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viernes, 6 de enero de 2012

Beautiful Dangerous_Cap Cinco

2 comentarios:
 

 Summary: Él; una leyenda en el pueblo, rebelde y con esa fachada de chico malo en el Instituto, sin mencionar que es el rey del sexo. Ella; nueva en el pueblo, reservada y con un gran secreto detrás de su espalda. Y por supuesto, la única que le ha dicho NO al playboy del Instituto. ¿Qué pasará cuando ambos descubran los secretos del otro? E/B. Rating: M.
Advertencia: Contiene escenas sexuales explícitas -por eso el rating M, daa-, lees bajo tu propia voluntad. Persona que no les gusten los LEMMONS de cualquier tipo, RETROCEDAN. No me hago responsable bajo advertencia.
Canción ultra-mega-archi-super necesaria: The Pretty Reckless_My medicine. Cuando lo indiquen estos: [] le dan ON a la canción. Si no van a escucharla mientras leen, directamente NO LEAN… Es casi tan necesaria como respirar.
N/A: Okey, my girls! ;) Tengo que aclarar un asunto Importante... En este cap, contiene TRÍO. Así es. Perdonen si arruiné la sorpresa, pero sinceramente, no quiero problemas absolutamente con nadie por lo que me es obligatorio ADVERTIRLES. Ustedes ya saben, si no les gustan estos temas, tienen el permiso y el derecho de volverse por donde llegaron, pero creo que la mayoría están aquí por algo, ya que el rating es M. ^^ En fin... Ya no molesto más, so enjoy! XD
UPS! Lo olvidaba... Un enorme aplauso para mi Beta, Guadi, que siempre está allí soportándome a mí y a mis locuras... XD
Ahora sip... Enjoy! XD

