Busca en el blog :)

  • Twitter
  • Facebook
  • Google+
  • RSS Feed

miércoles, 25 de mayo de 2011

Naughty Game_cap uno

2 comentarios:
 
Capitulo Uno
Vuelos
Bella POV
Muchas rápidas imágenes se reproducían en mi cabeza, una encima de la otra, mareándome, sin dejarme comprender nada. Veía muchas luces de distintos colores prendiéndose y apagándose, una y otra vez, todo giraba a mí alrededor con demasiada rapidez, mi largo cabello se encontraba algo mojado y chocaba contra mi rostro gracias al movimiento de mi cabeza. Escuchaba toda clase de música, desde electrónica hasta rock, a todo volumen, dejándome casi sorda.
-Bella…-oí una voz familiar, pero lejana, llamándome- Isabella, ya es hora de levantarse…
Todo lo que veía, sentía y oía a mí alrededor se detuvo de golpe, volviéndose negro y dándome una fuerte punzada en mi cabeza. Gemí tomando las suaves sábanas de mi cama en forma de puños con las manos.
-Vamos, hija –dijo Renné, mi madre, abriendo la ventana junto con las cortinas de mi habitación.
La fuerte luz solar que entró por ella, produjo que mi cabeza estallara. Gemí, otra vez, y me tape con las sabanas hasta por encima de mi cabeza.
-Isabella, hablo en serio. Perderás tu vuelo –dijo destapándome y saliendo de mi habitación.
“Si supieras tú la clase de vuelos que estoy acostumbrada a hacer…” reí ante mi estúpido pensamiento. Me senté en mi cama con la mayor lentitud posible. “Malditos efectos secundarios” pensé al sentir otra vez la punzada en mi cabeza. Escuché una ligera risa desde la puerta de mi habitación. Levanté mi rostro para encontrármelo, allí parado, como si nunca nada hubiera pasado.
-¿Qué diablos miras? –le pregunté con desprecio. Volvió a reírse.
-Lo que diría tu madre si en realidad supiera lo que haces…-dijo con aire despreocupado.
-Lo que diría mi madre si se enterara lo que me hiciste y lo que me das a diario…- “¡Ja! ¡Chúpate esa, maldito abusador!” pensé dejando que una pequeña y desafiadora sonrisa luciera en mi rostro.
Al escuchar mis palabras, cualquier indicio de ironía, felicidad o sarcasmo de parte de él, desaparecieron, siendo reemplazados con enojo e impotencia, mientras cerraba sus manos en puños. Cuando él estuvo a punto de decir algo, se escucharon los pasos de Renné subiendo por las escaleras. Le saqué la lengua como una niña pequeña antes de echarme a reír sin razón alguna. Él me siguió, aparentando que teníamos una “amistosa” conversación, aparentando que nos llevábamos bien.
-¿Por qué tanta risa? –preguntó Renné sonriendo mientras abrazaba a Daniel por la cintura. Él era más alto que Renné, casi media cabeza más.
-Resulta que Bells se levanto de muy buen humor hoy –mintió haciéndose el “amigable”.
-Sí, al igual que tú, Dany –dije irónicamente antes de volver a echarme a reír, recostándome nuevamente en mi cama.
Lo miré de reojo y noté el brillo de furia que desprendían sus ojos, aunque se riera siguiéndome el juego. Renné miraba confundida, por lo que terminaron yéndose de mi habitación para que pudiera cambiarme, dejándome sola, tentada de la risa. Cuando por fin logré calmarme, me levanté, no sin antes marearme hasta el punto de tener que sujetarme de mi mesita de noche para no caerme al suelo.
Los estúpidos pensamientos, la risa sin sentido, la punzada en mi cabeza y el abundante mareo, solo indicaban una sola cosa: aún seguía borracha y drogada.
Como pude, fui hasta el baño con mi neceser y mi ropa. Un relajante baño de agua caliente me devolvería a la normalidad, o al menos eso esperaba. Una vez lista, con mi ropa puesta, bajé las escaleras con cuidado, aún sentía ese pequeño cosquilleo recorrer en mis venas gracias a la drogas.
.
.
-Pasajeros del vuelo 345, por favor presentarse en el pasillo B-12 para abordar su vuelo a Seattle, esperamos que tengan un buen viaje…-la voz tan entrenada del aeropuerto anunciaba mi vuelo.
-Te extrañaré mucho –dijo Renné dándome un abrazo tritura costillas.
-Yo igual, mamá –dije devolviéndole el abrazo.
Ese vacío, esa angustia, esa tristeza de dejarla, a pesar que fuera decisión de ambas, comenzó a llenarme completamente. ¿Por qué todo tenía que ser tan difícil? Yo nunca había hecho nada que lastimara a las demás personas, al menos desde antes de lo ocurrido con aquel chico…
*Flashback*
Música, ruido, gritos, bailes demasiados pegados, todo aturdía a mi alrededor. No estaba acostumbrada a ese tipo de cosas, a ese tipo de bailes, a ese tipo de vida. Prefería quedarme en casa, con mis libros y mis cosas, que haber ido a esa fiesta, casi obligada por mi madre.
-¿Ya te vas? –me preguntó Félix, mi compañero de la clase de Matemáticas, interceptándome en mi camino hacia la puerta de salida de aquel incómodo lugar.
