Busca en el blog :)

  • Twitter
  • Facebook
  • Google+
  • RSS Feed

miércoles, 4 de mayo de 2011

Mi segunda vida_Cap Cinco

No hay comentarios:
 
Capitulo Cinco
Mi historia
-Bella, tranquila –me dijo Jasper mientras mandaba una oleada de calma por la sala- solo comienza por donde te sientas más cómoda…-asentí dejándome llevar por la ola.
-Me gustaría que ustedes empezaran con las preguntas, creo que así me sentiría más cómoda…-dije mirando Carlisle y Esme que asintieron con una sonrisa.
-Muy bien, ¡Yo empiezo! –gritó Emmet entusiasmado.
-Emmet…-le reprendió Edward.
-Tranquilo, no soy tan bestia como parezco –dijo con una sonrisa y alzando sus cejas varias veces en mi dirección. Sonreí sin poder evitarlo.
-Adelante, tu solo pregunta –le dije con una media sonrisa.
-Okey, ¿cómo te transformaron? O mejor dicho, ¿quién te transformo? –me preguntó ya serio. Respiré profundamente antes de contestar, esa era una de las tantas preguntas que temía.
-¿Recuerdan a los nómades que…? –empecé pero antes de que terminara de preguntar Esme habló. La cara de todos era de dolor, ya se imaginaban mi historia.
-Sí, lo recordamos –cortó ella con la misma cara- Pero, ¿qué tienen que ver ellos? –me preguntó confundida.
-Victoria fue la que me transformó…-dije con tono bajo, aunque sabía que me escuchaban, mirando al suelo.
-¡¿QUEE?! –el grito de todos resonó algo demasiado fuerte. La mirada fulminante de Edward en Alice dio miedo.
-¡No puede ser posible! ¡La estuve vigilando demasiado tiempo! –chilló Alice- ¡Yo la hubiera visto!
-No si ella lo decidiera por parte de otro…-le dije alzando mi mirada.
-Por favor, explícate, Bella –me pidió Carlisle con el ceño fruncido. Obviamente estaba tan confundido como los demás.
-Ella tomó la decisión por medio de otro vampiro, un tal…Mark. Ella lo usó para llegar a mí, -comencé a explicar antes de que Jasper me interrumpiera.
-Bella, ¿puedes contarnos como fue? –preguntó tímidamente.
Dudé. Tenía miedo de herir a algunas personas, así que liberé mi escudo y le hablé a Edward.
“Edward, lamento si lastimo tus sentimientos, pero para responder a esa pregunta tengo que comenzar desde el principio. Eso quiere decir…”y no me dejó terminar. Se levantó de su silla con la cara de  mayor sorpresa que se pueda imaginar.
-Bella…-dijo fascinado.
-¿Qué, que ocurre? –preguntó confundido y preocupado Carlisle.
-Luego les explico, vamos despacio y desde el principio –dije firme. Él asintió y corrió a sentarse al lado de Alice en la alfombra.
“¿Puedo empezar desde el bosque?” le pregunté por mi mente a la que él respondió creyendo que yo no lo oía.
“Me gustaría que no empezaras por el principio del bosque…”pensó Edward. Su voz mental era dolida.
“Tranquilo, no pienso empezar por ahí” le contesté “Es al final…” le aseguré con un media sonrisa. Él me asintió lentamente con los ojos abiertos como platos.
-Edward, ¿Por qué tienes esa cara de idiota? –le preguntó Emmet a Edward.
No pude evitar soltar una risita. Todos me miraron con una sonrisa. Edward si tenía la cara como un idiota.
-¡Hey! ¡Yo no tengo la culpa! –protestó con una sonrisa en mi dirección-  Es que en este preciso momento, estoy oyendo los pensamientos de Bella –les explicó a los demás con una sonrisa. Todos comenzaron a balbucear fascinados.
“Ya no más” le dije antes de volver mi escudo a su lugar. Edward suspiró frustrado.
-Bueno…-llamó la atención Carlisle- Sé que luego nos explicarás con más detalles, -dijo en mi dirección- pero, ¿puedes empezar con la historia? –me preguntó con una sonrisa. Asentí devolviéndosela.