5. Capitulo Cinco
Beautiful Dangerous
By Ally Cullen-Black
&.
Bella entró en aquel bar de mala muerte, con muy poca fachada de lujoso. Más bien, parecía uno de esos cabarets viejos, donde todo está sucio -o al menos, eso parece-, donde el olor a cigarrillo - y quizás otras drogas- llenaban tanto el ambiente que daba hasta asco respirar. Sin mencionar la poca gente que concurría el lugar, tan solo unos cuantos indigentes de la calle con algo suerte y alguna que otra persona normal.
En fin… El bar daba pena, pero había sido el único que Bella pudo encontrar abierto a las dos de la madrugada en un día de semana. El 95% de las personas no solían salir en esos días, pero existían personas que sí lo hacían. Personas como Bella que entraban en ese 5% restante…
Isabella suspiró al notar que el bar no estaba tan vacío como lo hubiera preferido. Pero todos eran mayores, no había ningún joven en aquel antro perdido en el medio de la nada.
"Sí, definitivamente, todo ese 5% está aquí." Pensó ella dejando que apenas una sonrisa se asomara por la comisura de sus labios mientras se encaminaba hacia la barra.
Ella tenía la clara intensión de perderse esa noche, y olvidar… Olvidar, sin importar que fueran por unas pocas horas, la vida de mierda que le tocó.
—Un vodka con whisky, por favor. —Pidió al camarero mientras se sentaba en la banqueta alta frente a la barra, con su vista pegada en sus entrelazados dedos sobre la misma.
—¿Tienes edad para consumir algo así? —Preguntó la masculina voz del camarero.
Bella levantó la vista perpleja, y aun más enfurecida de lo que ya estaba antes de llegar a aquel penoso lugar. ¿Quién se creía él para cuestionarle algo? Estaba lista para contestarle con toda la furia contenida, pero la misma se aplacó sola al encontrarse en aquellos grises ojos que destilaban diversión, y esa sonrisa juguetona que marcaban unos tiernos y sexys hoyuelos en sus mejillas. ¿Por qué esos ojos y esa sonrisa la calmaron? ¿Por qué se sentían tan familiares?
Bella se golpeó mentalmente volviendo a la realidad.
—¿Te interesa realmente? —Contestó ella mientras el camarero le entregaba el vaso con alcohol.
—Wow, Terminator, tranquila… No quise atacarte. —Bella rió sin poder evitarlo antes de darle un sorbo al vaso.
Cuando tragó, sintió un doloroso y torturador ardor bajar deslizándose por su garganta y luego por su esófago dejando en el camino esa ardiente sensación a su paso hasta llegar a su estómago. ¡Diablos, y como ardió cuando éste se llenó de ese maldito líquido torturador!
Bella cerró sus ojos con fuerza y frunció el ceño tomándose fuerte de la barra. Respiró por la boca intentando que el aire fresco aplacara su garganta y el resto, pero no hizo más que empeorarlo.
—¡Mierda! Ni que fuera un maldito y sediento vampiro… —Dijo ella creyendo que solamente lo había pensado antes de que el camarero explotara en una estruendosa carcajada, haciendo que Bella abriera precipitadamente los ojos y se sonrojara al darse cuenta por qué reía el chico.
—Oye… —Logró decir el camarero una vez que se calmó. —Si quieres algo con lo que perderte sin sufrir, ven conmigo… —Le dijo el pelinegro guiñándole un ojo a Bella.
Ella observó a su alrededor, con miedo a que alguien pudiera haber oído algo de lo que el chico había dicho con tanta neutralidad, como si del clima se tratase. Sabía de eso que él hablaba. No era como si nunca lo hubiera probado…
El chico sonrió antes de cruzar por encima de la barra hasta quedar a su lado y tomarla de la mano para guiarla. Ella asintió mientras se ponía en pie y se dejaba arrastrar prácticamente, gracias a la velocidad del enorme hombre que la guiaba.
Bella comenzó a asustarse -por primera vez luego de tanto tiempo- al ver que aquel chico la guiaba hacia una puerta que daba a la parte trasera del bar.
—¿A dónde me llevas? —Preguntó sin contenerse y con la respiración agitada, aunque no sabía si por el miedo o por la velocidad del enorme chico con cuerpo de oso.
