comenzó a caminar hacia la salida y yo no pude más que seguirla. Sin embargo, en un arranque infantil, quizás el último que me permitiera allí donde todo rastro de infantilismo moría nada más entrar, miré al hijo de puta de Demetri a los ojos y le sonreí con burla mientras con la mano movía los dedos a modo de saludo. Él sólo cuadro los hombros y me miró estrechando sus ojos.
Me había ganado a mi primer enemigo allí, y me importaba un reverendo cuerno.
Si todos aquí querían una zorra, la iban a tener al completo. La niñita cuidada y consentida que alguna vez fui, murió a manos de este infeliz. De ahora en adelante sería Bella la puta más puta y la perra más perra. Si yo no me creía mi papel, nadie más lo haría y sin ese papel en mi mente, yo no podría sobrevivir ni un día allí, no era nada más que la mocosa nueva. No era nadie.

Soy mala, lo sé. Mil lo sientos! ;)
Reviews para insultarme por mi demora o para decirme si gustó el cap(? ^^
Las amo!
Peace. Out.
Ally C-B.

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