Busca en el blog :)

  • Twitter
  • Facebook
  • Google+
  • RSS Feed

miércoles, 4 de mayo de 2011

Mi segunda vida_Cap Trece

No hay comentarios:
 
Capitulo Trece
Mal momento
La mirada de Edward pasó de mis ojos a mis labios, y de a poco se fue acercando, a lo que no puse resistencia. Necesitaba tanto sentir de nuevo sus labios sobre los míos, que no me importó absolutamente nada, ni siquiera su familia, que se suponía que estaba alrededor nuestro. Pero no era así, ya que no se los escuchaba. Cuando quedamos a solo unos centímetros de distancia, Josh y Sophia nos interrumpieron.
-¡Lizy! Lo siento, pero es realmente urgente –dijo Josh realmente exaltado y preocupado. Edward se separó al instante.
-¿Qué sucede? –le pregunté preocupada.
-Nicole…-mi cara cambió completamente.
Corrí al lado de Josh, realmente preocupada. Edward, en ningún momento se alejó de mí, lo que agradecí en grande.
-¿Q-qué le ocurrió? –tartamudee de la preocupación.
-Te lo explico durante el camino, necesitamos encontrarla…-dijo Josh realmente preocupado. Asentí sin poder entenderlo todavía.
¿Qué demonios le había ocurrido a mi hermanita? Necesitaba encontrarla y acunarla en mis brazos, como cuando era niña. Esa era la única forma de sentirme segura, tenerla en mis brazos. Cada vez que ella se tropezaba, cuando era niña, yo estaba ahí, para levantarla y acunarla en mis brazos para que dejara de llorar; pero en ese momento, que no sabía qué había ocurrido, no estaba ahí para abrazarla y la culpa me carcomía por dentro.
Saqué las llaves de mi auto y se las arrojé a Sophy.
-Mi auto está ahí, -le dije señalándolo- llévalo a casa –le dije antes de adentrarme en el bosque. Josh y Edward me siguieron por atrás. Giré para encarar a Josh.
-Dime qué ocurrió –le ordené demasiado preocupada.
-Nicole y Jaime quisieron salir de caza hace unas horas –empezó intranquilo- yo salí a buscarlos ya que tardaban demasiado. Cuando llegué al centro del bosque, encontré a Jaime sin un brazo y solo, sin Nicole –mi cara se desfiguró completamente y mis manos fueron directo a mi boca para evitar el grito de dolor que quería salir de ella. Edward se colocó a mi lado y me abrazó para tranquilizarme, lo que ayudó bastante- Tranquila, Eleazar lo está viendo en este momento –me tranquilizó Josh.
-¿Y Nicky? –le pregunté tratando de que mi voz saliera.
-No la encuentro, por eso vine a buscarte, eres la única que puede llegar a saber donde está –dijo pasando su mano por su cabello, nervioso y preocupado.
Asentí tomando la mano de Edward y comenzando a correr hacia el bosque, mientras que Josh nos seguía por atrás.
-Josh, guíanos a donde está Jaime –le grité mientras corríamos.
Desaceleré el paso, dejando que Josh fuera adelante para guiarnos. Edward tenía los dedos de su mano entrelazados con los míos, y, de vez en cuando, me acariciaba la mano con su pulgar para tranquilizarme. Lo miré, y traté de darle la mejor sonrisa de agradecimiento que podía, pero me sentía tan preocupada que no sabía si él había entendido. Edward se acercó a mí y me dio un beso en la mejilla mientras corríamos.
“Tranquila, Bella. Ella va a estar bien…” me dijo por su mente. Asentí y me apegué mas a él, necesitaba tenerlo cerca, necesitaba de su consuelo.
Luego de correr unos kilómetros más adentro del bosque, llegamos a donde estaban Jaime y Eleazar. Él, estaba arrodillado en frente a Jaime curándole el brazo. Cuando llegamos a ellos, solté la mano de Edward, dispuesta acercarme a Jaime, pero no podía, me dolía en el alma verlo así, no podía soportarlo. Seguí de largo, dispuesta a encontrar a Nicole. Me adentré más en el bosque, corriendo a velocidad humana.
-¡Bella! –escuché el grito de Edward a lo lejos.
-¡Aquí estoy! –le devolví el grito. En dos segundos, tenía a Edward y a Josh a mi lado- Tenemos que encontrarla –dije poniéndome en marcha otra vez. Ellos me siguieron por atrás.
Luego de buscar un par de horas mas tarde, llegamos a un lugar, en el que no podíamos mirar, gracias a la fuerte oleada de repulsión que desprendía.