—Ya verás… —Dijo con un tono divertido, y ella pudo descifrar que hasta de entusiasmo. ¿Acaso traería algo entre manos? —Por cierto, me llamo Emmet. —Se presentó el pelinegro cuando se detuvo antes de abrir la puerta.
"Le queda bien…" Pensó Bella. "Va perfecto con su enorme cuerpo…"
—Me llamo Bella. —Se presentó ella cuando cruzaron la puerta.
Un escalofrío recorrió su cuerpo cuando se percató de que estaban en el patio trasero. Diablos. ¿Acaso la violaría? No. Lo dudaba. Su amistosa y divertida sonrisa lograron calmarla -otra vez-, dándole a entender que él era incapaz de algo así.
"Claro que si él lo hiciera, no me negaría en lo más mínimo…" Pensó Bella mordiéndose el labio y observando a aquel hombre de pies a cabeza. Emmet rió. "¡Diablos, Bella! Disimula…" Se reprendió a sí misma sacudiendo su cabeza.
—¿Te llamas 'Bella'? —Preguntó Emmet extrañado por aquel nombre.
—En realidad, me llamo Isabella. Pero prefiero Bella… —Explicó la castaña. Emmet asintió comprendiendo antes de emprender camino.
Bella estuvo a punto de preguntar, otra vez, hacia dónde la llevaba, pero se quedó callada cuando vio como una especie de casa a la cual se dirigían.
Cuando llegaron a la puerta se detuvieron y Emmet se giró a ella, tomó su rostro con una de sus manotas por su barbilla y la besó. Bella se sobresaltó por su arrebato, pero no dudó en llevar su mano y entrelazar los dedos con el cabello de su nuca, acercándolo más a ella y profundizando el beso.
La situación comenzaba a ponerse demasiado excitante mientras sus lenguas batallaban en una lucha que no prometía un ganador. Emmet se separó de repente con la respiración agitada, y con un gran problema entre sus piernas, y por supuesto dejando a una excitada y agitada Bella.
—Lo siento, no pude resistirme más… —Se excusó Emmet por lo que había hecho guiñándole un ojo a Bella. Ella solo sonrió antes de que él la volviera a tomar de la mano y abriera la puerta.
La estruendosa música resonó en los oídos de Bella. El lugar parecía otro bar, solo que éste estaba repleto de jóvenes con las hormonas a flor de piel. Las chicas vestidas como putas listas para follar en tanto alguien lo mencionara. Y los chicos… Bueno, ellos siempre serán hombres. Algunos, sentados en la barra y en los distintos sofás que había por el lugar bebiendo, y otros, excitados y exaltados rodeando alguna pareja de lesbianas o bisexuales comiéndose.
"Justo como acabo de comerme a Emmet." Pensó Bella sonriendo.
Emmet soltó su mano y rodeó la cintura de Bella en forma posesiva cuando vio cómo varios hombres la comían -o mejor dicho, la follaban- con la mirada. ¿Qué putas se creían? Él la había visto primero, y él sería quien la follara primero.
Bella se percató de la acción de Emmet cuando éste la comenzó a empujar hacia la barra. Cuando llegaron, Emmet pidió dos cervezas, y cuando se las entregaron le tendió una a Bella. Ella la aceptó sonriente.
—Bienvenida a "Perdición". —Dijo él dando un ligero choque de botellas entre la suya y la de Bella antes de darle un profundo trago a su cerveza.
—¿"Perdición"? ¿Así se llama el lugar? —Preguntó ella casi a gritos, gracias a la fuerte música, antes de darle un trago a la botella. Emmet asintió.
—Luego entenderás el por qué… —Dijo él alzando sus cejas varias veces, sugestivamente. Bella sonrió dándole otro trago a su cerveza antes de que su vista se perdiera en una esquina del lugar, donde las más putas rodeaban a varios chicos de cuerpo fornido y con facha de "Me creo un dios, venérame".
No sabía por qué, pero algo le sonaba demasiado familiar para su gusto…
Ella frunció el ceño, intentando esforzar su vista. En eso, su mirada se encontró con un par de ojos esmeraldas, bastante idos, que la miraban entre sorprendido y con resentimiento.
—Genial… —Susurró para sí misma con ironía volviéndose a Emmet.
—¿Sabes? Te volviste famosa en tan solo… veinticuatro horas. —Comentó Emmet divertido. Bella levantó una ceja en señal de pregunta. —Eres la primera, y la única, que ha puesto en sus casillas a Edward… —Ella se atragantó sin querer ante lo que Emmet había dicho. Él le palmeó la espalda hasta que dejó de toser.
