Mi segunda vida_Cap Seis

Capitulo Seis

Vuelta a casa

Luego de que le aclarara a Carlisle que iba volver, me giré camino hacia la puerta  principal mientras todos me seguían por atrás. Cuando llegamos al porche, todos se detuvieron, con la idea de que allí los despediría. Error. Yo seguí caminando hasta toparme con el primer árbol que daba la entrada al bosque. Desde allí, los saludé con una media sonrisa y agitando una mano de lado a lado, antes de girarme y adentrarme en el bosque camino a casa. Todavía no estaba lista para generar algún contacto afectivo con ellos. Con la bienvenida, había tenido suficiente.

Corrí lo más rápido que mis piernas me dieron. Estaba realmente ansiosa por volver a ver a mi familia luego de tanto tiempo. Tiempo en el que me dedique a hacer mi trabajo para mantener a mi familia a salvo, tiempo en el que los extrañé demasiado, y tiempo en el que estuve cuidando de mi pellejo.

Me sorprendí al darme cuenta de mi casa no quedaba, para mi desgracia, demasiado lejos de la casa de los Cullen. Debía admitirlo, había pasado un momento realmente grato con los Cullen, pero eso no quería decir nada. Al menos, eso intentaba convencerme a mí misma. Este reencuentro NO tenía que significar nada.

Estaba tan sumida en mis pensamientos que no me había dado cuenta que ya había llegado a mi casa, a mi hogar. Deje de correr y caminé hacia la puerta, sonriendo de oreja a oreja. Entré esperando que todos estuvieran en la sala principal, pero no fue así.

-¿Hola? –llamé- ¿Hay alguien en casa? –pregunté, pero nadie respondía.

Subí las escaleras al segundo piso, y fui directo a la segunda sala que allí había. Me quedé estática al ver que nadie estaba allí. Cuando de repente, sentí unos delgados brazos que me rodearon desde atrás. Sorprendida y asustada, me giré para ver quién era.

-¡Bella! –me gritó mi adorada hermana Nicole.

-¡Nicky! –le grité mientras la abrazaba con todas mis fuerzas, que no eran tantas a comparación a las de ella.

Nicole, era la melliza de Jaime; y ambos eran mis hermanos biológicos. Ellos eran mi vida, y por ellos luchaba de la forma en que lo hacía.

Mientras seguíamos abrazándonos con Nicole, todos mis hermanos comenzaron a salir de sus escondites. En el momento en que vi a Jaime salir de atrás del sofá, lo llamé para que se uniera a nuestro abrazo. Él, con una sonrisa, corrió hacia nosotras y lo abracé con uno de mis brazos mientras que con el otro abrazaba a Nicole.

-Todo es muy tierno, pero Lizy también es mi hermana, ¿eh? –dijo Josh mientras todos comenzábamos a reír.

Jaime me soltó para contestarle a Josh, mientras que Nicky y yo nos abrazábamos de costado.

-Tú estuviste con ella esta mañana; nosotros, en cambio, tuvimos que esperar hasta que oscureciera –le contestó Jaime a Josh.

-¡Hey! Yo no tengo la culpa de que justamente hoy se te diera por faltar a clases –le dijo Josh a Jaime.

-¡Ya, niños! –le reprendió Sophy mientras todos comenzábamos a reír.

-Niños, ¿saben si ya llegó…-comenzó a preguntar Eleazar mientras entraba en la sala mirando un libro que traía en sus manos, pero dejó la preguntó a la mitad cuando despegó sus ojos del libro y me vio allí- ¡¡Lizy!! –gritó dejando el libro en una mesita que había justo al lado de él y corriendo hacia mí.

Nicole me soltó dándole espacio a nuestro padre adoptivo, y se fue a abrazar a su mellizo.

-Hola, papá –lo saludé mientras nos abrazábamos.

A diferencia de mis hermanos, yo era la más afectiva con él. La mayoría del tiempo estábamos juntos haciendo diversas actividades. Desde leer un libro, a veces el mismo, en su oficina, hasta salir a cazar juntos. Él, tenía toda mi confianza; y, verdaderamente, lo consideraba Mi Padre. 

-No sabes cuanto me alegra que estés sana y salva aquí en casa…-dijo suspirando mientras me acurrucaba en su pecho.

-Te sobrepasas en preocupación –le dije mientras sonreía.

-¡¿Cómo quieres que no me preocupe, si tú sales a pelear con no se cuantos neófitos peligrosos y nos dejas a todos con el corazón en la boca?! –dijo alejándose para mirarme al rostro.

Todos comenzamos a reírnos ante su comparación de “el corazón en la boca”, ya que nosotros, prácticamente, no teníamos un corazón vivo.

-¿Lizy? –preguntó mi madre entrando en la sala. Eleazar me soltó y se movió para que Carmen me viera.

-Hola, mamá –le dije mientras le sonreía. Ella me devolvió la sonrisa y corrió hacia mí para abrazarme.

Carmen, comenzó a sollozar en mis brazos. Yo sabía que ella se angustiaba demasiado cuando me iba por tanto tiempo. Y este había sido uno de esos casos en el que tarde aún más del habitual. Ella era una excelente madre y una gran amiga.

Me alejé y le di un beso en la mejilla para que se calmara.

-Tranquila, -le susurré mientras la volvía a abrazar- estoy aquí sana y salva.

-No sabes lo preocupada que estuve…-dijo mientras me abrazaba fuerte como si estuviera protegiéndome.

En eso se largó a llover, y era a causa de Carmen. Carmen era sensible, y el clima, a veces, se daba a causa de los estados de ánimo de ella. Todo dependía de la intensidad de sus emociones.

-No te das una idea…–me dijo Josh haciendo caras mientras todos volvíamos a reir.

Josh tenía esa personalidad que hacía, hasta en el peor momento, quitarte una sonrisa del rostro.

-Solo me alegra que ya estés aquí, donde perteneces…-me dijo Carmen antes de darme un beso en la frente a irse al lado de Eleazar, ya con el rostro iluminado de felicidad. Le sonreí en respuesta.

Automáticamente, Nicole, volvió a mi lado con la intención de abrazarme. La recibí gustosa y con una sonrisa.

-¿Qué les parece si vamos a cazar algo? –propuse mirándolos a todos.

-¡Sí! –gritaron Josh y Jaime entusiasmados mientras chocaban palmas.

-Nosotros pasamos, cariño. Ya fuimos esta mañana –dijo Eleazar hablando por él y por Carmen que asentía.

Todos les sonreímos antes de salir hacia fuera y adentrarnos en el bosque.
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