-Sí, la verdad me siento algo cansada –le contesté intentando salir, pero su gran cuerpo me obstruía la entrada.
-Oh, vamos, Bells –dijo pasando uno de sus enormes brazos por mis hombros y empujándome hacia adentro de la sala, llena de adolescentes con sus hormonas a flor de piel- Estas muy linda esta noche, -dijo mirándome de arriba hacia abajo. Me odié a mi misma por haberme dejado convencer por Renné y haber dejado que ella me vistiera.
Miré hacia otro lado avergonzada cuando él habló, mientras pronunciaba un bajo y ligero “Gracias”. Félix rió animadamente.
-Con respecto a tu cansancio, -susurró a mi oído- tengo algo que va ayudarte…-dijo abriendo la palma de su mano, mostrándome dos alargadas pero pequeñas pastillas blancas. Fruncí el ceño confundida.
    En ese momento, mis sensores no hacían más que gritarme “Corre” o “Demasiado cerca, demasiado”, y hasta “Peligroso”. Estaba confundida, no entendía para qué rayos querría tomar pastillas si en realidad me sentía esplendida.
-¿Qué es? –pregunté confundida.
-Bromeas, ¿cierto? ¿Nunca has volado? –preguntó sorprendido. Negué con la cabeza- Relájate, hará que te sueltes un poco…–dijo llevándose una de las pastillas a su boca antes de tomar un sorbo de una de las bebidas que había pedido cuando llegamos al pequeño bar de la sala- Confía, -dijo giñándome un ojo y estirando su mano con la pastilla en ella, luego de tomarse la suya. Inspiré con fuerza antes de tomarme la que quedaba. Él sonrió triunfante.
Todo a mí alrededor daba vueltas y vueltas, me sentía feliz, sentía que nada me importaba, sentía que volaba. Pero antes de que todo se volviera negro y pesado, recordaba a Félix con una enorme sonrisa en su rostro mientras me miraba cómo bailaba, sentado al lado de Demetri, su hermano. Luego, se paró de su asiento y caminó, mejor dicho corrió hacia mí, y me besó con rudeza.
Eso era lo último que recordaba antes de despertarme, a la mañana siguiente en una cama, sola, desnuda y con sangre en mi entrepierna. En ese momento, me despedí de mi inocencia.
*Fin del flashback*
Félix Vulturi. No me quedaban dudas, y era más que obvio, que él había sido el causante de todo, o mejor dicho, el que comenzó todo.
Todo ese dolor que intentaba tapar con el efecto de las drogas y el alcohol, volvió a mí con todas sus fuerzas, provocándome una gran puntada en el pecho y en el estómago. La desesperación que creció en mí en ese momento de tapar ese dolor, fue grande, y desesperante.
-Último llamado para los pasajeros de la unidad 345, por favor presentarse en el pasillo B-12, muchas gracias –otra vez la voz entrenada anunció mi vuelo.
-Adiós, -dije por último sin mirar a Renné ni a Daniel antes de tomar mi mochila y correr hacia el avión.
No quería que notaran, en especial Renné, mis fuertes ganas de echarme a llorar como niña pequeña. Y no quería llorar, ya había llorado lo suficiente esa mañana cuando regresé a casa, corriendo como alma que lleva el diablo.
Subí al avión, ubiqué mi lugar, que justo al lado había una chica rubia, vestida con un Jean que parecía gastado y estaba rasgado en pequeñas partes, una remera negra, y tacones aguja. En su regazo, estaba su cazadora de cuero gris y una cartera negra.
Fui hacia aquel lugar, y me senté a su lado, sin decir nada, mientras dejaba mi mochila entre mis pies.
-Hola, soy Jane –me saludó la rubia con simpatía.
-Isabella, pero prefiero que me llamen Bella –le devolví la sonrisa, tratando de disimular lo desesperada que estaba por tomar de una maldita vez mi “caramelo mágico”.
-Es un placer, Bella –dijo antes que la voz entrenada anunciara el despegue del avión.
Suspiré impaciente, mientras movía mi pierna frenéticamente, ansiosa, desesperada. Me giré a mirarla, y vi las mismas ansias, la misma desesperación de su parte.
-No se tu, pero yo necesito mi “caramelo mágico” –dijo abriendo su cartera y sacando una pequeña billetera de cuero, donde adentro habían muchos “caramelos mágicos”- Por favor, no me delates –dijo casi suplicando. Le sonreí en respuesta.
-Amiga, -dije sacando la pequeña latita en forma de billetera donde yo guardaba mis caramelos y sacudiéndola con una sonrisa- somos dos –le guiñé el ojo antes de que ella riera y me ofreciera uno. Asentí antes de meterme la pequeña pastilla a la boca.
 __________________________________________________________________________________
Okey, aquí les dejo el primer cap, y me dicen si les gusto y si sigo.... ;)
Las kiero!!!
Ally**

2 comentarios:

  1. claro que me gusto...
    y si no la sigues te mato !!!
    pobre bella la forma en que perdiosu inocencia
    y esta muy adicta
    espero el prox besos!

    ResponderEliminar
  2. me gusta mucho este fic!!!!!! te sigi desde ya!!!

    ResponderEliminar

 
© 2012. Design by Main-Blogger - Blogger Template and Blogging Stuff