—¿Cómo lo sabes? —Preguntó ella confundida, y sorprendida. El pelinegro sonrió.
—Bella, ¿cuántos años crees que tengo?
"Obviamente, unos veinte-tantos…" Pensó Bella, pero cuando estuvo por contestarle, él la interrumpió.
—Sabes, no contestes. Sé que parezco mayor… —Dijo guiñándole un ojo. Ella volvió a sonreír comprendiéndolo. Ambos iban al mismo purgatorio…
—¿Tan mal lo hice quedar? —Preguntó Bella con diversión, y esperanzada de que así fuera. No soportaba en lo más mínimo a aquel niño mimado, con falsa facha de chico rebelde y malo.
Emmet rió.
—Bella… Nunca, nadie, desde que Edward dejó de ser mi amigo, le ha dicho NO. En especial, una chica… —Dijo acercándose más a Bella. —Deberías ganarte un premio por haberle dicho NO, y con todas las letras…
—Gracias. —Dijo ella orgullosamente dándole un último trago a su cerveza.
Emmet se puso de pie, y sacó de su bolsillo una bolsita. Bella lo observaba entre curiosa y confundida cuando él le entregó la bolsita llena de pastillas.
—¿Quieres volar? —A ella le sorprendió con la confianza con la que Emmet había hecho la pregunta.
—¿Y si no sé cómo hacerlo? —Preguntó divertida. —Tú no me conoces… —Emmet sonrió.
—Tu aspecto no engaña a nadie, Bella. —Ella sonrió secamente.
—Linda forma de decir: "Estas destruida"… —Comentó ella con ironía. Emmet rió estruendosamente, sorprendiéndola, otra vez.
—Sabes que no quise decir eso… —Dijo el pelinegro una vez que se calmó. —Tú me entiendes, Bella. —Él le guiñó un ojo con diversión y le sonrió burlonamente. —Pero, si quieres, puedo enseñarte… —La castaña sonrió perversamente y le devolvió el guiñó mientras sacaba dos pastillas de la bolsita, se las llevaba a la boca y las tragaba en seco.
A Emmet se le borró la sonrisa al ver lo que ella había hecho. Estaba sorprendido, él nunca se había animado a hacer algo como eso, y menos con pastillas de ese tamaño. Es decir, no eran demasiado grandes, pero tampoco lo suficientemente pequeñas como para no necesitar la ayuda de algún líquido para ser ingeridas.
Bella rió animada ante la expresión atónita de Emmet.
—Okey, retiro lo que dije… —Dijo él alzando sus manos en señal de rendición. Bella rió aún más fuerte.
Al cabo de unos minutos, Bella ya no se encontraba en aquel bar con Emmet. Ella estaba volando, en vaya a saber uno en qué clase de nube. Aunque, ella sí sabía. Su nube era grande, suave y placentera…
.
[ON]
.
Bella sintió manos… Manos en sus pechos, manos en su intimidad, y labios… Labios sobre su cuello y clavícula, que se dirigían a sus pechos, labios en su cuello que se dirigían a su hombro, y humedad… Humedad que quedaba al paso de aquellos labios, humedad que se escurría de entre sus piernas deslizándose por sus muslos…
Una de las tantas manos se fue a su entrepierna y notó aquel escurrimiento. Ella gimió ante el toque y escuchó un gruñido detrás de ella.
—Diablos, Bella… —Dijo la ronca voz de ¿Emmet? Sí, tenía que ser él. Su voz era inconfundible, aun estando tan poseída por el deseo como en ese momento. —Estás tan… húmeda. —La castaña gimió alto en respuesta, o a lo mejor por el hecho de que otra mano la tocaba allí.
—Mierda. —Gimió otra voz ronca que no reconoció.
Ella abrió los ojos para descubrir de quién era aquella voz masculina, y se quedó sin habla al encontrarse con un par de ojos celestes, de los cuales brillaban lujuria y deseo.
¡Mierda! Se sintió derretir ante aquella felina mirada, como cuando un león ve a su presa y se prepara para ir por ella. El hombre de ojos celestes era enorme, quizás no tanto como Emmet, pero sí igual de fornido, con cada abdominal marcado, y fuertes brazos. Su rebelde cabello rubio y el tatuaje de un dragón en su brazo izquierdo le daban un toque aún más peligroso. Tentadoramente prohibido.
Bella gimió al sentir una erección rozar su trasero. Giró la cabeza con cuidado, aún se sentía como si estuviera flotando, y se encontró con los labios de Emmet a escasos centímetros de los suyos.