-Bueno, -empecé y todos se quedaron callados y atentos. Miré a Edward dubitativa que asintió cuando nuestros ojos se encontraron-- cuando ustedes se fueron, estuve un tiempo como, fuera de mí…
Decidí no empezar por el bosque, no quería herir a nadie. Aunque mi estúpido orgullo, no me dejaba de mortificar por dentro.
-¿Cuánto tiempo? –preguntó Emmet interrumpiéndome y ganándose gruñidos departe de Alice, Jasper, Rosalie y, en especial, Edward- ¿Qué? Solo me interesa saber cuanto tiempo estuvo como muerta…-dijo calmado pero desafiando a Edward con la mirada.
-¡Ella no dijo muerta, Emmet! –le reprendió Alice a Emmet.
-No, pero lo explicó mejor que yo…-lo defendí. Alice me miró estupefacta, al igual que Jasper.
Emmet sonrió de oreja a oreja mirando a Edward, que lo fulminaba con la mirada. Me di cuenta de estaban discutiendo, así que me concentré en ellos.
 “¡Para que aprendas!” le gritó Emmet a Edward por su mente.
“Ojala estuvieras en mi posición y supieras lo que se siente…” pensó Edward, pero no terminé de escuchar. No quería.
-¿Podemos continuar con la historia? –preguntó Jasper mandando una ola de calma.
Una vez ya calmados, todos asintieron.
-Sí, lo siento Bella. Continúa –se disculpó Emmet.
-Bien, -dije antes de comenzar- durante tres meses estuve, como diría Emmet, -aclaré- como muerta, sin hacer nada. Jacob Black, el hijo de Billy Black; creo que todos lo conocen, ¿cierto? –pregunté antes de continuar.
Todos asintieron.
-Bueno, él me ayudó a volver a mí, o, como diría Emmet, me revivió –dije con una sonrisa divertida en el rostro, al igual que Emmet.
Pero éramos los únicos que sonreíamos. Todos estaban serios y con sus rostros dolidos. El silencio se prolongó durante unos minutos hasta que Rosalie habló. Me sorprendí demasiado al oír su voz.
-Pero, ¿cómo te transformó Victoria? –preguntó interesada en el tema. Todos estaban igual que yo, sorprendidos.
-Ese día, Charlie tuvo que viajar a Seattle por asuntos de vandalismo, o algo así. Así que me quedé sola en mi casa durante una semana. Al segundo día, ocurrió lo inesperado –dije tratando de poner un poco de suspenso. Emmet me sonrió, ya se había dado cuenta.
-¡Deja de jugar, sigue contando! –me reprendió Alice que estaba intrigada por la historia. Sonreí antes de continuar.
-La noche del segundo día que estuve sola, salí afuera a sacar la basura, como hacía todas las noches. Todo iba bien hasta que sentí que algo me cortó en el cuello y me quemó como una cuchilla ba­ñada en ácido.
Todos temblaron al recordar sus transformaciones. Al menos, eso era lo que pasaba por sus mentes.
-Pero, ¿cómo fue que Victoria pudo parar? –preguntó confundido Carlisle. Negué con la cabeza.
-Ella, no tenía intenciones de parar –expliqué. Todos me miraron confundidos- Josh, el chico que estaba conmigo en el instituto, es mi hermano. Él me salvó de que Victoria no me matara…
-¿Cómo? –preguntó Edward.
-Cuando Victoria me mordió, estuvo dos segundos prendida de mi cuello hasta que Josh la empujó y comenzaron a pelear. Yo, mientras tanto, sentí como me prendía en llamas, y gritando por el dolor me arrastré adentro de mi casa, tomé un almohadón y lo mordí para que mis gritos no se escucharan por los nuevos vecinos que se mudaron al lado de casa –todos me miraron con los ojos abiertos como platos. Unos minutos de silencio se prolongaron.
-¡¿Y?! ¡Continúa! –gritó Emmet exasperado. Sonreí ante su desesperación por que siguiera hablando.
-Durante toda la transformación, Josh estuvo a mi lado. Cuando “desperté”, –dije haciendo comillas con los dedos- Josh me llevó a cazar y luego me contó todo lo que ocurrió…
-¿Qué ocurrió? –preguntó Carlisle.
