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miércoles, 4 de mayo de 2011

Mi segunda vida_Cap Catorce

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Capitulo Catorce
Mi familia
Luego de que Jaime abrazara a Edward, se fue a ver como estaba su melliza. Yo, una vez que Jaime desapareció por el corredor, comencé a frotarme la mordedura, ya que la ponzoña hacía que se produjera una sensación de quemadura, y era realmente molesto.
-¿Estas bien? –me pregunto Edward sentándose a mi lado.
-Me escuece el veneno –le contesté sin dejar de frotarme el hombro.
Edward retiró mi mano de mi hombro, y con la suya comenzó a acariciar suave y dulcemente en el lugar donde Jaime me había mordido. En ese momento, millones de descargas eléctricas recorrieron mi interior. 
-Si sigues frotando de esa manera, la molestia se expandirá –dijo mirándome directo a los ojos mientras seguía acariciando mi hombro.
La molestia de a poco desaparecía, dejando otra sensación en su lugar.
-¿Mejor? –preguntó retirando su mano. Asentí sonriendo. 
Edward sonrió antes de comenzar a mirar a su alrededor. Entendí que es lo que quería.
-¿Quieres dar una vuelta por la casa? –le pregunté poniéndome de pie. El asintió sonriendo.
Tomé su mano y corrí hacia abajo, lista para empezar con el recorrido.
-Ésta, como ya te habrás dado cuenta, es la sala principal, aunque no la usemos demasiado –aclaré haciendo que Edward riera.
Luego me acerqué a un mueble que poseía fotografías de toda mi familia.
-¿Quiénes son ellos? –preguntó señalando la fotografía de Jaime y Nicole cuando eran bebes.   
-Ellos son Nicole y Jaime –le dije sonriendo- Aquí, en esta, -aclaré señalando otra fotografía- tenían seis años –dije sonriendo.
-Son idénticos a ti –comentó Edward con una sonrisa.
Luego de ver unas cuantas fotografías más, Edward habló.
-Bella, ¿puedo hacerte una pregunta? –preguntó un poco indeciso.
-Sí, claro –le contesté asintiendo.
-¿Cómo, o mejor dicho, quien transformó a tus hermanos?
-¿Quieres que te conteste o prefieres verlo? –le pregunté con una sonrisa. El frunció el ceño confundido.
Estaba dispuesta a mostrarle todo lo que había ocurrido, gracias a uno de mis dones. Me acerqué a él, tomé su rostro entre mis manos y cerré mis ojos, concentrándome en aquel momento…
**Flashback**
Era el cumpleaños número 15 de mis hermanos biológicos, y estaba realmente ansiosa por irlos a saludar, aunque tenía que tener cuidado de que Renné o Phil me vieran.
-¡¡Josh, date prisa, que llegamos tarde!! –grité impaciente a Josh.
-¡¡Ya voy!! –gritó desde su habitación.
No aguanté más la espera, así que le grité a Josh- ¡Me voy! ¡Nos vemos allá! –antes de salir por la puerta principal.
Corrí dirección a casa de Charlie, que ahora era la casa de mis hermanos y de Renné. Cuando llegué, me escondí tras una ventana para ver todo. Dentro de la casa estaban mis hermanos enfrente de una gran torta con velas, rodeados por Renné y Phil que no paraban de tomar fotografías. No me sorprendía en absoluto las actitudes de Renné, y era obvio que Phil terminaría contagiándose.
Estaba con una gran sonrisa en mi rostro, observando a la feliz familia, cuando dos sombras pasaron detrás de Renné y Phil, para luego atacar sus cuellos. Me levanté dispuesta a entrar y salvarlos, pero otro vampiro me sorprendió por atrás, pasando su brazo por mi cuello, con intención de matarme. Pero no lo logró. Gracias a un don que había absorbido hacía poco tiempo, hice que comenzara a sentir dolor dentro de él. El vampiro me soltó y cayó al suelo retorciéndose y gritando de dolor. No sentí un minúsculo de culpa, ya que él se lo había buscado.
Me giré para ver qué ocurría dentro de la casa, y vi a los dos vampiros prendidos del cuello de mis hermanos. Automáticamente me giré y terminé con el vampiro que seguía retorciéndose de dolor.
Corrí hacia adentro, tirando la puerta abajo y haciendo que los vampiros se sorprendieran y soltaran a mis hermanos. Antes de que pudieran reaccionar, comencé a producir en ellos el mismo sentimiento que había echo en el otro. Una vez que ellos se derrumbaron al suelo retorciéndose de dolor, me acerqué a ellos y acabé con ellos, sin sentir una pizca de culpa o remordimiento.
-¡Lizy! –entró preocupado Josh junto con Sophy justo en el momento en mis hermanos comenzaban a retorcerse en el suelo, gracias a la ponzoña.
Cerré mis ojos frunciendo el ceño. No había llegado a tiempo.
-Llévenlos a casa –les pedí a ambos sin abrir mis ojos.
Josh y Sophy alzaron a mis hermanos y se lo llevaron a casa, mientras yo me quedé ahí parada con lo ojos cerrados. Escuché un movimiento detrás de mí, así que me giré para ver a Renné con sus ojos medio abiertos y moviéndose. Corrí hacia ella y la abracé por última vez.
-¿B-bella? –preguntó tartamudeando.
-Aquí estoy, mamá –le dije tratando de no sollozar, aunque no sirvió de nada.
-¿Ya estoy en el cielo? –preguntó mirando a su alrededor.
-No, pero aguanta, ya estas por llegar a él –le dije riendo, pero sin dejar de sollozar.
-¿Tú no estas en él? –me preguntó un poco temblorosa.
-No, -le contesté justo cuando una lágrima cayó por su rostro. Sequé su lágrima con mi pulgar- pero hay alguien que seguramente te está esperando allí –dije sonriendo.
-Phil...-dijo ella cerrando sus ojos y sonriendo.
Todo acabó allí, Renné había muerto. Abracé su cuerpo y comencé a sollozar, prometiéndole una y mil veces que cuidaría de mis hermanos a muerte. Una vez que me calmé, solté su cuerpo y preparé todo para quemar la casa, junto con los tres vampiros en ella.
**Fin del Flashback**
Abrí mis ojos para encontrarme con la mirada triste de Edward. Él me abrazó con todas sus fuerzas, y le correspondí de la misma manera.
-No sabes cuánto lo siento…-dijo durante el abrazo.
-Gracias –le contesté.
Luego de unos minutos que estuvimos abrazados, hablé.
-Bueno, -dije separándome, pero no del todo- es hora de seguir con el recorrido –le dije esbozando una sonrisa. Él me la devolvió mientras tomaba su mano y subíamos al segundo piso.
-Bueno, -dije una vez que estábamos arriba- ésta es la segunda sala principal, y la más usada –dije sonriendo y haciendo que Edward riera.
Luego fuimos hasta la cocina, donde Edward miraba fascinado.
-Ésta es la cocina, -le dije una vez que entramos- la usábamos mucho cuando Jaime y Nicole eran niños –comenté mientras Edward me observaba con atención- pero luego de su transformación, casi nadie viene aquí –dije acariciando la mesa- En fin, ¿sigamos? –le pregunté a Edward tendiéndole mi mano. Él la tomó con una sonrisa y salimos de la cocina, para dirigirnos al tercer piso.
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