-Nicky…-dije mirando a Josh, que me miró frunciendo el ceño. Él trató de mirar hacia ese lugar, pero no pudo. Y asintió comprendiéndolo.
Comencé a caminar hacia ese lugar, pero Edward me agarró del brazo.
-¿A dónde vas? –me preguntó tratando de disimular la repulsión que sentía.
-Tengo que tratar de pasar el escudo, necesito hablar con ella…-le dije sin tratar de disimular lo que sentía: Repulsión y, a la vez, preocupación.
Edward me soltó y comencé a caminar hacia el lugar, pero la ola de repulsión era tan inaguantable que no pude mantenerme en pie, y me derrumbé al suelo con arcadas.
-¡Bella! –gritó Edward preocupado.
-¡No, detente! Ella ya está por llegar a Nicole…–le dijo Josh a Edward mientras yo seguí avanzando de rodillas hacia el lugar.
-Ni…cky…-dije entrecortadamente gracias a las arcadas, con los ojos cerrados tratando de no pensar en la repulsión que sentía y estirando mi brazo.
En eso, sentí como una manito tomó la mía y me llevó hacia adentro del escudo, haciendo que el sentimiento de repulsión se fuera completamente. De eso se trataba el don de Nicole. Ella creaba escudos de sentimientos, que los de afuera los sentían, en cambio, los de adentro, no.
En el momento en que Nicole me atrajo hacia ella, me sentí aliviada. Ella me abrazó por la cintura y comenzó a sollozar desconsoladamente mientras ya la abracé y la arropé en mi pecho.
-Tranquila, cariño, aquí estoy…-le dije tranquilizándola. Lo que sirvió para que ella dejara de crear el escudo y permitir a Josh y a Edward acercarse a nosotras tranquilamente.
Cuando giré mi cabeza hacia un costado, vi el cuerpo de una joven, totalmente muerto. Y ahí fue cuando entendí de qué se había tratado todo, pero necesitaba confirmarlo.
-Nicky, mírame…-le pedí tomando su cara entre mis manos y mirando directo a sus ojos. Usé uno de mis dones para saber si era lo que yo creía que era, esperando que no lo fuera.
Al mirar a sus ojos, me metía en su cabeza y podía ver su pasado. Y lo vi todo. Vi el momento en que ella mató a la joven, sentí lo que ella sintió al oler su sangre, vi cuando ella le sacó el brazo a Jaime en un acto de defensa ya que él intento pararla y sentí el dolor que ella sintió al darse cuenta de todo lo que había echo. Lo que temía, era realidad.
Cuando volví a la realidad, cerré mis ojos frunciendo el ceño, y la abracé con todas mis fuerzas. Ella me respondió con la misma fuerza y sollozando desconsoladamente.
-L-lo...s-s-siento…-dijo entrecortadamente sin dejar de sollozar.
-Escúchame, -dije firmemente tomando su cara entre mis manos- tú no tienes la culpa de nada, ¿me oyes? –le dije seria. Ella seguía hipando- Estas cosas pasan por ser lo que somos, y no debes avergonzarte –le dije volviéndola a abrazar, mientras ella seguía hipando.
La culpa que sentía por dentro era inexplicable. Me sentía tan completa, tan feliz por haberla metido en mi mundo y sentir que, tanto ella como Jaime, estarían conmigo para siempre, que en ningún momento se me había cruzado por mi mente que algo como eso podía llegar a ocurrir.
Ella seguía sollozando desconsoladamente, y se me ocurrió decirle lo que a mí me había ocurrido para tratar de que no se sintiera tan  mal.
-Tranquila, cariño. Es común sentirse así, sabes, yo tampoco tuve opción a resistirme –le dije tratando de ocultar mis sentimientos de culpa.
Ella se separó y me miró directo a los ojos, buscando la verdad.
-¿En…s-serio? –preguntó con su carita de ángel dolida. Asentí.
-Sí, cariño, a mí me ocurrió lo mismo –le dije acariciando su mejilla- Estaba cazando y su olor apareció, de la misma forma en que te ocurrió a ti, y me dejé llevar…-le dije con media sonrisa. Ella asintió más segura y tranquila.
Llamé a Josh con una mano para que se acercara a nosotras. Cuando él llegó a nosotras, Nicole me soltó y se arrojó a los brazos de Josh. Él era su hermano mayor y se protegían el uno al otro.
“Llévala a casa, Josh” le pedí por mi mente mientras me levantaba del suelo y me dirigía al cadáver.