-Josh mató a Victoria –todos sonrieron aliviados- Él, la venía siguiendo desde Alaska. Vivía allí con su novia, al menos hasta que Victoria la mató.
-O sea que tu hermano la siguió para vengarse…-afirmó Rosalie que me sonreía. Le devolví la sonrisa.
-Así es; él la siguió para matarla, ya que ella mato a Roxy, la difunta novia de Josh. Él, durante un tiempo, se culpó de no haber llegado antes de que Victoria me mordiera, pero no había sido su culpa. Victoria sabía que él la estaba siguiendo, así que lo “mareo”, yendo y viniendo, hasta que logró que él se perdiera y aprovechó para ir por mí.
-¿Y…el tal Mark? –preguntó Jasper con el ceño fruncido.
-Antes de que Josh llegara para matar a Victoria, Mark se enfrentó con Josh y, gracias al don que él posee, ganó.
-O sea que Mark está muerto…-afirmó Jasper. Yo asentí.
Otros minutos de silencio se prolongaron, hasta que Esme lo rompió.
-Bella, ¿tienes familia? –preguntó tímidamente y mirando de reojo a Edward. Ella no quería herirlo. Le sonreí antes de contestarle.
 -Sí, vivo con mis padres, mis dos hermanos y mi hermana -todos me miraron confundidos.
-Pero, -empezó Alice hasta que la interrumpí. Sabía que ella iba a preguntar por mis padres humanos.
-Charlie y Renné murieron hace años, éstos son mis padres adoptivos, -expliqué- Carmen y Eleazar O’Conner.
-¿Eleazar? ¿Eleazar O’Conner? –preguntó sorprendido Carlisle. Asentí.
-¿Lo conoces? –le preguntó Edward sorprendido. Carlisle asintió.
-Sí, trabaja en el mismo hospital en el que estoy ahora, no llegué a conocerlo personalmente pero según me han contado, es muy buen doctor –dijo mirándome.
-Sí, no solo es muy buen doctor sino también muy buen padre –dije con una sonrisa de orgullo- Desde que Josh y yo nos cruzamos con ellos, tanto Eleazar como Carmen, nos trataron como si en realidad fuéramos sus hijos biológicos.
-¿Cuándo se cruzaron con tu familia? –preguntó Emmet.
 -Un año luego de mi transformación, –dije con una sonrisa. Todos quedaron atónitos- hace ya catorce años que estamos juntos…
-¡Vaya! –exclamó Carlisle- Estoy realmente sorprendido, Bella –dijo con una sonrisa.
-Bella, ¿te importaría hablarnos de tus hermanos? –preguntó Edward. Asentí sonriendo. Me encantaba hablar sobre ellos.
-¿Incluidos dones? –pregunté divertida mirando a Carlisle que asintió sonriendo de oreja a oreja. Edward, cuando era humana, me había mencionado de la fascinación de Carlisle por los dones de vampiros. El tema, para él, era realmente sorprendente. 
-El más grande, en transformación, es Josh, sus dones son bastantes poderosos. Él puede obligar a tu cuerpo a realizar actos que en realidad no estabas pensando hacer, y lo bueno es que descubrió como hacerlo sin tener que mirarte o estar cerca de uno. Por ejemplo, ¿se acuerdan cuando temblé de esa manera en el auto? –les pregunté a Alice, Jasper y Edward, que asintieron al instante- Bueno, fue gracias a él. Josh obligó a mi cuerpo a realizarlo –expliqué con una sonrisa. Todos me devolvieron la sonrisa.
-La segunda es Sophia, su don más especial es parecido al tuyo, Jasper –dije mientras miraba y me dirigía a Jasper. Él me miró confundido, al igual que todos- Ella no solo controla tus sentimientos, sino también tus emociones y actitudes.
La cara de Carlisle era de real asombro, al igual que la de todos, pero la suya resaltaba más.
-El más chico es Jaime, su don es inigualable –dije con una sonrisa estúpida en mi rostro. Él era mi mundo, por él yo cuidaba a mi familia de la forma tan sobre protectoramente en que lo hacía- Él puede multiplicarse sin perder un solo gramo de fuerza.
-¡Bella, todos tus hermanos tienen unos dones realmente poderosos! –gritó Alice con alegría. Sonreí orgullosa.