—Al fin volviste, preciosa. No quería hacer esto sin que estuvieras del todo consciente… —Dijo Emmet antes de penetrarla por detrás, juntando sus labios con los de ella.
El grito-gemido de Bella se perdió en la boca del pelinegro. Ella se sintió desfallecer cuando el enorme y grueso miembro de Emmet le penetró sin cuidado, solo la habían follado una vez por allí, por lo que no estaba acostumbrada. Pero estaba tan mojada, tan excitada, que todo lo que pudo sentir fue más placer, y también debía de admitir que gracias a las profundas caricias del leonino hombre que tenía en frente en su hinchado y excitado clítoris.
Emmet gruñó cuando las paredes de Bella lo apretaron inocentemente, en un intento de ella en contener el grito-gemido.
—¡Mierda! —Gimió el pelinegro soltando los labios de la castaña. —Demonios, Alex… Será mejor que entres ahora, antes de que importes una mierda y termine follándola solo… —Amenazó al rubio mientras apoyaba su frente en el hombro de Bella, conteniéndose.
La aludida oyó una divertida risa que le puso los bellos de punta antes de sentir otra erección frotarse contra su húmedo centro.
Los gemidos de las tres personas en ese lugar no se hicieron esperar. Los del rubio, llamado Alex, y Bella por lo obvio, y los de Emmet gracias a que Bella movía sus caderas buscando más fricción con el miembro de Alex, generando también una deliciosa fricción con el miembro de Emmet que ya estaba dentro de ella.
—¡Puta madre, Alex! —Volvió a protestar amenazante Emmet. El rubio volvió a reír antes de penetrar a Bella por adelante.
—¡Mierda! —Gimió Bella al sentirse totalmente invadida.
Pero era tanto placer… Tanto placer que la hacía delirar. ¡Y diablos! ¡Dos! ¡Eran dos malditos miembros dentro de ella! Bella sentía el enorme pecho de Emmet pegado a su espalda, y el estructural pecho de Alex pegado al suyo.
Las manos de Emmet se fueron a los pechos de Bella, y comenzó a masajearlos y tironearlos. Mientras que las de Alex se iban a su cintura y la levantaba, haciendo que ambos miembros salieran unos cuantos centímetros de su cuerpo. Los tres jadearon con fuerza.
—Será mejor que te sostengas fuerte, pequeña… —Murmura el rubio con voz demasiado ronca antes de besarla con rudeza.
Bella le correspondió con la misma intensidad, y luego todo se fue al carajo…
Alex la tiró con fuerza hacia abajo, haciendo que ambos miembros la penetraran profundo. Tanto, que pudo sentirlos tocar su garganta por su interior. Bella tomó los hombros de Alex y clavó las uñas en ellos, mientras mordía el labio inferior del rubio conteniendo el grito de placer que quiso emitir. El aludido jadeó y sonrió ante esa acción.
Los remolinos de sensaciones fueron simplemente demasiados.
Y esta vez Bella volvió a volar. Voló lejos. Donde todo fue rápidamente soledad y oscuridad.
Ya no hubo rubio y moreno para ella, sólo el frío desértico de un sueño profundo. La agradecida inconsciencia hizo acto de presencia al fin.

O.O *se esconde debajo de la mesa esperando el bombardeo de insultos* Sí, lo sé, lo merezco por haberlo cortado allí. :-O
*suspira asomando un poco la cabeza* En fin... ¿Alguna desea dejarme un review insultando o diciéndome que gusto? XD
Please, chicas, con un simple "Si me gusto" o "Si como sea" me conformo... C: Además de que solo esas simples palabras me inspiran a seguir escribiendo, lo cual lo hago únicamente por placer y porque es una de mis formas de -en cierta forma- aliviar un poco mi mente... ^^
Las amoo!
Peace. Out.
Ally C-B.

2 comentarios:

  1. Me leí los 5 capis en un momentito xD Son las 3am, espero a que se cargue un jodido capítulo de una serie y esta historia es perfecta. La seguiré leyendo, continua pronto, por favor.

    Hace mucho que no leía un fanfic y este está re-bueno ;)

    Saludos!

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  2. Me gusto la historia aunque no me gusta que Bella sea asi que se mete con cualquiera y sin proteccion y en una de esas le da una enfermedad, que dira Edward de ella la habra visto, espero pronto actualices la historia .......:)

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