Cuando llegué a él, lo levanté, lo coloqué en mi hombro derecho y corrí dirección al río. Cuando llegué, me lancé al agua y nadé hacia lo profundo a enterrar el cadáver. Lo puse sobre la tierra y coloqué una gran roca encima, para que no flotara. Una vez terminado mi trabajo, volví hacia la superficie y caminé hacia Edward, que estaba esperándome fuera del río. Pero antes de llegar a él, a orillas del río, me arrodillé y comencé a sollozar. No aguantaba la angustia que sentía. Él corrió hacia mí, se arrodilló a mi lado y me abrazó.
-Tranquila, Bella –trató de calmarme Edward.
-Es…una…niña…-dije entrecortadamente.
-Lo se, pero ella es fuerte. Solo…-empezó, pero se interrumpió. Sentí su voz algo impaciente, así que me alejé a mirarlo al rostro- Tranquilízate, ¿sí? No soporto verte así…-dijo tomando mi rostro entre sus manos. Asentí volviendo a abrazarlo.
Luego de unos minutos que estuvimos abrazados, reaccioné y me levanté del agua. Tenía que ver cómo se encontraba Jaime y Nicole. Le ofrecí mi mano a Edward para ayudarlo a levantarse, aunque no lo necesitara. Él, con una sonrisa la aceptó y de la mano corrimos hacia mi casa, donde se encontraban mis hermanos.    
Unos metros antes de llegar dejé de correr, haciendo que Edward también lo hiciera.
-¿Qué sucede? –preguntó Edward preocupado.
-Nada, es solo que…ya estamos por llegar…-le dije comenzando a caminar a paso humano. El asintió y comenzó a caminar conmigo, tomados de las manos.
Era tan reconfortante volver a sentirme querida por él, que no me importaba que él no me amara. Aunque me dolía, disfrutaría de ese momento en el que él había tomado la decisión de acompañarme.
-¿Sabes que sigo preguntándome qué es lo que piensas, no? –dijo en forma de broma y con una sonrisa. Asentí riendo y recordando cuando era humana y él se desesperaba al no poder leer mi mente.
Cuando llegamos, Edward se paró en seco mirando la casa.
-¡Woow! ¿Esa es tu casa? –preguntó sorprendido. Asentí con una sonrisa mientras comenzaba a caminar hacia la puerta.
Cuando entramos, Edward se quedó más fascinado de lo que ya estaba.
-Es muy linda…-comentó mientras miraba a todos lados.
-Carmen la diseñó –le dije con una sonrisa.
-Entonces, recuérdame felicitarla si es que la llego a conocer –dijo observando todo a su alrededor.
-¿”Si es que”? Edward, es más que seguro que la vas a conocer –le dije firme. El asintió sonriendo.
-¿Lizy? –escuché la voz de Jaime que se encontraba arriba.
Tomé la mano de Edward y corrí hacia arriba, donde se encontraba Jaime sentado en el sofá. Solté la mano de Edward, me senté al lado de Jaime y lo abracé.
-¿Cómo te encuentras? –le pregunté preocupada una vez que lo solté. Edward estaba parado y apoyado en la pared enfrente de nosotros.
-Un poco mejor. Todavía no puedo mover completamente el brazo. Eleazar intentó hacer lo posible…-contestó Jaime mirando su brazo.
“Bella, sé como acomodárselo” me dijo Edward por su mente. Asentí disimuladamente, solo para que Edward se diera cuenta.
Automáticamente me colgué del cuello de Jaime, mientras que Edward se acercó y tomó su brazo.
-¿Q-que van a…-alcanzó a preguntar Jaime antes de pegar un grito de dolor y morderme el hombro.
Tuve que cerrar mis ojos para aguantar la ponzoña que Jaime hizo entrar en mi organismo al morderme. No me molestaba en absoluto que él me mordiera, al contrario, me lo merecía.
Luego de unos segundos, Jaime me dejó de morder, y lo tomé como que el dolor ya se había ido, así que me alejé para ver su rostro.
Jaime comenzó a mover el brazo normalmente, como si nada hubiera ocurrido. Una multiplicación de Jaime apareció detrás de mí moviendo el brazo, y otro más apareció cerca de donde estaba Edward, haciendo que él se sorprendiera al verlo aparecer de la nada. Tanto el verdadero Jaime como sus multiplicaciones, estaban sonriendo alegres por el echo de ya podían mover el brazo sin ningún dolor.
Las multiplicaciones desaparecieron y el verdadero Jaime saltó a mi cuello riendo alegre. Luego se fue a abrazar a Edward, que lo recibió con gusto.
____________________________________________________________________________

No hay comentarios:

Publicar un comentario

 
© 2012. Design by Main-Blogger - Blogger Template and Blogging Stuff