-¿Tus padres también poseen dones? –me preguntó Edward. Asentí.
-Sí, Carmen tiene el don de las plantas, o algo así. No solo controla su crecimiento y todo eso, sino que también las revive en caso de que estén muertas –Esme sonrió de oreja a oreja al escuchar sobre el don de mi madre adoptiva- Y el de Eleazar, es uno que todo vampiro, bueno, desearía tener –expliqué antes de continuar. Todos me miraban con expectativa- el posee el don del autocontrol.
Todos me miraron asombrados, en especial Carlisle y Edward. Asentí sonriendo.
   -Él nunca, en sus cuatrocientos años, probó una gota de sangre humana. Ni siquiera cuando encontró a su…a la sangre que cantaba para él –dije orgullosa de mi padre.
No es que demostrara que Charlie fue un mal padre para mí, siempre que lo necesité, en los tres meses que anduve como muerta andante, siempre estuvo allí, consolándome. Pero hacía ya muchos años que él no estaba conmigo, pero sí Eleazar. Él era mucho más cariñoso y más demostrativo que Charlie, y creo que eso era lo que más me gustaba de él como padre.
-¿Y tú? -preguntó Edward- ¿Tú la encontraste?
-Sí, -contesté asintiendo y bajando mi mirada al suelo.
-¿No te resististe, cierto? –preguntó Rosalie.
-No, -contesté negando con la cabeza.
-Bella…-empezó Edward, pero lo interrumpí.
-Fue hace muchos años ya, -dije levantando mi mirada- yo solo tenía dos años luego de mi transformación. Y fue unos de esos casos “en el lugar equivocado, a la hora equivocada” y, agregando “en el momento equivocado”.
-¿En que momento? –preguntó intrigado Emmet.
-Estaba cazando en el bosque, y cuando su olor apareció, me dejé llevar…-dije mientras la culpa volvía. Ese recuerdo pasó por mi cabeza, luego de tanto tiempo. Volví a sentirme como el monstruo que era. Jasper, al darse cuenta de mis sentimientos, cambió de tema.
-Bella, todavía no nos hablaste de la persona que más nos importa en este momento…-dijo sonriendo, al igual que Alice y Edward.
-¿A sí? ¿Quién? –pregunté confundida.
-¡TÚ! –gritó Alice con una sonrisa. Le devolví la sonrisa sacudiendo mi cabeza.
-¿Qué quieren saber?
-Sobre tu don, o… ¿dones? –preguntó divertido Emmet.
-Dones, -le corregí con una sonrisa. Todos me miraron expectantes y asombrados.
-¿Cuáles son? –preguntó Rosalie.
-Son dos los más importantes que tengo. El primero lo tengo desde que soy humana, -empecé mirando a Edward que me miraba con toda la atención del mundo- creo que ahora entenderás porque no podías ni puedes oír mis pensamientos.
-Explica, -me pidió más concentrado en mi mente, tratando de entrar.
-No trates de entrar, no puedes…–le dije con una sonrisa. Él se dio por vencido y relajó sus hombros que estaban tensos del esfuerzo que hacía.
-¡Bella! ¡Deja de pelear con Edward y continúa! –me reprendió Alice- ¡Y tú! ¡Deja que termine de explicar! –le reprendió Alice a Edward. Ambos sonreímos.
-El motivo por el cual Edward no puede entrar en mi mente, es porque soy un escudo…-dije tranquilamente. Todos se quedaron asombrados- Ni el don de Edward, ni ningún otro que tenga que ver con las mentes, puede entrar en mi cabeza.
-¿Cómo es posible, si hace unos minutos me hablaste por tu mente? Y no solo eso, sino que contestaste a lo que yo pensé -dijo Edward confundido.
-Mi escudo puede expandirse, aprendí a controlarlo. Lo máximo que llegué a liberarlo fueron unos 10 Km., pero quedé “exhausta” cuando lo liberé así de lejos. Cuando te hable, lo liberé de mi mente solo unos metros y fue por eso que pudiste escucharme. Para explicarte la parte de cuando te contesté, primero tengo que contarles sobre mi segundo don…
-Okey, ¡cuéntanos! –dijo Emmet entusiasmado.
-El segundo lo descubrí al tercer día luego de mi transformación, -empecé hasta que Alice me interrumpió.
-¿Cuál es? –preguntó impaciente.
-Yo absorbo los dones de cualquier otro vampiro –dije antes de que los gritos de asombro se escucharan por toda la sala.
-¡¡Woow!! –exclamaron Alice y Emmet al unísono.
-¿Es en serio, Bella? –preguntó Carlisle demasiado asombrado. Asentí avergonzada.
-Sí, -le contesté antes de volver mi mirada a Edward- eso explica por qué pude oír tu mente. Él asintió asombrado y con una sonrisa.
-O sea, que absorbiste el mío…-afirmó Edward. Negué con la cabeza.
-No, ese don lo requerí gracias a otra persona, o mejor dicho, a otro vampiro –le expliqué.
-¿A quién? –preguntó Alice.
-A un nómada con el que me crucé una vez. Gracias a ese don, Sophia, Josh y yo estamos conectados, por eso podemos hablarnos a través de nuestras mentes –expliqué con una sonrisa.  
-¡Es impresionante, Bella! –exclamó Carlisle antes de que mi celular sonara.
El nombre de Eleazar aparecía grande en la pantalla. Me asusté. Él solo me llamaba personalmente cuando ocurría algo grave, sino mis hermanos o Carmen me llamaban. Edward se dio cuenta de mi cara.
-¿Está todo bien? –preguntó preocupado.
-No lo se, -le contesté con miedo- necesito atender –dije mirando a Carlisle que asintió.
Abrí la tapita del celular y atendí.
-Eleazar, ¿está todo bien? –pregunté preocupada y mirando al suelo.
-Sí, tranquila cariño –dijo riéndose.
Me relajé mientras respiraba profundamente. No me había dado cuenta de que me había tensado en el momento en que vi su nombre en la pantalla.
-¿Qué sucede? –le pregunté calmada.
-Solo quería saber si estaba todo bien –dijo tranquilo- Me alegré demasiado cuando llegaron Josh y Sophy con la noticia de que volviste.
-Sí, lamento haber tardado demasiado –me disculpé.
-Esta bien cariño, se que lo haces por la familia. Eso es algo con lo que no tengo con que agradecerte…
-No empieces, papá –le dije antes de que comenzara con todos sus agradecimientos.
-Bien, ¿a qué hora vuelves? –me preguntó con la voz triste- Tu madre y yo queremos verte, ¡ya pasaron cinco meses desde que te fuiste y no te vemos!
Sonreí antes de contestar.
-¿A qué hora quieres que vaya? –le pregunté divertida.
-¡AHORA! –se escucharon los gritos del otro lado de la línea. Reconocí la voz de Josh, Sophy y Carmen.
-Creo que ellos contestaron a tu respuesta, -dijo Eleazar riéndose- ¿no puedes dejar tu reunión para otro día? –preguntó esperanzado.
Cuando levanté mi vista, no había nadie en la sala; salvo Alice y Edward que estaban en la puerta de la misma mirándome. Ambos asintieron antes de mirarse mutuamente por unos segundos. Les sonreí antes de contestar a Eleazar.
-Sí, ya estoy yendo para casa –le contesté con una sonrisa.
-Muy bien, te esperamos cariño –dijo mi cariñoso padre adoptivo.
Corté y me levanté de mi asiento. Al segundo, toda la familia estaba parada adelante mío.
-Lamento tener que irme, pero, tal y como seguramente escucharon, hace cinco meses que no veo a mi familia, y…-me expliqué hasta que Esme me interrumpió.
-Bella, no necesitas explicar nada. Entendemos la ansiedad de tu familia por verte –dijo Esme con una sonrisa. Asentí devolviéndosela.
-Bella, me gustaría que volvieras. Todavía quedan muchas preguntas por hacer…-me pidió Carlisle, a lo que contesté con una sonrisa.
-Por supuesto, se que todavía quedan preguntas –contesté asintiendo. “Por desgracia, todavía quedan…”pensé para mis adentros mientras comenzaba a saludar a los Cullen para poder volver a casa, mi hogar.
_________________________________________________________________


No hay comentarios:

Publicar un comentario

 
© 2012. Design by Main-Blogger - Blogger Template and Blogging Stuff